Óscar Veiman Mejía
LA PATRIA | Manizales
Yeimy Alejandra Morales es una profesora fuera de serie. Recorre cada día hora y media en motocicleta y dos horas a pie para ir a enseñar en la vereda San Rafael de Samaná (Caldas). La esperan los niños Yudy Natalia López, Johan Stiven López, Jerónimo León Cifuentes, Andrés Hincapié, Alejandro Cardona y Norma Cortés, pertenecientes a familias que regresaron luego de la guerra.
Desde marzo las clases en la vereda han sido en el corredor de la casa de una finca, pues la escuela La Quiebra estaba en reconstrucción. El 8 de julio, cuando vuelvan de vacaciones, encontrarán un regalo: el centro educativo como nuevo, gracias a la comunidad y a los aportes de la Gobernación de Caldas y de la Alcaldía del municipio en el oriente caldense.
La docente vive en la vereda Fierritos en Victoria, también en el oriente. Sale a las 5:00 de la mañana. A las 7:00 llega al sector La Quinta, donde guarda la moto en una vivienda. Camina dos horas y media para llegar a la finca.
Su itinerario que incluye el paso por trochas, montes, los puentes de los ríos la Miel y el Moro, se recortará en una hora. "Como ya tendremos la escuela recuperada será más corto el trayecto".
Reparan
En marzo pasado LA PATRIA, en alianza con Consejo de Redacción, publicó el artículo Reabren seis escuelas de la guerra, pero falta plata. El texto detalló los costos de abrir de nuevo centros educativos en el posconflicto, y tomó como muestra la de La Quiebra en San Rafael.
Al plantel la Gobernación, por ejemplo, le invirtió $20 millones. Entre otros: en cerámica; $3 millones $850 mil; en viga de cimentación, $850 mil, y en revoque en mortero: un millón 295 mil. Esto permitió volverla funcional de nuevo.
Estuvo abandonada casi una década ante el paso del frente 47 de las Farc, los paramilitares del Magdalena Medio y la fuerza pública. Nadie se le acercaba por temor de posibles minas antipersona en la zona.
En el informe de marzo pasado quedó claro que ni en los municipios ni en el departamento hay programas específicos para reconstruir escuelas afectadas por el paso del conflicto, que en Samaná dejó 2.391 homicidios, 51.320 reportes de desplazamiento, 575 desapariciones forzadas.
Aferrados
La maestra, graduada hace cuatro años en la Normal Nuestra Señora de la Candelaria de Marquetalia, comenta: "es un renacer para una comunidad campesina que considera la tierra como su vida entera. Y ahora con escuela nueva aportamos para un futuro mejor que es lo que los docentes esperamos para la niñez colombiana".
Los desplazados se han animado a regresar luego del 2008, tras la retirada de los guerrilleros y de los paramilitares en la década pasada, por lo menos ocho años antes de la firma de los Acuerdos de Paz de La Habana (2016).
"Cuando el grupo de desminado del Ejército declaró el año pasado zona libre de minas a San Rafael, presentamos el proyecto de reapertura", rememora Roberto Arturo Bedoya, rector del colegio La Palma, al cual está adscrita la escuelita.
Caminos
La profesora Yeimy Alejandra es experta en distancias. Antes de llegar a San Rafael trabajó en las sedes La Garrucha y La Guayana, en el corregimiento de Isaza (Victoria). Hasta allá solo podía llegar en moto, pero lo menos no tenía que caminar.
Ella tiene clara la fecha que el coordinador del colegio La Palma, Carlos Serrano, la llevó a conocer la escuelita La Quiebra en San Rafael. "Fue el 4 de marzo de este año. "Fue un poco impresionante ver la lejanía y más al ver que la escuela no estaba en condiciones para trabajar".
El año pasado la Secretaría de Educación departamental reabrió seis planteles en Samaná, que con sus comunidades estuvieron bajo fuego, sobre todo entre 1993 y el 2008, cuando el frente 47 de las Farc y las Autodefensas del Magdalena Medio se disputaron a muerte el territorio.
La maestra concluye que el retorno de la escuela La Quiebra también significa el regreso de la esperanza para la pequeña comunidad de San Rafael. "Es darles alegría a estos niños que han vivido diferentes historias, además la posibilidad de brindarles una educación a ellos que llegan entusiasmados de las profundas montañas de Samaná".
Oportunidad rural
* Cofinanciar proyectos de infraestructura con municipios y la Nación es una necesidad en departamentos como Caldas, donde la mayoría de los $297 mil millones de presupuesto anual son para transporte, alimentación, nómina de docentes, administrativos y directivos, entre otros.
* El 7 de junio el Gobierno Duque convocó a los municipios para que postulen instituciones educativas rurales con el fin de obtener cofinanciación de recursos para el mejoramiento de infraestructura escolar.
* El profesional de la Unidad de Planeación de la Secretaría de Educación de Caldas, Jesús Antonio Valencia, indica: "hicimos una reunión con los municipios con el fin de motivarlos para que presenten proyectos de escuelas rurales en mal estado. Es una oportunidad de mejorarlas".
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