Fotos | Darío Augusto Cardona | LA PATRIA En un par de meses se comenzarían a adoptar nuevas tecnologías de parte de Transgás de Occidente, con el fin de tener mayor prevención y atención en 344 kilómetros del gasoducto Mariquita-Cali.
JUAN CARLOS LAYTON
LA PATRIA | MANIZALES
Los cuatro daños que se han presentado en el gasoducto Mariquita - Cali, y que dejaron sin gas al Eje Cafetero y Valle del Cauca por 22 días, no solo llevaron a los gremios y dirigentes locales a plantear una solución definitiva y confiable, sino a los mismos responsables de la operación y mantenimiento del gasoducto.
A la petición de los gremios y empresarios de tocar las puertas del Gobierno, se une la de Transgás de Occidente, que coincidió con buscar soluciones definitivas a nivel nacional para evitar en lo más posible estos problemas, y volverse más preventivos que reactivos.
De acuerdo con el gerente general de Transgás de Occidente, David de Gruyter, aunque se han visto como los directos responsables del problema, hay que tener en cuenta la serie de dificultades a las que se han enfrentado por la inestabilidad del terreno y las actividades ganaderas en la zona, sumadas a una fuerte ola invernal.
Plantea que ante una solución que no está en sus manos, la salida es llegar al Gobierno y contemplar nuevas medidas con entidades como la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), y otros transportadores de gas. "Se puede comenzar algo en el corto plazo, de tal forma que evitemos estas coyunturas, por lo que hay que pensar en acciones rápidas" indicó.
En la baraja de posibilidades para resolver el problema, vuelven y juegan opciones como los centros de almacenamiento o nuevas redes que permitan circuitos redundantes. Sin embargo, la discusión se vuelve a centrar en a quién le corresponderá asumir los costos de esas inversiones.
En un principio el presidente de Naturgás, Eduardo Pizano, propuso los centros de almacenamiento que hoy se tienen en gasolina y diesel, conocidos como city gate, de tal forma que si se rompe un poliducto haya reservas por tres o cuatro días.
Pese a ello, también consideró que serían costos que debería asumir el usuario, hecho que fue cuestionado por las asociaciones de consumidores y gremios, al resaltar que su función es ofrecer un servicio eficiente y confiable, y para ello tienen la responsabilidad de mejorar el sistema.
De Gruyter prefiere las interconexiones o redes múltiples como las que se tienen en Europa y Norteamérica, porque cuando sucede algo hay dos o tres formas de prestar el servicio.
Hasta allí llega. Plantea que en costos y tarifas hay una discusión nacional, para saber dónde se hará, quién las pagará y qué tanto se afectará al usuario.
Alejandro Villegas, director de operación y mantenimiento, recordó que hay que tener en cuenta que son dos enfoques para solucionar todos estos problemas. El primero, con los entes gubernamentales para ver cómo se fortalecen la red de gasoductos y el sistema de transporte en el país. "Ya hay iniciativas, la CREG trabaja en estudios y estamos dispuestos a participar en ellos", aseguró.
Sostiene que el otro enfoque está en sus manos, y para ello tiene previstas inversiones que adelanta la compañía por el orden de los $35 mil millones.
Esto con el fin de contar con herramientas de inspección que vayan por dentro de la tubería para identificar deformaciones y puntos donde haya tensiones, a dos o tres metros de profundidad.
También se habla de tecnología que recién se desarrolla en Canadá, conocida como Geopic, para analizar el estrés que tenga la tubería, además de herramientas como el Lidar, para ver la geografía debajo de la vegetación, con lo que se podrá identificar y hacer mediciones sin obstáculos.
Además se reforzarán los patrullajes de líneas para identificar los problemas de forma temprana. La tarea ahora es unir las dos estrategias y esperar que finalmente haya soluciones rápidas.
Según los expertos, el reciente daño de la tubería en el sector de Sabinas ha sido el problema más complejo que han enfrentado en los últimos tiempos, por la inestabilidad del terreno, con excavaciones de hasta seis metros de profundidad.
Esto les condujo a contar en los momentos pico hasta con unos 180 trabajadores. Aunque el arreglo concluyó con la adecuación de una nueva tubería de 20 pulgadas y una longitud de 8 metros, se plantea que hacia la próxima semana se inicien los trabajos para hacer un by-pass o extender una nueva red con tubería de seis pulgadas sobre lo que llaman técnicamente marcos H.
Se suman los trabajos para modificar la dirección de la tubería que se dañó en noviembre pasado, a unos 200 metros del reciente daño, por lo que plantean un realineamiento en tubería de 20 pulgadas, con obras previstas para que entren en servicio en agosto.
* El 16 de noviembre se registró el primer daño en una tubería en el sector de Sabinas, en la parte alta de la finca Miraflores. El desabastecimiento duró cinco días.
* El 14 de diciembre pasado se produjo otro daño en el sector de Petaqueros (Tolima), a unos 300 metros de la carretera, vía a Bogotá. El desabastecimiento fue de 9 días.
* El 20 de enero se produjo otro daño en el sector de Sabinas que desabasteció del servicio al sector industrial y vehicular. Fueron tres días y medio sin el suministro.
* El 14 de mayo se presentó otro daño en el sector de Sabinas. Fueron cuatro días sin servicio.
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