Resguardo de San Lorenzo, colmado de derrumbes

JUAN CARLOS LAYTON

LA PATRIA | MANIZALES

"Las noches aveces se ponen muy largas, mi papá (Humberto Gañán) es de los que no puede dormir por la preocupación de lo que puede pasar, y después de lo que nos sucedió el pasado viernes aún más".

Así relata Lucía Gañán el temor que sienten, luego del fuerte invierno y de la crecida del río Aguas Claras, que inundó el negocio de su padre, un billar, hacia las 5:30 de la tarde, en el centro poblado de San Lorenzo, de Riosucio (Caldas).

Humberto recuerda que sintieron un ruido muy fuerte, como el de un avión, y cuando menos pensaron, el agua ya estaba encima. "Entró con toda la fuerza, entraba y salía y todo se inundó de un momento a otro. Las pipas de gas nadaban por todos lados, la cerveza flotaba y se nos llevó todo el café que teníamos lavando, unos tres bultos", lamenta.

Yohana Gañán, su otra hija, también muestra con cierta desesperación, como si volviera a vivir el momento, la forma en que entró el agua por el patio del negocio, que está al borde del río, y la manera en que se metió por toda la casa, por el gran, salón dispuesto para las mesas de billar.

"No podemos conciliar ya el sueño, uno queda como aburrido, como triste, porque siempre perdimos como como $4 millones o $5 millones en lo que era café, materiales, el cuido de los pollos y el carbón. Entonces uno se pone a pensar qué más puede pasar. Claro que, como dice mi papá, una son las cosas materiales, pero otra las vidas humanas".

Río arriba

Hoy, después de este susto, Lucía pide que las autoridades competentes tomen acciones y no los dejen solos, y les ayuden a construir un muro más estable, ya que el que hay, lo hicieron ellos con los pocos recursos que tienen, pero nadie más los ha ayudado para ser el muro a la orilla del río.

Pedro Suárez, vecino del billar y quien tiene un negocio de compraventa de café, asegura que no atrevió a acercarse al negocio, al ver pura agua pasar por la calle, moviendo lo que había a su paso.

"Pero no es el único lugar, si van para más arriba, hacia las comunidades de San Jerónimo y de Blandón se darán cuenta de todos los daños en la vía y los derrumbes que hay. Es que este invierno nos ha afectado mucho más", asegura.

Al salir del casco urbano y recorrer unos 3 kilómetros, se evidencian los daños de los que se quejan los usuarios. Vías averiadas, fracturas en la mitad de la carretera y una comunidad que insiste en que nadie ha ido a ayudarlos.

En la comunidad de Blandón, Néstor López y Leonel Gañán, vecinos del sector, muestran el derrumbe que cae de la montaña La Cuchilla. Trae a su paso material de río y un constante hilo de agua de una quebrada que amenaza la vía. "No sé que van a tener qué hacer acá, nada se ganen con que raspen la vía, si no se interviene la montaña más arriba".

"Lo único que pedimos es que hagan algo por la comunidad, que venga la Gobernación, porque estamos muy afectados", dice Uberney Rodríguez, habitante de la comuna La Pradera, por donde también pasa el río.

En San Jerónimo

Más adelante, a unos 2 kilómetros, en la comunidad San Jerónimo, las personas temen por la cantidad de viviendas, pegadas a la montaña, donde ya se han presentado varios derrumbes. Edwin Camilo Gañán Betancurt, habitante de una de las casas que está en la parte alta de la loma, dice que en ocasiones se han tenido que desplazar para otras viviendas.

"Mire esa roca que hay allá más arriba, señala, mientras explica que en sectores conocidos como Tres Esquinas y Guayabal también persiste el riesgo. "Ojalá pusieran más placas huella y canalizaran esto, por lo menos, porque cuando llueve, esto parece un río bajando por toda esta pendiente", relata Helena Betancurt, habitante del sector.

"Y eso que más adelante, hacia Agrovillas, unas tres horas más arriba, ha habido no solo derrumbes de viviendas y deslizamientos de viviendas, sino varios muertes", recuerdan algunas personas. Su llamado es a que no los dejen solos, pues aseguran que hoy enfrentan un invierno que parece que se los quiere llevar.

Más intensos

El capitán Óscar Fernando Mejía Muñoz, Comandante de bomberos voluntario de Riosucio, resaltó que han estado pendientes, ante la cantidad de emergencias que se han presentado. "Además la Gobernación ha estado pendiente haciendo estudios y enviando ayudas, pero es evidente que hoy los aguaceros han sido más intensos y por eso se generan crecientes súbitas que son impredecibles", lamentó.