JUAN CARLOS LAYTON
LAPATRIA | MANIZALES
¿Le ha pasado que llega a la empresa sin desayunar, pero se le volvió habitual comprar el pastelito y el café, pedir una empanada, una arepa o un pan?...
¿Se ha dicho en ocasiones que aunque usted no tiene plata, también tiene derecho y que por eso trabaja, y esa es la justificación para endeudarse y comprar algún antojito que vio, aunque no es una necesidad?
Se dice en ocasiones: "cómo si él gasta y gana lo mismo que yo, entonces yo también lo puedo hacer"
¿Le parece normal sacar varios productos por catálogo, porque están en promoción y de una vez aprovecha y también separa uno para su hermana, la hija o la mamá?...
Cuando está deprimido ¿va a algún centro comercial, y en medio de su problema aprovecha para escaparse de él haciendo una pequeña compra con su tarjeta de crédito, aunque se gaste el cupo que tenía?.
¿Le han encantando los Días sin IVA y los aprovecha todos, aunque para ello tenga que prestar?.
A veces dice: "es que soy muy malo para los números y por eso es que la plata se me va".
Cuidado, si a varias de estas preguntas usted respondió que sí, podría estar incurriendo en lo que los expertos califican como gastos hormiga o pequeñas salidas de dinero continuas, que aunque parecen inofensivas y no les para bolas pal no representar el gran gasto, a la hora de sumarlos le puede minar hasta un 30% de su salario mensual.
Por esta razón Carlos Andrés Molano, sicólogo y orientador de la ARL Colmena presentó una reciente charla sobre finanzas personales entre empleados de varias empresas, con el fin de que tomen conciencia de gastar racionalmente. A continuación, algunas recomendaciones y claves para ahorrar.
1. Pilas con el factor emocional. Muchas personas son conscientes y tranquilas hasta que llegan a un supermercado o un gran centro comercial. Allí su actitud cambia, y al ver tantas cosas bonitas, atractivas o apetitosas, el primer deseo es comprar y destinar el pequeño ahorro que tenía, así el producto no sea una gran necesidad.
2. Valore de manera significativa lo que piensa comprar. Pregúntese qué tanto lo necesita, si tiene otras necesidades más urgentes, o si hay forma de frenar ese consumo diario que se le volvió habitual.
3. Atención con los créditos que hace, con sacar dinero prestado de uno u otro lado, sin tener claros sus ingresos y sus gastos, y sin considerar que aunque le presten a largo plazo, ese recurso tendrá una elevada tasa de interés.
4. El mayor riesgo para su salud financiera y su seguridad es meterse con los llamados gota a gota, que además de cobrar tasas de usura, terminan afectando su tranquilidad y hasta su vida, ante el riesgo de amenazas continuas por no pagar la cuota diaria que le fijan, ya que en muchos casos así operan este tipo de negocios ilegales.
5. Hable con quien maneja las finanzas de su hogar o si usted es de los que aport dinero a su casa, determine claramente con los demás integrantes de la familia cuántos son los gastos mensuales, los ingresos y cuáles son las prioridades y límites para gastar sin poner en riesgo su situación económica y la de su familia.
6. Hable con su pareja y defina cómo van a enfrentar esos gastos mensuales, a qué le van a dar prioridad, cuánto es lo que debe destinar para el arriendo, la comida y el transporte, los gastos del colegio de sus hijos, entre otros, y qué tanto pueden destinar para la recreación o diversión mensual.
7. Incluya a sus hijos en esas sumas y restas mensuales, explíqueles cómo está la economía del hogar, y defina reglas claras de que no es todo lo que quieran sino todo lo que necesiten. Hay prioridades.
8. Pilas con las tarjetas de crédito y con su uso desbordado. Recuerde que también tienen un interés y que entre más difiera las cuotas, más tendrá que pagar por lo que compró. El consejo siempre es diferirlas solo a un mes.
9. Evite destinarlas para pagar los gastos fijos del hogar, como el mercado o los servicios públicos, puesto que sin haber pagado la primera cuota, ya llegan los cobros del mes siguiente y así se empieza a aumentar ese cobro, hasta llegar al límite de la tarjeta, con más intereses y con el problema de enfrentar un pago adicional.
Un gasto hormiga se identifica por:
1. Son salidas de dinero constante que no parecen relevantes, porque son pequeños diarios.
2. Se repiten constantemente.
3. No se contabilizan como las otras cuentas del mercado o de las cuotas mensuales que debe pagar.
4. Son sustituibles y evitables. Si no hace esa compra periódica no pasa nada.
5. Al sumarlos se da cuenta que fueron gastos considerables.
1. Cuando revisa esa gasto diario o periódico y determina que si lo puede descartar.
2. Cuando ese gasto variable se volvió fijo. Por ejemplo, el desayuno diario en la empresa.
3. Cuando los incluye en su lista de gastos mensuales y se da cuenta que sí son significativos.
Si quiere reducir algunos gastos hormiga, piense:
* La opción de no comprar desayunos en su empresa, sino preparar algo en casa y llevar.
* Prepare el café desde casa o compre una bolsa o un frasco de café para hacer su café continuamente, en vez de comprarlo continuamente en la calle o en una cafetería, donde además termina antojándose de algo adicional.
* Lleve su propio almuerzo al trabajo, si tiene que quedarse en la empresa o labora en jornada continua y por esta razón normalmente va a un restaurante cerca o pide la comida.
* Evite el mecato y los continuos dulces en el trabajo, recuerde que esto también es malo para la salud.
* Mirar catálogos y todo lo que está en oferta es atractivo, pero se puede convertir en otra obsesión.
* Si va al mercado, es bueno que como algo previamente o llegue satisfecho, pues esto le ayuda a evitar la sensación de querer comprar más y comer de todo lo que ve en las vitrinas.
* Si quiere comprarse algo, fíjese metas de qué es lo que quiere comprar.
* Planee el tiempo, en qué plazo quiere tener ese artículo o producto que quiere adquirir.
* Defina el gasto, cuánto espera dejar mensualmente para ese ahorro periódico.
* Calcule el tiempo de ahorro que debe hacer para comprar ese bien.
* Compare el presupuesto con la meta y defina si le alcanza o lo debe ajustar. Por ejemplo, si quiere comprar un celular que le cuesta $600 mil, revise a qué tiempo lo quiere tener. Si piensa que en un lapso de cinco meses, por ejemplo, sabe que deberá ahorrar unos $120 mil por mes. Sin embargo, si la cuota es demasiado alta, deberá aumentar el tiempo, aunque no va a tener el producto ya, pero sí lo va a conseguir evitándose intereses.
* Recuerde la importancia de fijarse metas y de ahorrar, pues aunque a veces se genera un deseo de tener algo ya, no siempre se puede. Además recuerde que: "La constancia vence, lo que la dicha no alcanza".
Antes de tomar un crédito, piense:
Para qué lo necesita, si va a invertir o aprovechar un negocio o es para educación. Si es simplemente para comprar bienes y servicios, defina claramente el beneficio que le va a traer o si será un producto más en la despensa, el clóset o la sala de su hogar. Revise la situación de emergencia y necesidad del porqué lo va a adquirir.
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