
Juan Carlos Layton
LA PATRIA|BOGOTÁ
“La clave del éxito consiste en identificar qué se hace bien y hacerlo muchas veces mejor. Colombia tiene como referente la calidad de su café y tiene las condiciones para seguirlo haciendo”.
Con estas palabras el director de la Organización Internacional del Café (OIC), Robério Oliveira Silva, destacó ayer, en el LXXIX Congreso Cafetero, los avances de la caficultura nacional y sus características competitivas con un grano diferencial.
Al tiempo que consideró, tal y como lo dijo en PANORAMA CAFETERO, que el país no debería pensar en la siembra de café robustas, y planteó nuevas opciones que podrían conducir a que Colombia fortalezca la oferta de sus cafés de alta calidad.
Su propuesta apuntó a la posibilidad de un nuevo pacto cafetero entre el sector privado y público, con una oferta de granos de altas cualidades.
Aunque no sería un gran pacto de cuotas, como el que concluyó en 1989, sí resaltó que se trataría de un acuerdo con multinacionales, para cafés sostenibles, con una serie de certificaciones y características especiales, que tendrían un sobreprecio en el mercado.
Pese a ello, planteó la necesidad de incentivar estas calidades con mejores recursos e incentivos que lleguen a los productores, con una prima especial.
La propuesta apenas se está aterrizando, pero según Oliveira Silva, en marzo próximo se podría comenzar a concretar, con la participación de los países miembros de la OIC.
El director resaltó la necesidad de ser más competitivos, más eficientes y estar mejor preparados para enfrentar un mercado en el cual existen grandes oportunidades.
“Colombia, por ejemplo, ha logrado posicionar su café por su calidad y disponibilidad para la industria durante todo el año a lo largo de muchas décadas y a nadie le cabe duda que el mercado privilegia cada vez más la calidad y los cafés diferenciados”.
Con ello hizo énfasis en que no está de acuerdo con la siembra de cafés robustas. “Colombia es símbolo del café arábigo y de buena calidad. Entonces por qué cambiar esto”.
Pese a la serie de críticas y propuestas, Oliveira Silva destacó que en medio de un mercado mundial complejo para la caficultura, "las buenas noticias es que este país cuenta aún con la más solida y mejor organizada institucionalidad cafetera en el mundo”.
Fue más allá. Destacó los cambios estructurales que ha adoptado esta institución, y resaltó su visión empresarial y la representación gremial con búsqueda de beneficios para los cafeteros y sus familias.
En su concepto, el doble papel que hoy tiene el gremio no es malo, pues con ello ha encausado el esfuerzo colectivo de unas 560 mil familias, "visión gremial que hizo posible la consecución y posterior mantenimiento de la prima de la que goza el café colombiano en el mercado internacional”.
Al final resaltó: “debemos entender la noción de crisis como una ventana de oportunidad para implementar los cambios necesarios y que incluyen liderar la renovación, el crecimiento y la generación de una visión que ha de guiar el desarrollo presente y futuro”.
El director de la OIC, Robério Oliveira Silva, destacó que aún es demasiado pronto para ofrecer un cálculo de la producción mundial de 2013-2014, pero insistió en que podría ser muy estable la oferta contra la demanda, ante los cálculos que prevén en esta cosecha de Brasil un descenso del 6,5%, es decir, una cosecha de unos 47 millones de sacos. Eso además del efecto en América Central, que supuso la pérdida de 2,7 millones de sacos de café en 2012-2013.
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