Negociaciones tienen en vilo a medio país

COLPRENSA|LA PATRIA

Luego de cerca de 14 horas de haberse instalado la mesa de diálogo entre el Gobierno y líderes del paro agrario, aún no se produce resultado alguno. Al menos en cuanto a la resolución del primero de los cinco puntos que están en la mesa: la rebaja de los costos de los insumos.

Después seguirá lo de las importaciones en el marco del TLC que perjudican la producción de los paperos, los lecheros y los cebolleros.

El primer punto es el de mayor urgencia, ya que no solo despeja el camino para continuar con el resto de los temas por resolver, sino que su solución despejará las carreteras bloqueadas, la causa principal de los graves perjuicios que ha causado este paro agrario.

Centenares de foráneos quedaron atrapados en diferentes sitios del mapa boyacense, debido al cierre de las fronteras viales que llevan a distintos destinos del país. Y qué decir del transporte de doble vía de alimentos y otros elementos y artículos de la lista de ‘primeras necesidades’, que cada día crece más. Ya escasean la comida, la gasolina, medicinas; los servicios de transporte de pasajeros, mensajería, carga y recolección de basuras se han reducido a puntos alarmantes.

¿Quiénes son?

Los ojos están puestos en la mesa de negociaciones ubicada en las instalaciones en la Arquidiócesis, en el norte de Tunja. Y allí son protagonistas de primer orden los líderes del movimiento campesino de mayor impacto que conoce la historia en el departamento, y tal vez del país, en las últimas décadas.

A los representantes del Gobierno Nacional casi todos los conocen. Pero la identidad y perfil de quienes tienen la responsabilidad de velar por los intereses de los campesinos no es de conocimiento general.

Tal vez el más sonado es César Pachón, un joven ingeniero agrónomo que aún no rebasa la barrera de los 30 años.

Sobre sus hombros está la responsabilidad de negociar en los mejores términos y resultados este paro agrario, que de un inicial y aparente brote de protesta campesina en la región, se convirtió en un ventilador que agitó los vientos de protesta y alboroto social en casi todos los gremios, pues hoy, diez días después de despegar esta 'bola de nieve'en las alturas de los campos boyacenses alcanzó dimensiones desproporcionadas. Tanto, que muchos piensan que al Gobierno de Santos se le ‘creció el enano’.

Egresado de la Universidad Pedagógica y Tecnológica, trabaja en el campo, y de papa, sabe mucho. Este producto, que es el que identifica al pueblo boyacense, junto con la ruana y el sombrero (aunque esta última prenda ya no es tan común) es uno de los cuatro que Pachón cultiva en terrenos de los que es arrendatario (arveja, cebolla, tomate y zanahoria). Además, es el que da el nombre al movimiento: ‘Dignidad papera’.

Junto con este ingeniero, en la mesa se sientan Florentino Borda y Giovanny Vela, además de los respectivos delegados de los gremios de los departamentos de Cundinamarca y Nariño.

Empeora situación

Mientras continúan los diálogos que comenzaron en la noche del martes, la situación tiende a empeorar, a pesar de que se han reanudado parcialmente las actividades de transporte urbano en las principales ciudades.

Se mantienen la vigilancia y presencia de la Policía y sus grupos del Esmad, aunque sin enfrentamientos como se acordó con el presidente, en un pacto de no agresión de ninguna de las partes. El transporte de carga en varias vías en Duitama y Sogamoso (Boyacá) se unió al paro, escasean los alimentos en todas las plazas de mercado y supermercados, muchos artículos perecederos se han perdido, como carne, leche y arroz, sector que se unió al cese de actividades. Y como último agregado a la crisis está la protesta de 10 mujeres del sindicato de salud que se tomaron hace varios días en Tunja la sede de Caprecom, para manifestar por la falta de recursos para pagar las deudas de esta EPS a la red hospitalaria, a la que le adeudan en Boyacá más de 150 mil millones de pesos.

También la Mane (Mesa Amplia Nacional Estudiantil), anunció que se movilizará hoy para pedir al Gobierno que se convoque una mesa de concertación y discutir la política de educación superior.

En las zonas urbanas de las ciudades los cacerolazos continuarán y hasta ahora el paro deja un saldo de dos muertos, cerca de 50 heridos, 7 vehículos incendiados y 128 personas judicializadas.