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¿Qué lo hace feliz a usted en la vida?
Para Carolina*, quien hace nueve meses perdió a su madre, la respuesta es complicada, pues dice que la haría plenamente feliz que ella viviera, pero la reconforta el recuerdo de tantas cosas maravillosas que le enseñó, como enfrentar la vida con una dosis de alegría. Por eso, hoy se siente mejor preparada para educar a sus tres hijas.
A Jairo Alonso Ospina Rincón, profesional universitario, la felicidad se la inyecta Manizales, tener empleo, el clima y, ante todo, el hecho de tener una familia, compuesta por su esposa y dos hijos que le dan el impulso para levantarse todos los días.
Para Andrew Howard, oriundo de Minessota (Estados Unidos), quien llegó hace dos años a Manizales, su felicidad se refleja en la naturaleza que lo motivó a quedarse, las cortas distancias en una región en plena cordillera, y el hecho de que haya gente siempre dispuesta a ayudarle. "La congestión vehicular es mínima, la gente es muy simpática, cualquier cosa que pido, de inmediato salen a ayudar y me encanta su alegría", asegura.
Percepciones
Estas diferentes percepciones de felicidad se reunieron en un indicador calificado como bienestar subjetivo, medido por el Departamento Nacional de Planeación (DNP), en una encuesta entre 9 mil 710 personas del sector urbano y rural de Colombia. El objetivo fue medir la felicidad, la satisfacción, la depresión y sus preocupaciones.
Aunque hay críticas de expertos como la exdirectora de Planeación Cecilia López Montaño, quien cuestiona el indicador, de acuerdo con Felipe Castro, director de seguimiento y evaluación de políticas públicas del DNP, el interés fue medir las dos caras de la moneda y determinar la motivación de los colombianos, en medio de condiciones tan contradictorias que a veces se viven, como el desempleo, la pobreza, los problemas de escolaridad y salud en Colombia.
Según el director de Planeación Nacional, Simón Gaviria Muñoz, la medición es una evolución de indicadores como el Producto Interno Bruto y el Índice de Desarrollo Humano, los cuales se quedan cortos a la hora de medir el bienestar de los habitantes de un país.
"Por eso es necesario adoptar una medida más integral, que mida no solo la velocidad de la economía, sino cómo se siente la gente con la vida”, explicó Gaviria Muñoz.
En el Eje Cafetero
En el estudio, el Eje Cafetero (que incluye Antioquia) figura entre las tres regiones más felices de Colombia, superando el promedio nacional (ver infografía).
En esta zona del país no solo son un 2,4% más felices que el promedio nacional, sino un 1,1% más satisfechos con las cosas que tienen frente a la media en Colombia. Esto ubica al Eje como tercero en felicidad, por debajo del centro sur(Tolima, Huila, Putumayo, Caquetá y Amazonas) y el centro oriente (Boyacá, Cundinamarca, Santander y Norte de Santander).
También se ubica de segundo en satisfacción con la vida, después del centro sur.
En lo que respecta a depresión y preocupación, la zona cafetera presenta los indicadores más bajos del país, pues sus habitantes están 10% menos deprimidos y 6% menos preocupados que la media nacional.
Unido a ello, se tiene la particularidad de que aquí se encuentran las mujeres más felices de Colombia, con una calificación de 8,5 sobre 10, y se sienten más satisfechas, con una nota de 8,7 (ver infografía).
De acuerdo con Felipe Castro, aunque no se llegó al punto de determinar las causas, puede influir el hecho de que tengan un buen trabajo, buenos lazos sociales, una actitud optimista con la vida, y que siguen siendo las matronas de sus casas, en especial en una región donde el encuentro familiar es importante.
El informe también refleja que los adultos mayores, de 60 o más años, están 6,2% más felices y 3,5% más satisfechos que el promedio nacional.
Poco confiables
Para el sociólogo Rodrigo Santofimio, profesor de la Universidad de Caldas, aunque hay que creer en estas cifras y en la metodología para obtenerlas, se debe entender que no es un indicador plenamente confiable, pues es una percepción, y por ende es subjetivo, en el que influye mucho el estado de ánimo de la persona el día que respondió. Además, está en función de algunas cosas materiales, como que tenga empleo, que esté satisfecha con este y que tenga un salario acorde con su responsabilidad.
"Hay que ponerle una variable que a veces no se estima, y es que cuando se confrontan situaciones hay que tener en cuenta los espacios físicos, geográficos. No es lo mismo si la medida se toma en un barrio de ciertas condiciones sociales o en el campo. Depende de la situación in situ", dijo. No es lo mismo preguntarle a alguien que esté en medio de un ambiente de alegría, que quien está triste o rodeado por fenómenos como la guerra o la violencia.
No obstante, para el DNP, el estudio se convierte en una primera foto, en la que se demuestra que para que una persona tenga bienestar integral necesita una casa, servicios básicos, trabajo, pero también otras cosas, como pertenecer a un círculo social, que su vida tenga sentido, esté bien consigo mismo y una buena actitud frente a la vida.
Para María Leonor Velásquez, consultora de Estoy con Manizales, aunque es un indicador subjetivo y hay tantas apreciaciones de felicidad como personas en el mundo, también es importante entender que la felicidad no puede partir de tenerlo todo. "Tiene que ver con que cada uno acepte lo que tiene y lo disfrute, pues no podemos seguir pensando que alguien nos va a dar felicidad. No puede depender de la riqueza y de querer tener siempre más. Esta depende de construir con el otro y de aceptarlo", consideró.
Igual radiografía
La percepción de felicidad en el Eje, según el DNP, arroja resultados similares al estudio que realizó el Centro de Estudios Regionales, Cafeteros y Empresariales (Crece) en el 2009.
El estudio del Crece tuvo una muestra de 6 mil personas en Manizales y 3 mil más en el resto de los municipios de Caldas, para un total de 9 mil personas, muy similar al estudio del DNP, pero enfocado en este departamento.
Allí se destacó que el 28,3% de los consultados en la capital caldense se declaró muy feliz, y un 35% bastante feliz, para un 63,3% de personas positivas. Entre tanto, un 29,6% se consideró medianamente feliz, contra un 5,4% algo feliz y solo un 1,7% infeliz.
Para Liliana Velásquez, investigadora del Crece, estos dos informes evidencian que los colombianos y la gente del Eje Cafetero no siempre relacionan la situación económica con satisfacción, aunque es evidente que un mejor ingreso influye en la felicidad, pero no es el único factor.
El director de Seguimiento y Evaluación de Políticas Públicas del DNP coincide con ello, al indicar la paradoja que se presenta en ciertos rangos de edad. Por ejemplo, entre los 18 y 25 años, los muchachos de estratos bajos son más felices que los de altos, tal vez por el sueño de un mejor futuro.
En las personas de 60 años de edad en adelante la situación se invierte, y los de estratos altos aseguran ser más felices que los de estratos bajos, pues para muchos empieza una vida en descenso, con varias carencias económicas que no lograron suplir.
Indicadores mundiales
Los indicadores internacionales también muestran una Colombia feliz. El informe del Barómetro Global de Felicidad y Esperanza en la Economía destacó que el país regresó a la cima del índice de felicidad más alto de mundo, con el 85%, 19 puntos por encima del promedio global, que se sitúa en el 66%.
Entre tanto, el Índice de Felicidad (World Happiness Index) del 2016, ubicó a Colombia en el puesto 31 entre 52 naciones, lo que la pone en el nivel alto de ese ranking.
Para Castro estas puntuaciones demuestran que aunque el país tiene problemas y necesidades básicas por resolver, pues los indicadores de pobreza aún superan el 20%, se tiene un mayor optimismo frente a naciones más ricas.
"Japón que es el tercer país más rico del mundo y no tiene ninguna necesidad básica insatisfecha, es una de las naciones más infelices (52 en el World Happiness Index), y con las tasas de suicidio más altas. Entre tanto, Chile, donde ya hay un nivel alto de vida y se puede decir que son los ricos de Latinoamérica, ya hay síntomas altos de insatisfacción".
Para Santofimio y Velásquez, lo importante es que son indicadores que permiten tener otros elementos para cotejar al momento de hacer un análisis, pero que tampoco se pueden sobredimensionar, como para pensar que se está en un país lleno de dichas.
* María Leonor Velásquez, consultora de Estoy con Manizales: La felicidad no significa estar lleno de cosas, sino de saber disfrutar lo que nos da la vida y saber enfrentarla. Claro que también es importante tener en cuenta que en una sociedad donde la desigualdad es tan evidente, la violencia y la injusticia hacen que las personas sean menos felices.
* Rodrigo Santofimio, sociólogo de la Universidad de Caldas: En el Eje influye la dependencia de la economía del café y que hay ciertas condiciones de estabilidad. Es un indicador muy volátil, muy cambiante y por eso hay que tener cuidado a la hora de apoyarnos en él, pues debe confrontarse continuamente.
* Liliana Velásquez, investigadora del Crece: Es una medida de bienestar subjetivo, donde también pesa lo que se llama el capital social. Sin embargo, es un indicador que ha tomado mucha fuerza y que parece bien importante para complementar mediciones como la del Producto Interno Bruto y para el diseño de políticas.
No hubo costo adicional
Planeación Nacional desmintió algunas publicaciones con respecto a que la medición de felicidad tuvo un valor cercano a los $9 mil millones. Según la entidad, no se realizó una encuesta exclusiva sobre bienestar subjetivo (felicidad), sino que se incluyó un módulo sobre este tema en la Encuesta de Percepción Ciudadana, que por mandato legal debe hacer el DNP. Ese estudio, completo, de acuerdo con la entidad, tuvo un valor de $1.051 millones 106 mil 998.
¿Qué la hace feliz?
* Jéssica Alejandra García Pérez: para mí la felicidad es compartir a diario con personas únicas, especiales, y que siempre me llenan de amor y motivación por mi trabajo.
* Wendy Lozano, Campohermoso: estar en armonía conmigo misma, acompañada de las personas que me rodean y tener tranquilidad en todos los aspectos de mi vida.
* Claudia Isabel Mejía, payaso hospitalario desde hace 15 años: soy feliz, porque así lo decidí.
* Jairo Alonso Ospina Rincón, profesional universitario: porque vivo en un país maravilloso y tengo una familia hermosa, con dos hijos espectaculares que me impulsan todos los días.
* Marta Lucía Duque, Chipre: Me encuentro realizada como persona, como esposa, como madre y siento alegría de vivir y me levanto con ánimos todos los días de tener una familia hermosa.
* Johana Guerra Alarcón, residente pediatría Universidad de Caldas: Soy feliz porque estudio lo que me gusta, los niños son los máximo. Está en las cosas básicas, sencillas y en el diario vivir.
Los mayores de 60 años también son más felices. Para el DNP, esto tendría que ver con que muchas personas ya alcanzaron su edad de jubilación. Además, cuentan las personas que llegan de otras regiones para buscar un sitio en el que pueden vivir más tranquilas.
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