JUAN CARLOS LAYTON*
LA PATRIA | BOGOTÁ
Siete dolores de cabeza enfrentan las regiones cafeteras para el 2020. Durante el 87 Congreso Cafetero que se realizó en Bogotá, 21 delegados, sondeados por LA PATRIA, analizaron los principales problemas y las tareas que se tienen que enfrentar.
Los dirigentes y miembros principales de los 15 comités departamentales de café de Colombia, insistieron en que los relevantes problemas están relacionados con las deudas de los productores, los bajos precios, la falta de recursos y los altos costos de los insumos. El gerente de la Federación de Cafeteros, Roberto Vélez Vallejo, respondió a sus inquietudes.
* El periodista fue invitado por la Federacafé.
“Aquí tenemos que ser muy claros, la recuperación del precio del café solo se logró en las últimas semanas y la caficultura en buena parte de los departamentos cafeteros ya dio sus frutos. La gente ya vendió, en algunas partes con café de regular calidad, golpeados por la ola de calor y por la falta de agua de los meses de agosto y septiembre. Entonces no es correcto montarse en un triunfalismo y decir que el sector cafetero no necesita ni apoyo ni ayuda”.
“La propuesta que he hice, ya se la presente al presidente Duque, es adoptar una estrategia de reestructuración de la deuda cafetera, no condonarla, porque he sido un enemigo acérrimo de este tipo de propuestas, pero sí contar con un período de gracia de por lo menos un par de años, y un plazo para pagar su deuda de por lo menos 5 o 10 años. Esto tendría un impacto directo sobre la disponibilidad de ingresos del productor para mantener su finca, ya que si no tiene que pagar su deuda a corto plazo y recibe mejores ingresos podría fertilizar sin ningún problema e invertir en planes de renovación y mantenimiento, con el fin de estar preparados para las tareas de los próximos años.
“No veo ningún analista que hable de un dólar de $3.000, seguirá en un precio alto, porque hay temas estructurales que lo empujan hacia arriba, y el precio del café dependerá mucho de qué pase con la oferta de Brasil (el mayor productor del mundo), porque el mercado empieza a anticipar su cosecha 2021. Su parque cafetero es inmenso y no me sorprendería produciendo entre 65 millones y 70 millones de sacos. Pero cada año necesitamos 3 millones de sacos adicionales para el consumo mundial (hoy bordea los 168 millones de sacos), y por eso a la gente no tiene que darle susto de que Brasil produzca más. Por el lado de los cafés suaves, de mayor calidad, no hay una reacción en producción y ahí se puede mantener firme el precio, y la alta prima del café colombiano (31 centavos de dólar por libra)".
“Es de los principales retos de la caficultura colombiana, por eso vamos a hacer en el 2020 un mayor énfasis en la recolección de frutos maduros, y un mejor proceso en fermentación y secado, porque ahí es donde se nos está quedando parte de la calidad. También hay que parar el comercio de café húmedo, que viene en detrimento de la calidad y trabajar en centrales de beneficio que permitan mejorar estos procesos, con beneficiaderos ecológicos. El otro reto es conseguir los recursos y por eso tenemos que trabajar más fuerte con alcaldes y gobernadores”.
“Nosotros no fertilizamos ni siquiera un tercio de lo que lo hace un productor brasilero, por eso tenemos que trabajar en un mejor plan de educación para decirle al cafetero: si usted le da más comida al café, este le devuelve más ingresos. El problema no solo es el precio, el problema es la falta de flujo de caja, porque cuando llega el momento de comprar los abonos es el mismo momento donde no tiene un centavo con qué comprarlo. La propuesta que le hice al gremio es pensar en la posibilidad de crear un fondo rotatorio para darle crédito al productor y pensar en opciones para que a través de los contratos de futuros el Banco Agrario le preste a las cooperativas para darles crédito para fertilización.
Frente a la reducción de precios, hemos planteado la opción de adquirirlos en bloque entre los diferentes sectores agropecuarios con el fin de reducir por lo menos $10 mil o $15 mil por bulto".
“No me preocupa que se inicie con solo unos $210 mil millones o $220 mil millones, lo importante es que cada año nos hagamos el propósito de ponerle recursos anuales y que el Gobierno aporte una partida similar de la que ponemos nosotros (entre $27 mil millones y $30 mil millones). La reglamentación de cómo va a funcionar tiene que estar lista ya, antes de que termine este año".
“Es lo mejor, esto se volvió una religión, porque antes no lo teníamos y ahora hay una rigurosidad absoluta. Sabemos que tenemos que poner plata para renovación, empujarla y por eso hemos logrado los actuales resultados de una caficultura joven y tecnificada. Son los mejores indicadores técnicos de la caficultrta colombiana en su historia (Alrededor del 83% del café del país ya es resistente a la roya, contra un 80% que se registró en el 2018). Este año vamos a terminar con unas 85 mil hectáreas renovadas y la meta es seguir impulsando este indicador.
“Además de fortalecer la calidad, tenemos que trabajar para montar en el piso mínimo de protección social, mejorar la ejecución de obras y llegar al reconocimiento de parte de la industria en el mundo de que tenemos que llegar a unos precios que le den al productor la posibilidad de la sostenibilidad económica".
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