ANDRÉS VILLAMIZAR
LA PATRIA | MANIZALES
Los expertos tienen claro que si el Gobierno nacional quiere implementar una reforma agraria exitosa no solo debe enfocarse en distribuir la tierra, sino en brindar todas las garantías para que las familias campesinas puedan trabajarlas. Para esto, según los analistas la Administración de Gustavo Petro deberá trabajar de la mano de los latifundistas y emprender un catastro multipropósito en las zonas rurales de todo el país.
El presidente electo explicó en diferentes oportunidades que uno de sus objetivos es adelantar una reforma rural en Colombia. Por esa razón el programa de Petro explica que deberá comprar la tierra improductiva y entregarla a los campesinos para trabajarla. Otra opción es que el latifundista decida producir el terreno con recursos propios. De no darse ninguna de las anteriores, pues el latifundista deberá pagar impuestos.
Panorama
Cecilia López fue designada para ser la nueva ministra de Agricultura de Colombia y una de sus principales tareas es adelantar la reforma agraria. López dijo en entrevista con Yamit Amat, para El Tiempo, que en Colombia hay 22 millones de hectáreas de tierra aptas para la producción agrícola, pero solo se explotan 5,3 millones.
Diferente es el caso de la ganadería, donde se cuenta con 15 millones de hectáreas competentes para esa producción, sin embargo 34 millones de hectáreas son utilizadas para la ganadería extensiva en el país.
No solo es dar tierra
Para Guillermo Sinisterra, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana, el problema de la reforma agraria es que siempre se pensó que solo se trataba de distribuir la tierra y por eso han fracasado todos los intentos de hacerla en el país.
“Por eso fracasó la reforma agraria de 1973, cuando se sacaron las unidades agrícolas familiares en el Gobierno de Misael Pastrana. Le dieron tierras a los campesinos y no podían venderlas en los siguientes 12 años, pero esas familias no tenían plata para producirlas, entonces esperaron y luego las vendieron muy baratas”, contó el profesor.
Agregó que es necesario brindar acompañamiento técnico a los agricultores, insumos, infraestructura, financiación y mejorar las vías terciarias para que las personas puedan transportar sus productos.
Cómo hacerlo
Jaime Rendón, director del Centro de Estudios e Investigaciones Rurales de la Universidad de La Salle, señaló que para hacer la reforma es prioritario implementar un catastro multipropósito en la zona rural del país. Según Rendón solo las grandes ciudades lograron avanzar en esto y ese elemento es crucial para obtener la información que encamine el proyecto.
Rendón precisó: “El castastro un instrumento que nos va a permitir saber cuál es la extensión de las fincas, qué se está produciendo en esas terrenos, si están pagando impuesto y cuánto sobre esas fincas o no, si la gente tiene títulos sobre esas tierras o están en terrenos baldíos que pertenecen al Estado”.
El director añadió que por lo general en Colombia se pagan más impuestos por un pequeño apartamento en ciudades capitales que por enormes extensiones de tierra, de ahí la necesidad de hacer el catastro y actualizar la información para conocer qué terrenos tenemos y de cuáles se dispone.
El problema no es la ganadería
Rendón y Sinisterra coincidieron en que el Gobierno electo debe tener en cuenta que el problema no es la ganadería, sino la forma en cómo se está haciendo, que es acumulando mucha tierra para pocas cabezas de ganado, en lugar de aprovechar la que son fértiles para la producción agrícola.
De acuerdo con Sinisterra para hacer la reforma rural no es necesario acabar con los latifundistas, sino trabajar con ellos, pues no son los enemigos, aclara. El analista anotó que la Administración de Petro debe dialogar con los dueños de los grandes terrenos y llegar a un acuerdo para que dejen producir a los campesinos en sus tierras y les den asistencia técnica a cambio de un porcentaje de la ganancia.
La ministra López ya anunció que el Gobierno dialogará con los ganaderos y tratarán de buscar un acuerdo, pero el que no esté dispuesto a hablar y posea tierra fértil tendrá que pagar altos impuestos.
De acuerdo con los expertos consultados para este trabajo periodístico, un latifundio en Colombia es considerado una extensión de tierra superior a 100 hectáreas. Sin embargo, Jaime Rendón, director del Centro de Estudios e Investigaciones Rurales de la Universidad de La Salle, aclaró que es difícil establecer una medida única para todo el país, porque eso depende del contexto y del cultivo.
Minifundio
se consideran a las fincas de menos de cinco hectáreas, que son las que poseen en mayor proporción las familias campesinas.
Baldío
Es un terreno rural que pertenece al Estado, porque se encuentra en el territorio nacional y no tiene un dueño particular.
La frase
“El gobierno no debe empezar a amenazar a los latifundistas, debe comenzar a trabajar con ellos”: Guillermo Sinisterra, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana
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