ANDRÉS VILLAMIZAR
LA PATRIA | MANIZALES
Si el Gobierno mantiene su idea de frenar las exploraciones de gas natural, en su plan de hacer una transición a unas energías más limpias, el mayor impacto lo tendrán los usuarios, en especial los más pobres. La razón es que el gas ayuda a reducir la pobreza, pero si se elimina o se encarece se aumentaría la pobreza energética.
La tesis pertenece a Roberto Angulo, socio fundador de la firma Inclusión, que adelantó un estudio sobre la pobreza energética en Colombia. Según el experto, el Gobierno debe considerar el beneficio social que tiene el gas natural en la población o, de lo contrario, se afectaría la propuesta de reducir la pobreza, una de las banderas del Gobierno Petro.
Angulo, quien participó del Congreso de Naturgás 2022, que se celebró la semana pasada en Cartagena, manifestó que en el país hay un promedio de consumo muy bajo de energía percápita (por persona) con respecto a su nivel de desarrollo. Agregó que solo el 67% de la población en el país cuenta con gas natural en sus viviendas.
Impacto social
Angulo sostuvo que el índice de pobreza multidimensional no incluye a la pobreza energética, pero el gas sí tiene un impacto no solo monetario sino multimensional para las personas, "porque es el combustible que la gente utiliza para cocinar, hacerlo con leña es una privación, que además trae riesgos de adquirir enfermedades respiratorias y además está demostrado que se gasta más tiempo en trabajo no remunerado", lamentó.
El economista y socio fundador de Inclusión dijo que el Gas Licuado del Petróleo (GLP) o el conocido gas de pipa es más costoso. Anotó que una familia que se traslade del gas propano al natural se ahorraría $62 mil mensuales y, por ende, tendría más dinero para gastar en otras necesidades.
No es un problema rural
Según el experto, este no es solo un problema de las zonas rurales y lo sustentó con cifras. "Utilizando las mediciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) de lo que son zonas rurales y urbanas, encontramos que en las zonas predominantemente urbanas, o sea en las grandes ciudades, como Bogotá, Cali y Medellín, el 1,2% de los hogares todavía cocina con leña y carbón", explicó.
Añadió que en las zonas intermedias, que se ubican entre las grandes ciudades y las zonas urbanas, el índice de ciudadanos que cocinan con leña y carbón es del 14%. La cifra para las zonas rurales es del 39%.
Según Angulo, las cifras dan cuenta que las personas que viven en el campo tienen una carencia más notable del servicio de gas, sin embargo, todavía hay retos importantes en las áreas intermedias y zonas predominantemente urbanas. El promedio nacional de personas que cocinan con leña y carbón es del 10%.
La tarea
Angulo señaló que si el gas natural se expandiera podría reducir la pobreza energética en cerca de 647 mil hogares en Colombia, solo en zonas predominantemente urbanas e intermedias, sin incluir lo rural.
Añadió que la política de transición energética no es solo un tema del Ministerio de Minas y Energía y del de Medio Ambiente, sino que es relevante en materia social y del efecto que tendrá en el bolsillo de los usuarios, por eso debe ser una estrategia que incluya a todos los sectores.
¿Y las exploraciones?
De acuerdo con el experto los anuncios del Gobierno de frenar las exploraciones de gas traería escasez de la fuente de energía, lo cual no sería bueno teniendo en cuenta que este estimula la reducción de la pobreza. En su concepto, el Departamento Nacional de Planeación y el Departamento de Prosperidad Social deberían sumarse a la discusión que es crucial para los indicadores de pobreza.
"El principal desafío es poner sobre la mesa la transición energética y no solo mirar sus efectos económicos y ambientales sino también los sociales. Si ponemos el tema de pobreza sobre la mesa seguramente las conclusiones y decisiones del Gobierno serían distintas a las anunciadas hasta ahora", concluyó Angulo.
Al respecto, el presidente Gustavo Petro, sostuvo que el papel del gas en la transición energética se discutirá con el sector gasífero y quedará escrito en el Plan Nacional de Desarrollo, para lo que dio un tiempo hasta marzo del 2023.
El ministro de Transporte, Guillermo Reyes, confirmó en el Congreso de Naturgás que la reforma tributaria ya no incluirá la sobretasa para el sector gasífero. Se refiere al articulado que planteaba una sobretasa que comenzaba en el 10% y se pasaba al 5% en el tercer año. Es decir, sobre la base tributaria del 35% se le sumaba 10 puntos en el año 2023, 7,5 puntos en 2024 y 5 puntos en el 2025. Naturgás celebró la decisión y reconocieron que es un paso importante para que el sector empiece a realizar su papel en la transición energética.
El Gobierno de Gustavo Petro ha planteado su compromiso con el cambio climático. Por esa razón una de sus banderas es que Colombia transite de una economía de carbón y petróleo a una con energías limpias.
Sin embargo, en el pasado Congreso se expresó el malestar de frenar las exploraciones de gas, ya que según Luz Stella Murgas, presidenta de Naturgás, se afectaría a 36 millones de colombianos que dependen del energético. Recordó que de este total unos 30 millones pertenecen a los estratos 1, 2 y 3 y verían variaciones en sus facturas, además de los conductores que lo utilizan como combustible.
Pese a ello, durante su intervención en el encuentro, el mandatario fue tajante. "Toca hacer la transición energética", dijo, y argumentó que de no hacerse la humanidad desaparecerá. Agregó que América Latina cuenta con los recursos naturales para generar energías limpias y que eso en un futuro será una ventaja competitiva en el mercado.
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