JUAN CARLOS LAYTON
LA PATRIA | MANIZALES
Un nuevo brote de esperanza surge entre los caficultores de Colombia, después del acuerdo al que se llegó entre el Gobierno y los 23 coordinadores del Movimiento por la Dignidad Cafetera, durante las mesas de negociación realizadas el pasado miércoles y jueves en Pereira.
Tanto para el vicepresidente, Angelino Garzón, como para el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo Salazar, este se convierte en un hito en la historia del sector, y en un símbolo del diálogo.
Su esperanza es que las nuevas ayudas y las promesas de poner en marcha medidas efectivas contra la revaluación del peso, finalmente surtan efecto y se empiece a vislumbrar un mejor panorama.
No obstante, para Guillermo Gaviria, coordinador del paro por Antioquia, la situación, además de los grandes problemas macroeconómicos, fue responsabilidad del Gobierno, pues desde hace tiempo se prendieron las alertas y se le hizo el llamado sobre la crisis.
Sin embargo, reiteran que el Gobierno se retrasó en tomar medidas de fondo, y trató de aliviarla con paños de agua tibia, pues siempre se estuvo un paso atrás de las reales necesidades.
Para el ministro de Agricultura el muerto no se le puede echar al Gobierno, pues se debe a los problemas de la revaluación del peso, el bajo precio y hasta de la baja producción, en la que el sector lleva cuatro años encunetada. Además la falta de liderazgo y representación de la Federacafé.
A continuación un recuento de algunos problemas de la caficultura y el paso a paso de los últimos eventos que llevaron al paro y a la negociación, que también por primera vez en su historia es ajena a las instancias de la Federación de Cafeteros, en la que se ven fisuras, falencias y divisiones.
El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, reconoció que la Federación de Cafeteros necesita un revolcón, pues en su concepto el paro mismo, así haya tenido intereses políticos mezclados, demuestra que hay fisuras y falencias que no se supieron manejar y que perdió liderazgo y representación.
- ¿Cómo analiza la situación de la Federacafé ante este paro y el revolcón que debe tener?
A la Federación le ha faltado liderazgo para mantener desactivado este paro, y es la única razón por la cual el Gobierno ha concurrido a Pereira a dialogar con los promotores de la protesta. Por esa misma razón, se planteó desde hace días la llamada "constituyente cafetera", que no es otra cosa que una comisión independiente, no del bolsillo de la Federacafé. Debe tener voces académicas, comerciales, de negocios y visiones nuevas y frescas, y con voceros de quienes no se sienten representados en la Federación, para que presenten conclusiones sobre la caficultura del siglo XXI y las reformas que hay que darle. La institucionalidad es útil para la caficultura, esta no puede desaparecer, pero hay que mejorarla y actualizarla.
- ¿Qué aspectos debe contemplar esa comisión?
Hay que analizar elementos sobre en qué hay que cambiar los estatutos de la Federacafé, cómo mejorar el pasmado consumo interno del café, cómo optimizar los sistemas de comercialización, y cómo recuperar la producción y participación externa en el mercado, pues la crisis que se vive es ante todo de producción, con cuatro años encunetados, con menos de 8 millones de sacos. El ingreso no solo se ha resentido por precios, sino por producción.
- ¿Hay que hacer adelgazamiento y un relevo generacional también en la Federación?
Todo eso tendrá que ser analizado con desprevención e independencia y las conclusiones de esa comisión irán a un congreso extraordinario cafetero, por lo que se ha llamado asamblea constituyente cafetera, para que sean los propios cafeteros, acreditados para asistir, quienes digan en qué sentido van a cambiar sus estatutos y la organización para adecuarla a los tiempos modernos.
- Como lo dijeron algunos comités de cafeteros ¿usted cree que los cafeteros están mal representados a través de la gerencia?
Estuvimos hablando con todos los comités y lo que realmente observamos allí es que el liderazgo de la oficina central para con las bases regionales, departamentales o municipales se ha vuelto muy tenue, muy diluido, muy inacatado, y por eso concurrimos para buscarle una solución al paro.
- ¿El paro es un golpe de Estado a la Federacafé?
Hay que ser francos. El que haya habido una interlocución del Gobierno con las directivas del paro, es un reconocimiento de que la Federación ha perdido liderazgo y capacidad de orientar la política cafetera, por lo que la debe recuperar, para no dejar desprotegido al sector. Pero realmente este paro se le salió de las manos, tanto a la Federación como a los mismos organizadores de la protesta.
* Desde hace unos seis años se viene planteando la difícil situación del sector, ante las intensas lluvias y el impacto de la revaluación del peso. El entonces gerente de la Federacafé, Gabriel Silva, decía que venían años dorados, aunque la situación evidenciaba que no era así. En varios análisis de PANORAMA CAFETERO el problema se advirtió, ante la suma de otros males, como la presencia nuevamente de la roya, que había surgido en Caldas hace 30 años, además de otros brotes como el mal rosado. El expresidente Uribe calificó la situación de "dolorosa".
* En 2009 la producción fue la peor en muchos años, con solo 7 millones 812 mil sacos de 60 kilos. La roya aumentó y se hablaba de unas 37 mil hectáreas amenazadas, equivalentes a algo más del 4% de la producción total, lo que paloteó gran parte de la producción del país.
* En 2010 y 2011 la regular situación se mantuvo, y además del mal clima, y la revaluación del peso, la producción siguió jugando en contra del sector. Esto condujo a que el país fuera desplazado al cuarto lugar del mundo por Indonesia, desde el año cafetero 2008-2009.
* En 2012 se advertía otro año difícil por el mal clima, la revaluación, y una caída en producción. Se cerró con una cosecha de 7 millones 744 mil sacos, la más baja en 36 años. Se sumaron los malos precios, de $524 mil por carga. Además de los males de la llamada araña roja y la broca.
* El 13 de agosto del 2012 se manifestó el primer malestar en el país, a través de una marcha cafetera en Caldas, luego de unos 17 años sin estos movimientos. No solo se llenó la Plaza de Bolívar de Manizales, sino los alrededores, con unos 12 mil asistentes que pedían un mejor precio.
* El 9 de octubre se realizó la segunda marcha nacional. Aunque la asistencia fue menor, en todo el país se habló de unos 20 mil manifestantes. El reclamo principal era la caída de precios, que se comenzaban a ubicar por debajo de los $600 mil por carga.
* Bajo esta presión y la amenaza de nuevos paros, el 17 de octubre el Gobierno anunció una ayuda de $2 mil por arroba para cuando el precio del café cayera por debajo de los $650 mil. Sin embargo, la reacción de los productores no se hizo esperar, y calificaron la medida de precaria y pírrica.
* Previo al LXXVII Congreso Cafetero, y ante la amenaza de más paros, el 24 de noviembre el Gobierno triplicó las ayudas de $2 mil a $6 mil por arroba, con apoyos hasta el 31 de enero. Los cafeteros siguieron insatisfechos y el 28 de noviembre, en pleno congreso, volvieron a marchar.
* En el LXXVII Congreso el presidente Juan Manuel Santos caldeó los ánimos cuando dijo que la crisis no era tan grave, aunque los cafeteros la calificaban de la más delicada en 20 años. Antes de terminar enero, aumentó la ayuda en $7 mil millones más, sumando un total de $85 mil millones.
* El 6 de febrero, previo a la amenaza de paro, el presidente Santos asistió a Chinchiná, donde extendió hasta el 31 de julio la ayuda de $6 mil por arroba, con $150 mil millones más. Los productores no quedaron contentos, pedían un precio de sustentación de unos $700 mil por carga.
* El 25 de febrero comenzó la protesta en todo el país, y las cifras hablaban de más de 80 mil cafeteros que exigían un precio de sustentación, pero ya incluían cinco puntos, incluyendo control al precio de los insumos y créditos. El Gobierno dijo que cedía al remolque de paros.
* El jueves 28 el Gobierno se sienta a hablar con los coordinadores del paro. Comenzaron a las 4:00 p.m. hasta la madrugada del viernes. No hubo acuerdos. El Gobierno propuso aumentar la ayuda de $6 mil a $9 mil. Los cafeteros no aceptaron y el Gobierno rompió las mesas de negociación.
* El sábado 2 de marzo en Comité Nacional, ante la presión del paro y el malestar generalizado, el Gobierno aumentó la ayuda a $ 11 mil 500 por arroba. Para los de más de 20 hectáreas, la ayuda sería de $ 9 mil 500. A los cafeteros marchantes tampoco les gustó y siguieron con el paro.
* El 4 de marzo hubo convocatoria para un Congreso Extraordinario, pero los coordinadores del Movimiento por la Dignidad Cafetera dijeron que no asistirían. Explicaron que no fueron invitados oficialmente, por lo que el Gobierno pidió cancelar el evento. El interés era hablar con todos.
* El 4 de marzo, la dirigencia cafetera se reunión con el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo. La mayoría de comités se destapó y expresó su inconformismo con el gerente de la Federación, Luis Genaro Muñoz. Pidieron un precio base de $700 mil por carga.
* El pasado jueves en Pereira se desactivó el paro, con los coordinadores del Movimiento por la Dignidad Cafetera. La ayuda se acordó en $145 mil por carga ($ 14 mil 500 por arroba), un precio piso de $480 mil, que significa que si el precio es inferior a ese valor se le otorgarán $20 mil más por carga, y un techo de $ 700 mil por si el precio mejora. En el acta que firmaron, pidieron seguir negociando los demás puntos. Luego de once días, el paro se levantó.
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