
Juan Carlos Layton
LA PATRIA|BOGOTÁ*
A las 5:00 a.m de ayer comenzó el LXXVII Congreso Cafetero en Bogotá. Por lo menos así fue para unos 300 productores de diferentes partes del país que se concentraron desde esa hora, cerca de la Federación de Nacional de Cafeteros, para reclamar por los bajos precios.
Provenientes de regiones como Caldas, Quindío, Risaralda, Huila, Antioquia y el Valle del Cauca muchos productores recorrieron hasta 14 horas en buses y busetas para hacer presencia en el máximo evento del sector, y recordarles al Gobierno y a la dirigencia cafetera que ellos son quienes más sienten la difícil situación.
Aunque la Policía y escuadrones antimotines taparon la calle 73, entre carreras séptima y novena, los reclamantes se las arreglaron a un lado de la tienda Juan Valdez, donde se ubicaron con parlantes y pancartas para reiterar que necesitan un precio mejor.
Adentro el ambiente era menos tenso, pero igual lleno de expectativas, ante los posibles anuncios que haría el presidente Juan Manuel Santos, más cuando el pasado sábado se entregó un paquete de ayudas por $80 mil millones, por lo que algunos dirigentes ya preveían que no habría más anuncios de plata.
Entre tanto, afuera los dirigentes elevaban arengas como “nuestros cultivos son lícitos, ¿los quieren ilícitos?” y “al presidente se le olvidó la situación del café”, adentro hacia las 9:30 a.m comenzaba oficialmente el Congreso con peticiones concretas como las de un precio de sustentación de $650 mil por carga de 125 kilos.
Sin embargo, al final, para ambos “congresos”, adentro y afuera, las respuestas del Gobierno Nacional no fueron tan satisfactorias como esperaban, y de nuevo dejaron al gremio con más dudas que sonrisas en sus caras, más cuando el mandatario aseguró que en definitiva esta no es la más grave crisis del sector.
No es la más grave
Aunque hacía unos minutos el presidente del LXXVII Congreso Cafetero, Ricardo Alonso Gutiérrez, resaltaba que el sector está padeciendo una de las más graves crisis de los últimos 20 años, en su discurso el presidente Santos reiteró que “las dificultades del sector cafetero no son algo nuevo en el país”. Recordó los problemas que se vivieron en 1990 y 1991, luego de la suspensión del Pacto de Cuotas (1989).
Resaltó que la peor crisis del sector por su intensidad y duración fue hace una década, época que también le tocó lidiarla como ministro de Hacienda, con precios de 50 centavos de dólar por libra. Por eso, dijo, hay que mirar la situación con más objetividad y más detenimiento.
Su análisis se basó en que aunque el precio internacional y el precio nacional e incluso la tasa de cambio se encuentran en niveles levemente inferiores al promedio del 2006 - octubre del 2012, no se evidencian choques externos a la caficultura.
“Con todo respeto por los analistas — y basado en mi propia experiencia— yo creo que no puede hablarse por estos días de una gravísima crisis cafetera, aun con la tasa de cambio actual, cuando el precio del café se encuentra en niveles superiores a un dólar con 60 centavos”, dijo.
En medio de ese análisis, indicó que está convencido del apoyo que se le tiene que ofrecer al sector y no permitir su languidecimiento por falta de compromiso o de voluntad política.
Eso le dio pie para recordar que sumando tres grandes programas que incluyen apoyos directos al Fondo Nacional del Café y al sector, apoyos al financiamiento, y crédito Finagro, los beneficios desde el Gobierno alcanzan los $2,1 billones entre el 2010 y el 2012.
Comisión de expertos
Santos también invitó a constituir una nueva comisión de expertos que, mediante un proceso de reflexión y discusión, estudie los temas críticos que afectan al sector.
En su concepto esta comisión tendría que llevarse a cabo, en cualquier caso, dentro de la institucionalidad cafetera, haciendo franca alusión a las protestas y reclamos de asociaciones como el movimiento por la Dignidad Cafetera.
Igual sostuvo que es el momento para que la Federación haga una reflexión sobre aspectos como para dónde va la caficultura colombiana, qué está pasando en el país, una explicación del cambio climático, que muchos no han entendido, y la necesidad de pensar en modernizar los esquemas de producción y comercialización.
Entre los puntos que resumió en tres, el presidente habló de diseñar apoyos que busquen resolver los asuntos estructurales de la caficultura, reiterando que: “la alta dependencia de fuentes financieras de la Nación no es conveniente pues ésta, por obvias razones, está sujeta a los vaivenes de la economía”.
También habló de fomentar una cultura que ayude a minimizar los riesgos asociados a los fenómenos climáticos que afectan la producción de café y hacer mayor usos de mecanismos modernos que ofrecen las bolsas, como los seguros que se han planteado a través de los Contratos de Protección Precios (CPP).
Sí es crítica
Los cuestionamientos no se hicieron esperar y varios dirigentes cafeteros cuestionaron los planteamientos del Gobierno Nacional.
Para el presidente del LXXVII Congreso Cafetero, aunque no se le prestó mayor atención a la solicitud, es vital que se mantenga un mínimo de $65 mil por arroba, considerando que por debajo, no se rescatan siquiera los costos de producción.
Para Marcelo Salazar, presidente del Comité de Cafeteros de Caldas, aunque el presidente Santos puede estar lleno de buenas intenciones, al parecer está mal informado de los costos de producción.
“Creo que hace falta hablarle con las cifras en la mano y creo que los ministerios de Hacienda y Agricultura no lo está haciendo y, me atrevo a creer, que de parte de la Federación de Cafeteros tampoco se están dando las cifras correctas”, aseguró.
Por su parte, el miembro principal por Caldas al Comité Nacional, Mario Gómez Estrada, sostuvo que hay que comparar las cifras que el presidente Santos citó, pues el cafetero siente en su bolsillo muchos más problemas, o por lo menos similares a los de las épocas de crisis.
Afuera, luego de conocer los conceptos del presidente Santos, varios cafeteros no solo abuchearon sus planteamientos, sino que indicaban que había mala información.
Aurelio Suárez, representante de la Unidad Cafetera, resaltó que el presidente se equivoca de manera deliberada, pues el mandatario sabe de café. “Esta es la peor crisis de la historia, está combinada a una tasa de cambio baja, un precio internacional bajo y una producción, la más baja en los últimos 30 años. Si esta no es la peor de la historia, entonces que nos diga si lo que viene es peor”, indicó.
Al final, la Comisión Administrativa de Asuntos Varios recibió una delegación de los cafeteros protestantes, quienes finalmente pudieron entrar a la Federacafé.
Algunos en medio de sonrisas decían que eran la primera vez que estaban en la entidad que los representa, mientras otros decían que es hora de que la institución conozca a un pequeño caficultor.
Al final, los ánimos se calmaron y muchos cafeteros, de adentro y afuera, terminaron los debates, pero quedaron con un balance agridulce del primer día del Congreso nacional.
Ayudas retroactivas
Una buena noticia tuvieron ayer los cafeteros del país. En medio de las ayudas que ha ofrecido el Gobierno y que han calificado de insuficientes, el Gobierno anunció que después de que se aumentó el apoyo de $20 mil por carga a $60 mil, los cafeteros que recibieron las primeras ayudas, podrán reclamar los $40 mil restantes, con el fin de compensar el primer beneficio que recibieron.
Se estima que los cafeteros que han recibido hasta ahora el Apoyo al Ingreso Cafetero alcanzan los $50 mil y por lo menos cada uno ha vendido en promedio 1,2 cargas.
Un precio base de $80 mil
Los cafeteros de base, que protestaron ayer al frente de la Federación Nacional de Cafeteros esperan que para el otro año haya por lo menos un precio base de $80 mil por arroba.
La petición la hicieron ayer, luego de que los recibió la Comisión Administrativa de Asuntos Varios.
Guillermo Gaviria, oriundo de Concordia (Antioquia), y quien quedó como vocero de los cafeteros, resumió en seis puntos las quejas que los concentraron ayer.
Además de precios, pidieron alivio de créditos, control a las importaciones de café, no hablar más de contribución cafetera, y no promover la minería en las zonas cafeteras, donde ya se están dando entregando licencias para explotación minera.
Dijo que en unos municipios hay solicitudes de explotación minera de hasta el 80% de los suelos.
Resaltaron que una actividad legal y unos productores legales puedan pasar a formar parte de un negocio ilegal, como raspachines y hasta miembros de las Bacrim.
¿Cuál es el principal reclamo que los trajo a Bogotá?
Luis Antonio Palacio, Belén de Umbría (Risaralda): Para que nos den un mejor precio del café y bajen los insumos.
Carlos Ariel Restrepo, Belén de Umbría (Risaralda): Hay que darle un precio de sustentación al café.
Nolberto Restrepo, Belén de Umbría (Risaralda): venimos a protestar contra las políticas del Gobierno y la Federación.
Carlos Alberto Blanco, Filandia (Quindío): ante la indolencia del Estado, que nos tiene relegados a la pobreza absoluta.
Mario Mesa Chindicué (Huila): Para expresar nuestro malestar, porque tenemos unos 150 mil indígenas cafeteros afectados por el sector.
Sonia Arango, Íquira (Huila): porque el café está a muy bajo precio y no lo pagan a lo que es. Pedimos un pago justo y estable.
* El periodista asiste al Congreso invitado por Federacafé.
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