JUAN CARLOS LAYTON
LA PATRIA | MANIZALES
La empresa de Generación Energética (Gensa) le comenzó a apostar a la búsqueda de un socio estratégico para construir la Pequeña Central Hidroeléctrica (PCH) de Río Hondo, en el corregimiento de Florencia, en Samaná, al oriente de Caldas.
Este sería el primer proyecto de Gensa en Caldas y en el país, después de 18 años de promover la construcción de Miel I, la primera obra energética en el oriente del departamento y la quinta central con mayor capacidad instalada en Colombia, perteneciente hoy en día en el 100% a Isagén.
El objetivo del socio es contar con un aliado estratégico que actúe como inversionista. Su función será hacer los ajustes a los diseños definitivos, y además financiar, construir y operar.
Banca
El presidente de Gensa, Tony Jozame Amar, explicó que ya se contrató una banca de inversión, a la firma CGI, con el fin de que por lo menos en cuatro a cinco meses se tenga la firma interesada.
Así se procedería a construir, casi que de inmediato, este proyecto que ya tiene tanto licencia ambiental como viabilidad económica y técnica.
Río Hondo tendría una mínima capacidad instalada de 19,9 megavatios, contra unos 120 megavatios que espera generar Miel II, y además sería a filo de agua, lo que significa que no tendría que construir embalse, como el que sí tuvo que construir Miel I.
Se sumaría a las plantas energéticas que tiene Gensa en Paipa (Termopaipa), a base de carbón, diversificando la canasta energética. Se suma un proyecto solar que se planea en Paipa, al lado de las térmicas, para entregarle la energía a todo el sistema de enfriamiento de Termopaipa.
En Paipa
Gensa resaltó el mejoramiento en las tres unidades térmicas de Termopaipa, a base de carbón (Paipa 1, 2 y 3) con una inversión por $70 mil millones, con el fin de mitigar el impacto ambiental.
Eso incluye la adopción de un sistema nuevo de enfriamiento a través de unos canales de conducción, lo que les permitirá sacar prácticamente el caudal del río Chicamocha, que antes lo utilizaban como principal fuente de enfriamiento de las plantas. Solo utilizarían el 10% del caudal.
Unido a ello, aumentarán el nivel de enfriamiento, con unas torres que permitirán que el agua caiga a temperaturas más bajas, lo que también permitirá que se reduzca la afectación en el ecosistema.
La meta es tener las obras listas para finales de este año y la otra parte hacia junio del 2022, dando por terminado con las amenazas de sanciones que tuvo Gensa hace años por ese impacto ambiental.
Mejores ganancias
Según el reporte de Gensa, entre enero y junio la utilidad neta ascendió a los $34 mil 500 millones, un incremento del 4.404% frente al mismo lapso del año anterior. El reporte también supera al del 2020 completo, cuando se obtuvieron ganancias de $16 mil millones.
Parte de esa ganancia fue posible al mejoramiento de la rentabilidad en la venta de energía, las medidas administrativas y las condiciones climáticas que incidieron que no se tuvo que prender las plantas de Termopaipa, aunque ha estado disponible para generar.
Jozame Amar explicó que esa garantía de estar lista para arrancar en cualquier momento, con una existencia importante de combustible, en este caso de carbón, es lo que se conoce como cargo por confiabilidad. Ese factor es lo que le ha permitido obtener unos ingresos adicionales de parte del Gobierno nacional o ingresos no operacionales que ascienden a los $10 mil 748 millones a abril.
Aunque en los primeros meses Gensa ha mantenido sus compromisos de ventas de energía a otras compañías, dicho negocio lo han honrado, con la compra de energía en bolsa.
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