LA PATRIA | MANIZALES
A pesar de que no se ha reportado el crecimiento que se esperaba, el sector financiero fue de los que más jalonó la economía durante este primer semestre del año.
Para Santiago Castro, presidente de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria), el objetivo es que la banca llegue a más personas, en especial a la base social de la población.
¿Qué se está haciendo para alcanzar la meta del 84% de bancarización en el 2018?
Trabajamos en múltiples frentes. Este es un trabajo conjunto no solo de la banca sino también del Gobierno Nacional, de los entes territoriales y del sector privado. Se está trabajando con el Seguro Social para bancarizar a los pensionados, con el Ministerio de Transporte para hacer pagos en los peajes electrónicos, entre otros. El reto es cubrir sobre todo millón y medio de personas que están en los estratos 1, 2 y 3.
Se ha hablado de la dificultad de bancarizar a los reinsertados...
Es difícil pero no es imposible. Estamos hablando de combatientes rasos que puedan estar bancarizados con sus familias, pero eso significa sacar adelante un montón de proyectos a los que hay que ponerles el acelerador. Que tengan productos básicos como una cuenta de ahorros. Se requiere también de colaboración en la normatividad de la Superintendencia Finaciera. El Banco Agrario ya está haciendo una bancarización masiva de reinsertados. Lo que siempre hemos dicho es que los cabecillas que están incluidos en la lista Clinton no podrán ser bancarizados.
¿En qué se está trabajando para fortalecer los créditos agrícolas?
La banca está haciendo un esfuerzo grande para reactivar sus canales en el sector agrícola y rural. No todo crédito en ese sector tiene que ver con un emprendimiento del agro, pero tampoco depende de los jugadores tradicionales como Banco Agrario o Finagro. Ya vemos a otros jugadores de la banca privada haciendo una presencia muy grande. Obviamente, empiezan con los productores más grandes, pero después se va filtrando a más productores pequeños.
Microcrédito
¿El microcrédito empezó a llegar al sector rural?
Sí, estamos viendo que la banca de microcrédito que antes estaban en los sectores vulnerables también se está desplazando a los sectores rurales, incluso compitiendo con mercados del gota a gota que representan un peligro para el consumidor financiero. Pero depende también de una política de Estado, pues este y el agrícola tendrán que tener un componente de subsidio e incentivo, puede ser alivio en la tasa o a través de garantías o una combinación de ambas.
¿Por qué se dice que la baja en las tasas del Banco de la República aún no se han sentido?
Es sobre todo el Ministerio de Hacienda el que lo ha dicho. El que hace el monitoreo, que es el Banco de la República, resalta que la rebaja de las tasas no solo se ha dado en todos los tipos de cartera sino de manera rápida y adecuada. El ministro habla solo de un tipo de crédito que son las tarjetas, pero no es representativo. Por ejemplo, la comercial y microcrédito han bajado en más de 225 puntos. Las tarjetas de crédito no han bajado porque es la de mayor riesgo, ya que no tienen un activo que la respalda.
¿Qué falta para que la gente use más la tecnología y se mejore la bancarización?
Mayor campaña de educación financiera, productos como las billeteras electrónicas son excelentes, estamos a la vanguardia. Con la cobertura que hay de red móvil, con tantas aplicaciones y aprovechando la alta penetración de la telefonía de datos, podríamos tener una dispersión muy grande de la banca móvil para llegarle a sectores de la base social de la pirámide, tanto en las ciudades como en el campo, que es donde tienen más problemas para llegar a una sucursal bancaria.
Las cajas de compensación han entrado a competir fuertemente en créditos. ¿Qué se dice sobre esto?
Lo que pedimos es que sean muy cuidadosos en la manera como se entreguen. Que tengan la vigilancia de la Superintendencia Financiera. Si son compañías que solo captan no están vigilados, pero es bueno tener nuevos jugadores.
¿Qué se espera para la economía en este segundo semestre?
El 2017 va a ser el año de la prueba más dura. El índice de confianza del consumidor sigue en terreno negativo y el consumo de los hogares está creciendo en la proporción más lenta en los últimos años. Podríamos esperar un crecimiento que no va a ser del 2% como lo espera el Gobierno, con mucho esfuerzo podría ser del 1,8%, pero ya nos daría una visión sobre el 2018, en donde se espera crecer en el 3%.
Datos
Según cifras de la Superintendencia Financiera, con corte a junio del 2017, en el país hay activas 14 millones 752 mil 987 tarjetas de crédito, y 26 millones 396 mil 825 tarjetas débito.
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