TATIANA GUERRERO
LA PATRIA | MANIZALES
El gremio de establecimientos nocturnos no ve la luz desde hace hace dos meses, cuando el alcalde, Carlos Mario Marín, ordenó el cierre de los locales hasta un próximo aviso.
Igual que el turismo y el transporte, este sector fue de los primeros en cerrar. El problema es que dentro de la cadena de producción del comercio está previsto que sea de los últimos en reanudar actividades.
Aunque aseguran que entienden la situación y que han esperado con calma, la queja de empresarios y empleados es que ya empezaron a sentir el impacto negativo de la cuarentena.
Así lo evidenciaron en unos avisos que ubicaron en las puertas de sus locales en los que imploran auxilio y hablan de su posible desparición. En ellos dicen: “Rogad a Dios por la vida de este establecimiento que se encuentra en grave estado desde el 16 de marzo y está a punto de fallecer...”
Cúmulo de deudas
De acuerdo con Carlos Fernando Vásquez, presidente de Asociación de Bares y Cafés (Sibarca), la situación es muy crítica para los propietarios, sobre todo en el pago de los arriendos. “El Gobierno no ha dado ninguna solución. El decreto solo dio la alternativa de llegar a un acuerdo con los arrendadores, quienes en su mayoría no han querido ceder o están exigiendo una multa”, dijo.
Cuenta que el alquiler de algunos locales cuesta entre los $10 millones y $12 millones, costo que provocó que cerca de 15 establecimientos cerraran sus puertas definitivamente. Entre estos, algunos que llevaban hasta 50 años funcionando.
Más despidos
Otro dolor de cabeza es el pago del salario a los empleados fijos, que en la mayoría son universitarios provenientes de otras ciudades y no acceden a las ayudas del Estado. Sin embargo, la Asociación no los ha desamparado. En las primeras semanas recibieron bonos de $50 mil donados por la Licorera de Caldas, 400 mercados y en estos días fueron beneficiados con 1.600 kilos de carne de cerdo. “Estamos solicitando que nos dejen pagarles las cesantías del primero de enero hasta la fecha, de lo contrario nos va tocar despedir a muchas personas”.
Vásquez indicó que en Manizales hay cerca de 2.000 negocios, entre bares, discotecas, restaurantes, y amanecederos, y cada uno tiene a su disposición a cinco trabajadores, por lo que calcula que 10.000 personas quederían desempleadas.
Agregó que por pertenecer a los estratos 5 y 6 no reciben ningún alivio en el pago de los servicios públicos y las entidades financieras les han negado la opción del crédito, porque esta actividad representa riesgos para los bancos.
¿Hay soluciones?
Diego Hernando Ceballos López, secretario de TIC y Competitividad de Manizales, señaló que hasta el momento no se ha definido alguna estrategia para este sector. “Recibí un comunicado, en el que ellos plantean las posibilidad de aislamiento en las mesas, pero nosotros dependemos de las directrices del Gobierno y estamos concentrados en la reapertura económica”,expresó.
Dato
Según datos de la Cámara de Comercio de Manizales, en la ciudad hay 293 expendios de bebidas, que incluye amanecederos, bares y discotecas.
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