Juan Cooper C.
COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
Mientras el mundo desarrollado vivía una contracción económica como consecuencia de la crisis financiera global y el alto endeudamiento de los gobiernos, el Producto Interno Bruto –PIB- de América Latina y el Caribe creció 4.6% en promedio entre 2010 y 2011, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Razón de más para que los inversionistas vieran en esta región una oportunidad para expandir su capital debido a la estabilidad macroeconómica, dinamismo de sus mercados y a las nuevas oportunidades de negocio en distintas industrias.
Sin embargo, para dar un salto decisivo hacia el desarrollo, la región debe superar retos como disminuir la pobreza y las inequidades, mejorar la calidad y cobertura de la educación y fortalecer la conectividad del continente con altas inversiones en infraestructura. Para lograrlo, el presidente Ejecutivo del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Luis Enrique García, dijo que “estos planes de desarrollo deben ser realizados en una coordinación pública-privada, porque la grande, mediana y pequeña empresa tienen un rol importante no sólo en aspectos económicos sino en cohesión social”.
De esta forma, el encuentro que se llevará a cabo entre los directivos de más de 300 compañías destacadas de la región con diez mandatarios del hemisferio, los días 13 y 14 de abril próximo en Cartagena de Indias, servirá para sellar acuerdos y concretar acciones que den un impulso a las áreas críticas en que el continente necesita mejorar para ser más competitivo.
Por esta razón, para Alberto Bernal, jefe de Investigación de la firma de servicios financieros Bulltick Capital Markets y experto en economía latinoamericana “es un gran acierto para Colombia” el haber organizado, por primera vez en la historia de las Cumbre de las Américas, un encuentro empresarial y con la participación de más de 300 influyentes empresarios del continente. “Colombia lo hace muy bien al enfocar tanto esfuerzo en esta cumbre empresarial”.
En declaraciones al equipo de comunicaciones de la VI Cumbre de las Américas, Bernal aseguró que “el mundo ha entendido que los gobiernos deben ver al sector privado como su aliado en la consecución de sus objetivos en infraestructura, educación y reducción de pobreza” y por esta razón, deben aprovechar estas cumbres para “materializar objetivos con unos diálogos muy organizados, objetivos claros, metas específicas en términos de tiempo y planes de cómo avanzar en los distintos proyectos que se firmen”.
Estados Unidos
Un ingrediente atractivo de la Cumbre Empresarial será la presencia del mandatario estadounidense Barack Obama, quien viene acompañado de sus principales asesores políticos y económicos, y de un grupo de influyentes líderes empresariales dispuestos a buscar nuevas oportunidades de negocio en Latinoamérica.
Según, Camilo Reyes, director Ejecutivo de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham) “es de gran relevancia contar con el apoyo de Estados Unidos en todas las iniciativas hemisféricas porque esto moviliza las maquinarias políticas y económicas del país más rico del mundo, por el bienestar del continente”.
Y precisamente, aunque las economías de América del Norte sean más desarrolladas que las de Latinoamérica, existen áreas en las cuales todas necesitan modernizarse como en el caso de la infraestructura. Según Reyes, “así como el presidente Obama está hablando de la necesidad de una renovación física de las estructuras de los Estados Unidos, en América Latina necesitamos mejorar autopistas, aeropuertos y puertos para fortalecer el comercio, y qué mejor que hacerlo de una forma conjunta”.
Por este tipo de iniciativas hemisféricas que deben comenzar a desarrollarse de forma inmediata para que el continente sea más competitivo y les brinde mejores opciones de vida a sus ciudadanos, es importante sentar en un mismo lugar a gobernantes y empresarios para que hagan una planeación de desarrollo a largo plazo. De ahí que para el vocero de la CAF “uno de los efectos positivos de este tipo de cumbres es que haya un común denominador que sirva de guía para que las instituciones y distintas organizaciones puedan trabajar de una forma más efectiva en los objetivos trazados”.
Aunque el continente atraviesa por una coyuntura económica favorable por la explotación de su riqueza natural, su estabilidad política y su expansión de la clase media es el momento para apalancar proyectos que impulsen el desarrollo sostenible del hemisferio. Ello motivó al gobierno colombiano a proponer que los mandatos derivados de la VI Cumbre de las Américas tengan “resultados tangibles”, en palabras de la canciller María Ángela Holguín, y con este objetivo le dio todo al empresariado del Hemisferio todo el protagonismo que, de sobra, se merece.
Según Luis Enrique García, “la canciller Holguín es una persona muy efectiva, muy pragmática y tiene toda la razón de que en las cumbres hay que poner metas y finales que no sean simplemente de buenas intenciones, obviamente depende mucho de la calidad de los mandatos que emanen de esa cumbre para que las acciones puedan ser realizadas de forma pragmática, y tiene que haber, que es lo más importante, la voluntad política de los Estados de ir por los caminos que acuerde esa cumbre”.
* Miembro del Equipo de Comunicaciones de la VI Cumbre de las Américas
Una América Latina unida hablará de "tú a tú" con EE.UU.*
La América Latina que llegó hace casi dos décadas a la primera Cumbre de las Américas dividida y en una de sus tantas crisis económicas, se presentará en Cartagena de Indias como una región más próspera y unida, y también capaz de hablar de igual a igual con Estados Unidos.
Brasil, convertido en la sexta economía mundial, con su creciente peso político regional y aspiraciones de consolidarse como un "actor global", es uno de los mejores ejemplos de la nueva cara de América Latina y uno de los firmes promotores de una mayor "independencia" regional frente al poderoso vecino del norte.
Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), Brasil será este año una de las locomotoras de América Latina, cuya economía crecerá un 3,3 % y será una de las pocas regiones con una expansión superior al 3 % que se espera como media mundial.
Así como Estados Unidos ha perdido influencia económica en la región, en buena medida por la crisis que sufre desde hace cuatro años, también ha cedido espacios en el comercio regional.
Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) dice que la participación de EE.UU. en el comercio latinoamericano ha caído del 59,7 % en 2000 al 40,1 % en 2010, período en el que la región se volcó hacia nuevos horizontes y en particular hacia China.
Desde 2006, se calcula que el comercio entre China y América Latina, centrado sobre todo en la adquisición de materias primas y alimentos por parte del gigante asiático, ha aumentado un 160 % y ha llegado a cifrar unos 180.000 millones de dólares en 2011.
Más allá de esos vuelcos comerciales y económicos, América Latina tiene hoy una realidad política muy diferente a la de 1994, cuando acudió a la primera Cumbre de las Américas golpeada y dividida por el impacto de una gravísima crisis originada en México y recordada como "efecto Tequila".
Según un informe divulgado el año pasado por el Instituto Diálogo Interamericano, con sede en Washington, la Celac, así como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que también impulsó Brasil, son pruebas concretas de que EE.UU. ya no tiene la influencia política que llegó a tener en la región durante la segunda mitad del siglo XX.
En esa misma línea, un diplomático brasileño dijo que "no deja de ser paradójico" que la Cumbre de las Américas, nacida de una iniciativa de Estados Unidos, sea ahora uno de los escenarios en que las políticas de Washington reciben las más abiertas críticas.
Las más directas y duras ya las ha comenzado a escuchar la Casa Blanca antes de la propia cumbre, debido a su negativa a invitar a Cuba, por la alegada falta de libertades políticas en la isla.
El presidente de Ecuador, que llamó a sus pares de la Alba a boicotear la cita de Cartagena por la ausencia de Cuba, confirmó que no asistirá.
Si el resto de los "radicales" acude, lo hará sin duda dispuesto a convertir la cumbre en un dolor de cabeza para el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
En algunos influyentes países de la ALBA, como Venezuela, Ecuador y Bolivia, EE.UU. no tiene hoy embajadores debido a razones políticas que también mantenían suspendido el nombramiento de un representante en Nicaragua, algo que finalmente ocurrió la semana pasada.
Esas diferencias políticas e ideológicas deberán aflorar en una cumbre a la que Obama llega también en circunstancias muy diferentes a las de 2009, cuando debutó en estas citas.
Cuando la última Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, Obama llevaba sólo unos pocos meses en la Presidencia y todos los líderes latinoamericanos coincidían en que su figura alentaba "esperanzas" en favor de una "nueva" relación.
Ahora, Obama llegará en plena campaña para su reelección y se encontrará a muchos líderes latinoamericanos, y no sólo de la ALBA, convencidos de que durante su primer mandato se ha mantenido casi totalmente de espaldas a la región.
*Con información de EFE.
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