
En rueda de prensa, el gerente de la Licorera de Caldas, Miguel Trujillo Londoño, no solo prometió mayor austeridad en la destilería, sino que reconoció que en la planta administrativa hay mucha burocacria, motivo por el cual se analizará un adelgazamiento, con un plan especial de retiro voluntario. Se estima que hay más de 60 personas que se podrían entrar a negociar.
El gerente sostuvo que contrario a lo que se piensa, no piensa renunciar y que su plan es llegar a hacer ajustes serios en la destilería y no pasar de agache como un gerente más.
Planteó que la idea es trabajar con los sindicatos para hacer un plan de ajuste que permita determinar en qué está fallando la destilería, junto con sus debilidades y fortalezas. Trujillo, defendió la oficina en Bogotá, pues sostuvo que allí está el 60% del mercado, por lo que la tarea es tener una sede con el fin de "respirarle en el cuello" a los clientes.
Reiteró el interés de cambiar el distribuidor en Santander y llegar a ese mercado con unas 500 mil botellas. También resaltó el plan de llegar con fuerza al mercado internacional, en especial hacia los EStados Unidos, con un plan de mercadeo de unos 250 mil dólares.
Trujillo Londoño resaltó además el interés de mejorar el presupuesto de mercado y publicidad este año, de tal forma que se puedan arañar unos $ 4 mil 500 millones, adicionales a los cerca de $ 6 mil 500 millones que hoy se tiene.
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