
EQUIPO ECONÓMICO
LA PATRIA | MANIZALES
La relativa tranquilidad que se mantuvo ayer en Irra, corregimiento de Quinchía (Risaralda), en horas de la mañana, se disipó en la tarde, después de que varios encapuchados volvieron a arremeter en el barrio El Aguacate a punta de piedras y tatucos o explosivos artesanales.
Aunque se trató de hechos aislados, y por ratos aumentaba la tensión, el Esmad mantuvo controlado el sector. Aún así, los habitantes temían que se reanudara la situación del pasado miércoles, cuando una cortina de humo cubrió todo el corregimiento por espacio de unas 10 horas.
En la madrugada de ayer sonó la sirena de bomberos, anunciando el fin de la ley seca, que comenzó la noche del miércoles. La gente retomó las labores cotidianas, el comercio abrió las puertas y la relativa tranquilidad se apoderó del lugar.
Conforme amanecía, salieron a luz los estragos que dejaron en las viviendas los violentos, con un saldo de techos y ventanales rotos que, como un colador, estaban llenos de huecos.
Orlando Jagua Giraldo tuvo que forrar las puertas de su casa con colchones, para evitar que penetrara el olor de los gases. “Me quebraron 10 tejas de eternit, eso parecía la hora llegada”.
Entre tanto, un grupo de estudiantes esperaba en la entrada de su colegio a que llegaran otros compañeros, para retomar las clases. “Les da miedo venir, porque de pronto nos cascan,” se decían.
Las calles amanecieron cubiertas de rocas. Un escuadrón de uniformados custodiaba la entrada a Irra y los propietarios de los kioskos, que quedan a un lado de la carretera, observaban cómo algunos negocios quedaron averiados por los actos de vandalismo.
Los baharequeros de la mina El Pajarito y otras que quedan a la orilla del río Cauca, en la vía a Medellín, pararon la producción por falta de energía. Los cables conductores de electricidad quedaron destruidos, cuando los violentos derribaron los árboles para taponar la carretera.
Sin embargo, en medio de estos hechos, la vía ya había sido retomada por la fuerza pública, y al cierre de esta edición los carros podían transitar por el sector sin mayores problemas.
Resultados
En esos primeros resultados de actos vandálicos del pasado miércoles retuvieron a unas 12 personas, que están siendo judicializadas por las autoridades.
También resultaron siete civiles heridos que fueron trasladados al Centro de Salud Santa Teresita, con heridas múltiples. Los afectados fueron valorados y dados de alta ayer en la madrugada.
Varios habitantes del corregimiento mostraron las heridas de esquirlas y moretones en el cuerpo.
Según el relato de algunas personas, la Policía también se pasó, pues entraron a las casas y los atropellaron. “No respetaban a nadie, a una señora le dio un paro cardiaco por el olor de los gases. Nos gritaban que si nos cogían nos mataban. Un trabajador que se encontraba laborando en una construcción, también resultó afectado,” relataron.
En El Palo
En el sector de El Palo, los indígenas de los resguardos de Cañamomo y Lomaprieta, y Escopetera y Pirsa, de Riosucio, levantaron la protesta desde el miércoles en la tarde.
Los gobernadores indígenas se reunieron y acordaron la retirada por falta de apoyo. “La gente no se solidariza con el gremio, el Gobierno no nos quiere cumplir. Nos vamos a preparar para el paro nacional indígena de octubre, “dijeron.
Por su lado, la delegación de Filadelfia, Aranzazu, y Salamina seguía concentrada a un lado del peaje de La Felisa.
Los líderes de la protesta reiteraron que rechazan los actos violentos y que estos son propinados por personas ajenas a la marcha agraria.
Camioneros protestan en calma
Los representantes de la Asociación Colombiana de Camioneros (ACC) reiteraron ayer su interés de mantener la protesta en el sector de Maltería, vía a Bogotá, pero insistieron en que se trata de una acción pacífica en la que el interés no es obstaculizar el paso para los carros particulares, buses, ni ambulancias. El bloqueo es temporal para los camiones que pasan, a los que después de frenarlos por espacio de dos horas, les permiten retomar su rumbo.
Álex López, presidente del gremio en Caldas, explicó que el llamado reiterado es para que el Gobierno los escuche y comprenda el problema que están viviendo, por el incumplimiento en la tabla de fletes.
Anserma, con paso por horas
ALBEIRO RUDAS
ANSERMA | LAPATRIA
En el municipio de Anserma, el paro agrario, al que se le han ido sumando otros sectores, mantiene su punto de concentración en el sector de Cauyá, en la Troncal de Occidente.
Aunque el lugar ha estado controlado, existen unos bloqueos temporales, para después dar paso por minutos a los vehículos particulares y de servicio público.
Los indígenas instalaron sus cocinas provisionales, las cuales se mantendrán hasta que, según ellos, se reanuden los diálogos y se discutan las solicitudes de los sectores que están protestando.
Las autoridades buscan que el cierre de esta importante vía no sea definitivo.
Bloqueo en Remolinos

FERNANDO GÓMEZ
LA PATRIA |VITERBO
Por lo menos un centenar de manifestantes bloquearon ayer la vía que de Viterbo conduce al municipio de Anserma en el sector conocido como Remolinos, y que sirve de paso a Belén de Umbría y Mistrató en el departamento de Risaralda.
Pese a que las autoridades que permanecen en el sitio no han presionado para la apertura de la vía, los manifestantes abren paso temporalmente, después de retener por un tiempo los vehículos.
Mario Yepes, líder campesino, asegura que las acciones se deben a que están cansados de las promesas incumplidas del gobierno. "Nosotros en el sector agrícola no aguantamos más, por eso esperamos la llegada de delegaciones de otros municipios y de otros gremios".
Un concepto similar emitió Jorge Arce, líder indígena, quien sostuvo que acompañan el paro para que el Gobierno sienta la unión y comprenda los problemas del sector agropecuario.
"El paro no se salió de madre"

Óscar Gutiérrez, miembro de Dignidad Cafetera, resaltó que los actos violentos de Chinchiná e Irra nada tienen que ver con los organizadores del paro, pues siempre han rechazado este tipo de actos violentos, y el llamado ha sido a una marcha pacífica.
¿Se salió de madre el paro, se les salió de las manos?
-No se salió de madre, se trata de hechos aislados y de una forma de anarquía de algunos, que aprovechan estos espacios, pero que la gente no ha acompañado en ningún momento. En casos, como el de Chinchiná, los hechos han sido provocados por la imprudencia de la Policía que actuó de forma precipitada y en lugar de bajarle a la tensión, involucra a la población que no tenía por qué verse afectada. Si bien es cierto que en unos sectores se impide por un rato el paso del tráfico, la Policía no puede actuar de forma precipitada.
- ¿Qué acciones tomarán, considerando que ustedes son los líderes del paro?
Se insistirá con la gente para aislar a quienes están promoviendo ese tipo de actos. Los organizadores del paro son los que menos quieren que se presenten estos hechos, porque esta es una lucha social, que se desdibuja con esos actos. Son hechos violentos que hemos condenado, pero también se requiere acciones del Gobierno. El Gobierno va a hacer que se crezca todos los días más este problema. Dice que respeta la protesta social, pero no negocia con las comunidades. La gente está en la orilla de las carreteras, sin generar problema, y tampoco negocia.
- ¿Qué pasa si no hay respuestas rápidas?
El paro va a continuar, la situación es muy compleja para la agricultura de este país, y por eso necesita que el Gobierno le pare bolas a este asunto.
- Muchos insisten en que ustedes están cosechando en río revuelto ¿qué piensa?
Digo lo que siempre he dicho, este movimiento tiene un origen en problemas reales del sector agrario, nació hace más de 18 meses, y nunca en Dignidad Cafetera, y menos ahora en la mesa de Unidad Agropecuaria Nacional, hablamos de política electoral.
- ¿La crítica de que también incitan a los agricultores a que salgan a marchar es cierta?
A los agricultores no hay necesidad de incitarlos a nada, ellos saben que tienen problemas y buscan la forma de resolverlos. Al Gobierno se le presentó un pliego hace dos meses del sector agropecuario y no se ha reunido con la mesa de Unidad Agropecuaria Nacional.
- ¿Es fácil lograr resultados con tantos sectores y peticiones juntos?
Es fácil, siempre y cuando haya voluntad política del Gobierno. Los problemas son comunes a todos los sectores: las deudas, precio de los insumos, importaciones de alimentos, protección de los territorios agrícolas ante la gran minería y el precio de venta del producto.
Aferrados al acuerdo

El dirigente cafetero y representante del movimiento Dignidad Cafetera por Palestina, Chinchiná y Manizales, Luis Valdés, aseguró que siguen aferrados al acuerdo de Pereira, pactado el 7 de marzo pasado en el hotel Movich, por lo que mantienen interesados en continuar los diálogos con el Gobierno.
Parte de esa decisión motivó a que unos 240 caficultores de estas tres regiones tomaran la decisión de no participar en el actual paro agrario, y continuar las mesas, en las que se espera comenzar a trabajar con la oficina de Presidencia, en temas como insumos y fertilizantes.
Aunque llama la atención que siendo del mismo movimiento Dignidad Cafetera tengan una posición diferente a quienes insisten en el paro, según Valdés, se trata de una reflexión que hicieron varios productores y que se mantiene, en el sentido de que hay que insistir en el diálogo, más cuando se está ad portas de una cosecha, que promete ser la mejor en mucho tiempo.
Aseguró que aunque insisten en que las protestas agrarias son justas, la decisión de no participar en el paro también se debió a que es complicado hacer parte de una manifestación que no era cafetera, y que iba a quedar en cabeza de los cafeteros. Más acompañados de un grupo de marchantes en el que se confundían los intereses y no se sabía siquiera con quién se estaba participando.
"Nunca estuvimos de acuerdo con el paro, participamos de la protesta, pues esta se puede ejercer y el Gobierno debe garantizar que se pueda hacer. Sin embargo, no apoyamos el paro, pues esta palabra representa frenar, parar, y no estamos para eso", sostuvo.
Aún así, reiteró que el sector continúa en crisis, y si el Gobierno no interviene, se va a profundizar en mayores problemas sociales y económicos.

Fotos | Darío Augusto Cardona | LA PATRIA
A pesar del paro, unos trabajadores seguían dedicados en sus actividades. En Marmato, a orillas del río Cauca, y en minas cercanas a Irra la actividad laboral era constante.
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