JUAN CARLOS LAYTON
LA PATRIA | MANIZALES
La cara de alegría y las frases amables de "bienvenido, siga, siga, ¿qué va a tomar? o ¿qué va a comer?", se cambian de pronto por un gesto de tristeza y de malestar cuando se le pregunta a Francisco Javier Ríos Salazar, representante del negocio Jugos y Restaurante Lloviznao, ubicado al borde carretera, en el sector del Kilómetro 41, sobre las obras de Pacífico 3.
Antes de responder, muestra las mesas y señala el lugar, mostrando lo vacías que están y la disminución de vehículos que pasan por la zona. "Después de 11 años de estar en este el lugar, las ventas son mínimas. De unos $800 mil y hasta $1 millón diario que vendía en el lugar, hoy no llegan siquiera a la mitad", asegura.
Cuando se le pregunta sobre la posibilidad de reubicarse, debido al ensanchamiento y mejoramiento vial, su queja es mayor. "Nadie habla por nosotros, ni nos hace una propuesta formal para comprarnos. Lo único que hemos visto es que cada vez hay más reducción de tráfico, menos ventas y no hay ningún interés de negociar, puros pañitos de agua tibia", comenta, mientras saca un trapo para limpiar las ocho mesas que tiene dispuestas para el público.
Defiende que su negocio es legal, lo que sustenta con los registros que tiene en la pared de industria y comercio y de registro mercantil. "Sabemos que al tener que ampliar la vía, nos tenemos que ir, pero no hay ninguna oferta de compra. Me tienen quebrado y de los bancos ya me llaman tres y cuatro veces al día. Estoy desesperado", dice Francisco, quien vuelve a preguntar ¿qué van a tomar?
Incertidumbre
En el recorrido por el Kilómetro 41, la queja de otros propietarios de restaurantes y negocios de jugos es similar, entre ellos están El Guadual, Picapiedra, Llano Grande y el kiosko de jugos El Chuzo "El Mero Macho".
Juan Pablo Tabarquino, dueño de este último punto, muestra con malestar el polvo que rodea el lugar.
Después de hacer un ademán de bienvenida, para dar a conocer su local, ya adentro en su pequeña habitación de cuatro metros de ancho por tres de largo, muestra el polvo que rodea el lugar y sacude el colchón. Luego mueve otras bolsas negras que tiene colgadas en su improvisada vivienda. "Es que mire la plata de hoy, no he hecho ni $20 mil. Es un descenso de casi el 90%", relata.
Detrás de este local, la propietaria de la ferretería La Prosperidad confía en que no se tiene que mover, por estar más lejos de la carretera. "Estoy casi segura de eso, no tenemos ningún problema", sonríe Gladys Ortíz, la única tranquila del sector. Mientras tanto, en el restaurante Llano Grande, pasando el puente, la respuesta es que no saben nada.
Adriana María Hincapié, propietaria de este negocio, asegura que esto se volvió un dilema y un problema muy delicado que enfrentan desde hace cuatro años. "Tenemos un impacto económico negativo y hasta de salud, por la cantidad de polvo. Nos sentimos atropellados porque hasta ahora no nos solucionan nada. Llevamos cinco años aquí, pero en los últimos años nos tienen prácticamente cuidando predios, porque no podemos vender ni mejorar el negocio, porque nos advierten que no se hagan remodelaciones, porque eso no lo van a reconocer".
Según sus cuentas, pasó de vender 80 almuerzos a solo 25 diarios, situación que afectó el empleo, pues pasó de cinco personas que le colaboraban en su restaurante a solo dos.
Los efectos
Los comerciantes que aún siguen activos se quejan de que a pesar de las continuas reuniones que se han efectuado con los representantes de Pacífico 3, siguen construyendo cerca de sus negocios.
"Aunque prometieron que pronto nos iban a negociar, y que no iban a construir encima de nosotros, que solucionarían el problema, ya comenzaron a romper vía y a trabajar por encima de nosotros, y el impacto es tremendo. Hay personas enfermas, algunas casas se han agrietado, y varios propietarios que dependían de sus negocios tuvieron que cerrar", afirma la propietaria de Llano Grande.
Al terminar el recorrido, los comerciantes insisten en sus denuncias. "Mire, es que son muy poquitos los carros ya. Entonces ni vendemos ni nos podemos ir", sostiene el dueño de Lloviznao, mientras vuelve a sonreír, para luego preguntar. "En serio, ¿qué van a tomar?"...
"La buena noticia es que sí les vamos a comprar". Así inicia sus respuestas el gerente de la Concesión Pacífico 3, Santiago Pérez Buitrago, luego de reunirse con su equipo para revisar los avances sobre la compra de predios. "Nunca los hemos atacado, ni hemos sido inconscientes sobre esta situación. Sabemos que hay un problema, y lo vamos a solucionar a través de los medios que nos da el Estado".
Estas herramientas legales incluyen la compra de predios, basados en el avalúo comercial o de la aplicación de la resolución 545 del 2008 que permite compensar a quienes no son propietarios. Aunque algunos son informales, se les compra por los supuestos mejoramientos o inversiones que han hecho en el lugar (mejoratarios).
Pacífico 3 mejorará la vía existente en calzada sencilla. Aunque el contrato incluye la compra de predios y diseños para una segunda doble calzada, no está prevista su ejecución. Eso significaba que dichos predios se podían comprar en uno o dos años. Sin embargo, según el gerente se tomó la decisión de adquirirlos pronto, ya que cambió el diseño de la vía, aprobado por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), lo que determinó que dicha adquisición puede ser ya.
La expectativa es que en mayo se haga la primera oferta y que este año se cierre el proceso de compra.
Los predios
* En total son 19 predios que se tienen que negociar en el Kilómetro 41, más cinco mejoratarios.
* Antes del puente vía Manizales - Medellín, hay 17 predios nuevos, además de uno que está al frente ubicado de manera informal o, como dicen técnicamente en Pacífico 3, mejoratarios.
* Pasando el puente, vía a Medellín se ubica un predio común donde se instalaron cuatro mejoratarios que se establecieron en el lugar, más un arrendatario.
¿Cómo va el proceso de predios?
* Con 16 de los 17 predios nuevos que se incluyeron, las condiciones son normales, ya que tienen folios o documentos en regla, lo que les da la titularidad del predio, lo que significa que se pueden negociar sin mayores problemas.
* Con los cuatro informales y el arrendatario, se adelanta el proceso de compra con el propietario real del predio, con quien se hace la oferta formal. Eso significa que primero el dueño tiene que dar el sí para vender esos terrenos. De lo contrario se entraría en un proceso de expropiación.
* Aunque el propietario será quien reciba el dinero por la venta de sus tierras, los informales que se ubicaron en el lugar también recibirán dinero por las construcciones que levantaron de su negocio.
* Con el fin de mitigar los impactos económicos de quienes son considerados como mejoratarios, a través de la resolución 545 se les compensa para que no invadan en otros sitios y accedan a una vivienda digna de interés prioritario. Lo anterior, siempre y cuando el valor del avalúo sea inferior a una Vivienda de Interés Prioritario (VIP) ($57 millones 968 mil) y cumpla varias condiciones para acceder a ese apoyo, como por ejemplo ser residente del predio y no que haya un tercero, y vivir por más de dos años en el predio, entre otros. No se entrega dinero.
* Con el arrendatario, aunque no es dueño del predio, también se hace una compensación por su negocio.
Compensación por mejoras y ventas
De acuerdo con Pacífico 3, hay dos tipos de compensación que se harán con los comerciantes:
Los predios
A. Formal: Se les compra el predio, para lo cual tienen que contar con todos los documentos.
B. Informa (mejoratario): Por la construcción o mejoras que hicieron en el sector.
Por la compensación del negocio
A. Formal: Se le pagan 3 ó 6 veces la utilidad neta que certifique, según la afectación que tenga, si es parcial o total.
B. Informal: Se paga entre 3 y 6 salarios mínimos mensuales, entre $2 millones 484 mil 348 y $4 millones 968 mil 696.
Opinan
* Juan Pablo Tabarquino Kiosko El chuzo
Llevo seis años en este lugar, pero ya no es rentable, esto está totalmente acabado. Nos dicen que pronto nos van a negociar, que tranquilos, pero a esta hora no nos definen nada. Las ventas cayeron por ahí en el 90%.
* Luz Enith Ruiz, restaurante Picapiedra
Supuestamente van a comprar y se la pasan pidiendo papeles, pero hasta ahora nada, estamos al borde la quiebra, pero hay que seguir pagando impuestos y servicios. Teníamos cuatro empleadas, ya quedé solo con una.
* Francy Ballesteros, piqueteadero y restaurante El Guadual
llevamos cerca de 27 años, pero este ha sido más complicado para nosotros. Antes nos vendíamos unos 45 almuerzos diarios y hoy si llegamos a 10 es mucho. Hasta ahora no hay ninguna propuesta seria de compra.
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