Enviado especial | Cartagena
El caso de Manizales es una señal para todo el país, para que se reaccione a tiempo sobre el conflicto con el medio ambiente y los problemas que la mano del hombre puede causar, afectando incluso la distribución de los servicios públicos.
El planteamiento lo hizo en Cartagena el presidente de Naturgás, Eduardo Pizano, donde se reúnen desde ayer y hasta mañana varios empresarios, el gobierno y expertos del gas natural para discutir de nuevo la proyección de la explotación y uso de este energético en el país.
El dirigente se refiere a todos los problemas que se generaron en la ciudad el año pasado y a principios de este, primero por un daño el 16 de noviembre en una tubería en el sector de Sabinas. Eso condujo a que la región se quedara sin servicio por cinco días.
El 14 de diciembre pasado se dio otro daño en Petaqueros (Tolima), a unos 300 metros de la carretera, vía a Bogotá. El desabastecimiento fue de 9 días. Después, el 20 de enero se produjo otra suspensión para el sector industrial y comercial, lo que dejó en claro la fragilidad del servicio.
"Tenemos un punto vulnerable en el sector de Petaqueros, pues la montaña no pudo resistir la saturación de agua y arrazó con todo. El problema también afecta la carretera, que deberá desviarse por el exceso de desforestación, pues la montaña no da más", dijo.
Pizano explicó que el reto este año en Colombia es aumentar la inversión y generar confianza en los usuarios. "Que la población sepa que tiene el servicio las 24 horas". Insistió en la importancia de inversiones para garantizar la distribución y el acceso para las poblaciones más remotas.
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