LA PATRIA | COLPRENSA | MANIZALES
El impuesto al valor agregado, mejor conocido como IVA, es una carga fiscal que se aplica al consumo de bienes y servicios. El promedio mundial de este impuesto es del 15%. En Latinoamérica se ubica en el 8,5%.
Si se hace un análisis global sobre este tributo, los países nórdicos son los que más cobran IVA. Por ejemplo, en Suecia y Noruega el impuesto es del 25%. Pero estos países no son los que tienen el récord, aparece Hungría donde el IVA llega hasta el 27%, Croacia (25%), y Rumania (24%).
La economista María Dolores Benavente afirma que la diferencia entre esos países con los de Latinoamérica está en que la mayor parte de esos ciudadanos reciben una buena retribución, contrario a la de los latinoamericanos, que es baja.
Media
La media de Europa bordea el 20%, Asia con el 10% y los países de Oceanía del 12%. También existe un grupo de naciones que no cobran IVA.
En Latinoamérica, por ejemplo, el país que cobra el IVA más elevado es Uruguay con el 22%. Indicador similar al de de muchos de la Unión Europea.
Benavante insiste en que, aunque a los estados les parece un impuesto atractivo por su fácil recaudación y control, el principal problema son las retribuciones que genera a la sociedad. "Si el IVA fuera alto, pero a cambio la ciudadanía obtuviera servicios de calidad, no habría quejas".
Agrega que en Latinoamérica existen otros impuestos que golpean el bolsillo de las personas, además de la inflación.
Ranking
Si se comparan los porcentajes de América, Colombia (19%) ocupa el tercer lugar junto con Chile, solo los supera Uruguay y Argentina (21%). La lista continúa con Perú y República Dominicana (18%), Brasil (17%), México (16%), Honduras y Nicaragua (15%), Bolivia, Costa Rica y El Salvador (13%),
Los de menor porcentaje son Canadá (5%), Panamá (7%) y Paraguay (10%).
"En nuestra región lo que le devuelve el Estado al ciudadano es muy poco y muy malo. Si un ciudadano necesita una atención médica debe pagar un servicio privado. Lo mismo ocurre con la seguridad y la educación", asegura la economista.
Ley de financiamiento
El Gobierno de Duque radicó la semana pasada la Ley de financiamiento en el Congreso de la República, con la que se busca cubrir el déficit de $14 billones del Presupuesto General del 2019.
Esta propuesta ha generado un fuerte rechazo en varios sectores de la economía, en la ciudadanía y en algunos partidos políticos como el Polo Democrático, Cambio Radical, el Partido Conservador, la Alianza Verde, incluso el mismo partido del presidente Duque, Centro Democrático.
La base de esta reforma al sistema tributario es la extensión del Impuesto de Valor Agregado (IVA) al 80% de la canasta familiar.
La medida de universalizar el IVA a la canasta familiar, del 18% en 2019 y 17% en 2021, generaría un fuerte impacto en el consumo de los colombianos, principalmente en los alimentos, ya que en la actualidad productos como el huevo, la carne, las frutas, las verduras, el pan y la leche se encuentran excluidos del gravamen, y pasarían a tener un incremento del 18% en su precio.
Los gremios de agricultores aseguraron que se debe buscar otro mecanismo de financiación para buscar los recursos faltantes del presupuesto y que no golpee el bolsillo de los colombianos, principalmente los de bajos ingresos.
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