MIGUEL ORLANDO ALGUERO
LA PATRIA | MANIZALES
Censo 2005: 968 mil 586 caldenses
Censo 2018: 923 mil 472 caldenses
En 13 años la población caldense disminuyó. Son 45 mil 114 personas menos, según las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), correspondiente a la tercera entrega de resultados del Censo 2018.
En cuanto a la población del Eje Cafetero, hay 839 mil 597 risaraldenses y 509 mil 640 quindianos. A nivel nacional, la entidad reveló que son 48 millones 58 mil 494 habitantes. Caldas representa el 1,92% de la población total.
En el departamento, según las cifras, cada vez hay menos nacimientos, más población adulta y menos jóvenes, quienes emigran a otras regiones en buena proporción. Estos fenómenos serían la principal causa de que la población caldense se redujera en el 4,65%.
¿Cuál es el impacto?
Juan Felipe Jaramillo, secretario de Planeación de Caldas, sostuvo que con esta reducción se deberán ajustar las políticas públicas para enfrentar la transición demográfica del departamento. "En lo fiscal, Caldas se mantiene en la segunda categoría. Aunque su población la podría clasificar en la primera, sus ingresos corrientes de libre destinación no le alcanzan, porque esa categoría nos exige que generemos 170 mil 1 salarios mensuales legales vigentes al año ($140 mil 78 millones). Tenemos la población, pero no los ingresos, que serían hoy de unos $130 mil millones anuales".
Lo que le preocupa a Jaramillo es el Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas, porque, según él, mejorará y por ende se afectarán las destinaciones de recursos nacionales para Caldas. "La estimación es que estaremos por debajo del indicador del anterior censo, que fue del 17%. Ese índice es la base para la distribución de las riquezas en las regiones, entre más pobre sea el departamento más recursos le giran. Entonces, si mejoramos empezaremos a percibir menos dineros del Sistema General de Participación y de las regalías".
Migración
Jaramillo insistió en que el error de los cálculos del DANE en el departamento fue la proyección migratoria. De acuerdo con los datos de Planeación, entre el 2006 y el 2018 nacieron 139 mil 865 personas y murieron 75 mil 14. Por lo tanto, según la ecuación compensadora, en Caldas se mantuvo la tendencia nacional: más nacimientos, menos muertes.
Sin embargo, hubo un desfase en la proyección. "En ese periodo (2006-2018) salieron del departamento 110 mil personas y las estimaciones del DANE bordeaban las 70 mil. Ahí es donde está el error. El fenómeno de migración fue más acelerado del que se tenía presupuestado. Caldas sigue siendo un departamento donde las personas salen con mayor facilidad, unas 8 mil 500 personas anuales".
Más viejo
Caldas es el segundo departamento con más envejecimiento del país, por debajo del Quindío y por encima de Risaralda.
"Más o menos cada 23 años se duplica el número de personas mayores de 60 años en el departamento. Es necesario que la política pública a mediano y largo plazo se adapte a este fenómeno. Estas personas necesitan condiciones especiales para subsistir como la protección social".
El secretario indicó que para este grupo los recursos son insuficientes. "Se les debe garantizar bienestar, oportunidades de empleo y programas sociales. El ordenamiento territorial de los municipios se debe estructurar en función del envejecimiento", advirtió.
Menos jóvenes
El departamento ocupó la última posición en el índice de juventud en el país, es decir, Caldas es la región con menor número de jóvenes respecto a los adultos mayores.
"Los nacimientos son cada vez menos. Lo advertí y me tildaron de apocalíptico porque seguramente habrá que cerrar escuelas y jardines infantiles".
El jefe de Planeación apuntó que los jóvenes caldenses, entre 18 y 35 años, tienen acentuada la migración. "En la medida en que estos jóvenes encuentren menos oportunidades laborales y educativas migrarán. Se requieren políticas públicas de empleo para reducir esa tentación de estudiar y luego irse a trabajar a otra ciudad".
Alejandro Barrera, magíster en Economía y docente de la U. de Manizales
La transición demográfica nos exige repensar reformas estructurales, especialmente con seguridad social, ingresos tributarios y gasto público. Estos índices deben ser insumo para las próximas administraciones en planificación de gastos y prestación de servicios públicos.
Carlos David Carmona, magíster en Economía y docente de la U. Autónoma de Manizales
¿Cómo se planificará nuestra competitividad a mediano y largo plazo si la población en edad de trabajar está migrando? El desafío es orientar el departamento hacia la Cuarta Revolución Industrial y diseñar políticas públicas que articulen las universidades con las empresas.
Natalia Escobar, directora de Manizales Cómo Vamos
Debe haber una reconversión en políticas públicas para atender a la población adulta mayor porque es más costosa en salud. Hay que pensar en cómo se adecua la ciudad en seguridad vial asociada al adulto mayor. Tenemos otras oportunidades, como son menos niños, por ende se deben atender mejor.
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