Luis Felipe Molina*
LA PATRIA | MANIZALES
Se avecina el llamado fenómeno de El Niño y de inmediato se piensa en que habrá mucho calor, predominarán las sequías, dejará de llover y que, por ende, se irá la luz.
Esto no es, sin embargo, cierto del todo. Esta situación extraordinaria, que solo se hace presente cada tres a siete años en la región, merece una mejor comprensión.
Por eso, El Niño tomó vida y nos concedió una entrevista para explicar sus efectos cada vez que visita irregularmente, por un periodo de 6 a 12 meses, la Costa Pacífica de América Latina.
Rompiendo el hielo
- ¿Por qué le dicen El Niño?
Fue idea de unos pescadores del Pacífico peruano, según tengo entendido. Como caliento el Océano cerca a diciembre, decidieron ponerme así en honor al Niño Jesús y la Navidad. Desde entonces, todos me conocen simplemente como El Niño y a mi hermana, como La Niña (ver recuadro). Incluso inspiré el nombre de una serie de televisión que protagonizaban los niños.
- ¿Hace cuánto nos visita?
Aunque se tiene un registro superficial de mis visitas desde la época de la conquista de Cristobal Colón (siglo 15), mi origen puede ubicarse en unos siete milenios atrás, en una etapa de formación geológica de la Tierra.
- ¿Cuál es la razón de su llegada esta vez?
En realidad no existe razón. Vengo con irregularidad cada tres a siete años por culpa de los vientos alisios del Este, es decir, corrientes de viento que van de oriente a occidente y recorren casi la mitad de la Tierra y que durante mis episodios cambian su rumbo de occidente a oriente. En estos recorridos los vientos reducen su fuerza, por lo que la temperatura de las aguas costeras del Pacífico aumenta entre 0,5ºC y 2,5ºC y esto genera cambios drásticos en el clima de la mayoría de países tropicales, como Colombia.
- ¿Cuáles cambios, por ejemplo?
Creo que los colombianos me recuerdan bien y se aprendieron para el resto de sus vidas mi nombre luego del intenso verano que se registró en este país entre 1991 y 1992. El Gobierno decidió correr una hora el día en la llamada “Hora Gaviria” y en el país se registraba a diario un corte de electricidad, porque la infraestructura energética no pudo soportar la falta de agua en sus plantas hidroeléctricas y sus embalses.
No solo afecto a Colombia con la ausencia de lluvias. Visito a toda América Latina. En Ecuador, por ejemplo, se registran sequías agudas y en gran parte del Amazonas. Por toda la costa de Perú hasta Chile y Argentina se presentan lluvias intensas por el caos en las corrientes de viento que llegan luego del calentamiento del océano. Son cosas que se me salen de las manos, la verdad.
Sus efectos
- ¿Habrá racionamientos de energía nuevamente?
No lo creo. La infraestructura energética de Colombia ha mejorado mucho, además, por los pronósticos que hay, mi presencia esta vez será entre débil y moderada, entonces no considero que se generen cortes. Si llegan a ocurrir sería por falta de preparación de las administraciones municipales y departamentales, que deberían mirar desde ya cómo están los caudales y las fuentes hídricas y promover entre los ciudadanos un consumo moderado de agua y energía.
- ¿Qué cambios pueden afectar a los habitantes de Caldas?
Principalmente bajará la presencia de lluvias en el departamento, aunque es probable que lo mismo ocurra en el resto de Colombia. Esto no significa que vaya a dejar de llover, porque el país no dejará de ser tropical. La región donde más se sentirá la falta de lluvias será la Caribe.
- ¿Cómo estar atentos?
Es claro que mi fenómeno tiene algunas etapas de las cuales se recomienda estar pendientes para prevenir desastres y disgustos, desde el abastecimiento de alimentos no perecederos hasta la supervisión del servicio de acueducto. Tengo tres etapas: comienzo de julio a septiembre; disminuyo las precipitaciones típicas de octubre a diciembre, justo en la época más lluviosa del año, y finalizo entre enero y marzo. Sin embargo, ninguna agencia de meteorología ha podido predecir cuánto durará mi visita esta vez, por lo que se basan en el historial de mis viajes a Sudamérica.
Mis amigos agricultores deben estar al tanto porque puede escasear el agua para el riego, y deben revisar cómo están sus sistemas. Es necesario que se tengan mayores controles en la realización de quemas y es posible que el aumento de la temperatura contribuya a la intensificación de plagas agrícolas, por lo que la gente del campo debe permanecer alerta.
- ¿Cómo se verán afectados los alimentos y cultivos?
Históricamente el fique, la palma africana, la cebada, el arroz, la yuca y la papa son los cultivos más afectados por la ausencia de las lluvias. La producción de leche ha caído un 5% cada vez que se presenta uno de mis episodios. En cuanto al café los efectos no han sido tan notorios. No obstante, lo que ocurre en mis visitas es que aumentan los precios de alimentos, especialmente los perecederos, aunque ello también ocurre cuando viene mi hermana, La Niña.
- ¿Y la gente de la ciudad?
Hay que estar atentos en las urbes montañosas, como Manizales, con los deslizamientos de tierra, pues la resequedad del terreno puede ocasionar erosión y con ello derrumbes, pues cuando se presenten fuertes aguaceros la tierra no podrá filtrar correctamente el agua. Hay que estar en alerta siempre que haya amenaza de fuertes precipitaciones. En otras ciudades se pueden registrar corrientes súbitas en los caudales de ríos y quebradas por lo que habría peligro de inundaciones rápidas.
- ¿Trae enfermedades?
No hay que ser alarmistas conmigo. No es que sea garantía de enfermedades como tampoco lo soy de buena salud. Sin embargo, es más probable que se presenten más casos de malaria, dengue y cólera, como también algunas complicaciones en la piel por personas que se exhiben continuamente al sol sin protección alguna. Esos son los factores con los cuales yo no puedo lidiar.
- ¿Y el transporte estará bien?
Sí. Las carreteras del país deberán estar en excelentes condiciones a excepción de eventualidades, como deslizamientos, como lo expresé anteriormente. Los únicos problemas que se presentarían serían de navegabilidad en los principales ríos como el Magdalena por la caída del nivel de las aguas y la fuerza del caudal.
También se le llama “El Viejo” o “El Anti-niño”. Durante este ciclo, aumenta la humedad en el cono norte de Sudamérica y se amplían las sequías en la Costa Pacífica de Perú y Chile. Los vientos alisios se intensifican, lo que provoca un enfriamiento de las aguas costeras del Océano Pacífico en América del Sur y un calentamiento de las mismas en las costas de Oceanía. Su duración puede estar entre 9 meses y 3 años y en Colombia genera una constante temporada de lluvias.
Tal como lo publicó LA PATRIA el pasado miércoles, el gerente de Aguas de Manizales, Juan David Arango, afirmó que Manizales ahorra agua, pues está cerca de 13 a 15 metros cúbicos por usuario al mes, cuando el consumo básico, según el régimen tarifario, habla de 20 metros cúbicos. “No pensaría, aún saliendo el decreto del Ministerio de Vivienda, que pueda haber castigos para la mayoría de los 98 mil 700 usuarios”, comenta.
*Con información del Banco de la República y María Teresa Martínez, subdirectora de Meteorología del IDEAM.
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