
EFE | LA PATRIA
El suizo Stan Wawrinka conquistó su primer Roland Garros, su segundo Grand Slam, contra todo pronóstico, ante el serbio Novak Djokovic que deberá esperar para completar el pleno de los cuatro grandes que le abran las puertas del Olimpo.
El helvético venció en una batalla que, sobre el papel, era desigual en su contra, pero que a base de potencia, asentado en su fuerte derecha y su inigualable revés a una mano, consiguió poner de cara para acabar ganando 4-6, 6-4, 6-3 y 6-4 en 3 horas y 12 minutos.
Wawrinka recibió el trofeo de manos del brasileño Gustavo Kuerten y, fiel a su estilo de hombre frío, apenas expresó emociones, aunque reconoció que acababa de completar el partido de su vida.
La suya fue una lección de abnegación, porque no se fue del partido cuando el serbio le venció en la primera manga. Siguió apostando por sus armas, tratando de dominar el punto ante el rival más dominador, el que más había impresionado hasta el momento.
Sus constantes ataques al servicio del número uno del mundo acabaron por tener resultado a la sexta y se tradujeron el empate a un set, un refuerzo de confianza del lado del suizo que comenzó a ver griegas en su contrincante.
Algo que confirmó en el siguiente, cuando a Djokovic le fallaban los primeros servicios y el suizo pudo dominar el juego. La batalla era ahora táctica, dos generales moviendo peones en un tablero, pero también mental, dos voluntades cara a cara.
Wawrinka rompió en el sexto y se colocó 2-1 arriba y el partido ya no conocía de precedentes (17 a 3 para el serbio hasta hoy) ni de estadísticas. Solo eran detalles y quien mejor dominara los nervios estaba en situación de ganarlo.
Fue el helvético, que no se vino abajo cuando Djokovic le arrebato el saque en el segundo juego del 4 set. Ni cuando se le escaparon dos bolas de rotura en el séptimo. Ni cuando al siguiente su rival dispuso de tres.
Wawrinka mantuvo su juego, muy por encima de lo que venía mostrando, y acabó por desquiciar a Djokovic, al que el virus de la duda le fue minando su tenis.
El suizo rompió en el noveno y sacó para ganar. Y ganó.
Serena en damas
La estadounidense Serena Williams sudó para vencer a la checa Lucie Safarova, 6-3, 6-7(2) y 6-2 en 2 horas y 1 minuto, y alzarse con su tercer Roland Garros y su vigésimo título de Grand Slam, lo que le deja a dos del récord de la alemana Steffi Graf. La estadounidense, que en 2013 sumó su segundo Roland Garros, 11 años después del primero, ya era entonces la más veterana vencedora del Grand Slam de tierra batida, una marca que ha superado ahora a sus 33 años.
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