Juan Martín Alzate
LA PATRIA | Manizales
Luego de haber viajado en el bus de un equipo profesional, de concentrarse previamente para los partidos, de jugar con la presión del público en un estadio, de entrenar todos los días para ganarse la titular el fin de semana, y de recibir un sueldo, algunos de estos jugadores no siguieron jugando fútbol profesional.
No obstante, nunca dejaron de sentir pasión por la pelota, por lo que ahora juegan campeonatos de fútbol aficionado en las canchas de arena de la ciudad, en donde la gente no paga por entrar ni ellos reciben sueldos por jugar, pero de igual manera, sienten lo mismo, cosquillas en el estomago antes del pitazo inicial.
Muchos de ellos participan en el Torneo de Reyes Magos en Aranjuez.
Pompilio Páez le dijo que no
El jugador manizaleño de 23 años, Johan Marín, debutó en el 2009 con el Once Caldas de Javier Álvarez, en un partido contra el Medellín en la Copa Postobón. Siguió con el profesor Juan Carlos Osorio otros dos años más, pero en el 2012 partió para el Unión Magdalena a jugar en la B. Luego regresó a Manizales para hacer pretemporada con el equipo, pero el técnico Pompilio Páez le dijo que ya no necesitaba más jugadores.
"No creo que haya mucha diferencia del fútbol profesional al aficionado, porque el fútbol es igual en todas partes", aseguró el delantero, quien dijo además que no tiene número preferido para portar en la camiseta, y que el jugador que admira es Juan Román Riquelme.
Hoy en día está por iniciar sus estudios de Psicología en la Universidad de Manizales, y juega con el equipo de la institución universitaria.
Vino desde Manzanares
Óscar Andrés Marulanda arribó desde Manzanares a Manizales en el año 2000, tiempo en el que comenzó su proceso en las divisiones menores del Once Caldas. En el 2007 debutó con el profesor Jaime de la Pava en el clásico cafetero contra Pereira. Duró dos años más en el club con el técnico Santiago Escobar y en el 2010 estuvo jugando con Expreso Rojo en la B.
"Ya no tenía contrato con ningún equipo y me devolví para la ciudad a comenzar mis estudios en la Universidad de Manizales", recordó el lateral derecho, quien siempre ha tenido el número 23 en su espalda y juega para la Universidad.
El mejor jugador del mundo, Leonel Messi, es el ejemplo a seguir de Marulanda, deportista que además, no encuentra mucha diferencia entre el fútbol profesional y el aficionado: "como jugador siempre va a ser lo mismo, pues lo que cambia es la gente y el estadio".
El gallo no cantó
Álvaro Andrés Gallo, el jugador manizaleño de 26 años, que ahora juega con Tenis Láser, comenzó su proceso de divisiones menores en el Once Caldas cuando tenía 8 años de edad. Debutó a los 16 años con el profesor Fernando 'el Pecoso' Castro, y luego siguió en el club mientras estuvo Santiago 'el sachi' Escobar, pero por confrontaciones con los directivos salió del cuadro blanco. De ahí jugó en Patriotas y fue capitán. Luego probó suerte en Bogotá F.C y finalmente en Pacífico F.C hasta el pasado diciembre.
"El jugador que más admiro, aunque no es de mi posición, es a Cristiano Ronaldo. Es un jugador integral", recalca el espigado defensor central.
El alegre jugador asegura no tener ningún número preferido para entrar a la cancha, pero sí encuentra un diferencia radical entre el fútbol profesional y el aficionado: "el jugador aficionado es más aguerrido y lo deja todo en la cancha. En cambio, el profesional, como ya tiene sueldo y contrato, a veces no siente la camiseta".
Otros jugadores con experiencia profesional en Reyes Magos.
- Café Redes: Sebastián Ramírez, Camilo Bustacara y Edwin Muñoz.
- Tenis Láser: Adrián Peláez.
- Multisalud: Jorge Iván Mendoza.
- Mabe: Alexánder Hernández.
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