Una causa común
Mario César Otálvaro*
La publicación de los rostros de las personas implicadas en los desmanes contra Transmilenio en Bogotá produjo tal reacción, que muchos de esos inconscientes muchachos al otro día ofrecieron disculpas.
Pero las cosas no quedaron ahí, la policía de inmediato señaló que la reparación de los daños correspondía a los padres porque eran menores de edad, y tasaron cifras entre 7 millones y 60 millones de pesos para cubrir los arreglos.
Fuerte castigo, ejemplarizante, y que debe copiarse para el fútbol, lo que no quiere decir que el mal desaparezca radicalmente, pero sí ayudará a mejorar la situación, y sobre todo dará a entender que algo se está haciendo.
Este preámbulo tiene que ver con la violencia en los escenarios deportivos, tema tratado ésta semana en Palogrande por el gerente deportivo de Dimayor, Iván Novella, quien estuvo con representantes de la Federación y del gobierno nacional.
Se busca socializar el proyecto de convivencia y paz en los estadios, para lo cual se adecúan herramientas operativas, penales y de comunidad, que permitirán combatir ese ‘barrismo’ desenfrenado que aprovechan ciertos sujetos para actos criminales.
Ya es hora, como sucedió con el transporte colectivo en la capital, que en el fútbol se apliquen medidas que tiendan a erradicar este problema que está sacando gente de los estadios, y reprochable por los efectos negativos que genera en la sociedad.
Las imágenes después del clásico vallecaucano por la Copa Postobón son una vergüenza, y pugnan porque haya determinaciones de fondo, aparte de que las plazas de Ibagué y de Pereira acaban de cumplir sanciones por invasión de terreno.
Para quien escribe no tiene sentido prohibir el ingreso de hinchas del equipo rival al Palogrande como lo maneja la directiva del Once Caldas, pues carece de lógica restarle público a un espectáculo que lo ha perdido por la calidad del producto.
Creo que con un plan de seguridad, en el que intervengan las autoridades en labor conjunta con la Alcaldía, se pueden lograr resultados, y el primer paso es la carnetización como medio efectivo para cortar ese germen que carcome la actividad.
Buen anuncio que para el segundo torneo se implementaran herramientas tecnológicas para identificar a los delincuentes a través de una base de datos cruzada con la policía, tarea que debe ser causa común para que la familia vuelva al fútbol.
Basta ya, antes de lamentar líos mayores, y publiquen las fotos de los vándalos, y judicialicen, para que sigamos disfrutando de nuestro maravilloso fútbol según Dimayor con aficionados en los estadios, pues la televisión al exagerado costo que venden los derechos es ahora privilegio de pocos.
Por último, el Once Caldas jugaba anoche contra el Medellín del ‘Bolillo’ en condición de visitante, luego de su victoria holgada sobre el flojo Cúcuta, confianza que ojalá alcance para la recuperación plena.
La verdad es que el campeonato avanza de manera precipitada y es necesario sumar de a tres, y de forma consecutiva para no colgarse en la tabla y empezar a trabajar cada partido con la presión del resultado.
Hay plantilla, escasa pero la hay, porque la suplencia realmente es discreta, particularmente en ataque, donde la llegada de Dayro Moreno le da ese plus de efectividad que fue motivo de malos guarismos en jornadas pasadas.
Esperamos que hay técnico, y que esa licencia larga que ha tenido porque sus números ya hubieran provocado un revolcón en otra parte, haya terminado, y por fin el Once Caldas se meta en el camino grande sin renegar de su historia reciente.
Hasta la próxima…
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