Ricardo Patiño
LA PATRIA | Ibagué
En su corta carrera como boxeador, Leonard Montaño vivió una noche especial en noviembre pasado en el coliseo de Los Balcanes, de El Espinal (Tolima).
Iba el segundo round y con la fuerza del público sacó un derechazo para noquear a Julio Calimeño, de Boyacá. El pugilista por poco termina en los pies del entrenador de Caldas, Leonardo Giraldo, pero las cuerdas lo ataron al cuadrilátero. Leonard, bañado en sudor, solo saltaba de la emoción y alzaba a su técnico, mientras su contrincante, subcampeón nacional, se reponía mareado del golpe.
Los jueces levantaron las manos de Montaño y la algarabía se escuchó en el escenario. El morocho, que compite en 81 kilogramos, besó la lona de la felicidad. Calimeño lo abrazó después de no quitarle la mirada en el ring.
Una noche de fama
Leonard, que tiene sus músculos marcados, de cargar madera y de mezclar cemento, fue el pugilista más apetecido de la velada esa noche. Cuando subió a las gradas le hicieron corrillo para tomarse fotos. Su técnico tuvo que llamarle la atención para bajarle las revoluciones. La pelea ya había terminado. “Esto es lo máximo”, decía el deportista.
Menos de tres minutos le bastaron para asegurar otra medalla para el departamento. Hoy, por la noche, vuelve a subirse al cuadrilátero y si gana al rival de Fuerzas Armadas disputará el oro. Un revés le daría bronce: “Le agradezco a Dios y al profe que me dijo que tenía mucho perrenque. Le hice caso y mire que sirvió”.
Montaño, próximo a cumplir 30 años, nació en Guapi (Cauca). Llegó a Manizales de guerrero y hace tres años sus puños impactan en la Liga de Caldas, que pese a no tener condiciones óptimas para entrenar, da de qué hablar.
Su vida trascurre entre la construcción y los entrenamientos. Su jornada arranca a las 7:00 de la mañana y termina sobre las 9:00 de la noche. Su lucha, en una ciudad que lo adoptó, no ha sido fácil por sus condiciones económicas, pero ahora ve el esfuerzo del sacrificio.
"Es lo máximo que he logrado a nivel competitivo. Llego tarde a entrenar por el trabajo, pero con positivismo todo se puede. El secretario me dijo que pagaban por medalla y voy a ahorrar para comprarme una casa".
Leonard, único boxeador de la familia, se sintió ganador en los Juegos Nacionales. Solo tuvo un fogueo antes de la competencia oficial y demostró que sus puños pegan duro.
Sandra Milena Villa, la única boxeadora de Caldas en estos Juegos, también tuvo una buena noche en El Espinal. Al igual que Leonard Montaño, en el segundo round celebró por nocaut técnico ante Margarita Rivera, de La Guajira.
Se midió con la local Jénnifer Cáceres, campeona suramericana y bolivariana. Una victoria y aseguraba otra medalla para Caldas.
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