Osvaldo Hernández
LA PATRIA I Manizales
Cuando Marlon Alirio Pérez era niño decía que quería ser como René Higuita. Los primeros años lo intentó, pero una bicicleta, partida, que le compró a una tía, le cambió la vida para siempre.
"Iba donde mi tía y la veía allá archivada y sin arreglar. La compré en 800 pesos y la pagué como en un año".
Pasaron los meses, Marlon se encariñó con su caballito de acero y empezó a montar en el pueblo. Su mamá le vio tantos ánimos que le ayudó a comprar una bicicleta de carreras.
Este paisita, de Támesis, no olvida la odisea que vivió en la primera clásica que disputó.
Para empezar, Marlon siempre soñó en esa época con tener el uniforme de Manzana Postobón: "No lo pude conseguir completo; compré la pantaloneta, pero de segunda, a un amigo que se también se la había adquirido al "Chacho" Jorge León Otálvaro, ciclista profesional".
Animado por don Alfonso Aristizábal, Marlon se inscribió en 1991 para correr la Clásica al Suroeste Antioqueño. Lo hizo al lado de Ricardo León Vélez, finalmente el campeón.
"Tenía 15 años, era el chino de la carrera. En ese tiempo las etapas iban en pavimento y destapado; había que darle parejo".
Una de las etapas fue de Amagá a Ciudad Bolívar: "Se empezaba bajando, luego plan y se finalizaba en ascenso. Ese día me pasó de todo, imposible olvidarlo. Pinché dos kilómetros después de habernos escapado. Llegó don Alfonso y me cambió la rueda. En medio del polvero alcancé a mi compañero, pero con tan mala suerte que volví a pinchar. Don Afonso me volvió a cambiar de rueda, pero se fue hacia adelante con Ricardo León.
Me volví a meter en la carrera y más arriba me fui a un rastrojo; se me partió el manubrio. No podía del desespero. Me quedé ahí y apareció don Alfonso Moncada, de Ciclo Moncada, en un carrito. Me le atravesé y le pedía ayuda. El viejo traía una bicicleta encima del carro, pero era del pelao que que venía acompañando. Le rogué que me la facilitara y eso hice. Me acuerdo que era muy pequeñita y ahí arranqué. Y a unos 5 kilómetros de la meta, había un charco en la mitad de la vía y en plena velocidad me metí en él y tragué agua de lo lindo porque casi que no me paro porque no pude soltar rápido las punteras (sujetadores de los pedales).
La mala suerte no había terminado. En ese golpe rompí la barra horizontal de la bicicleta. Más de malas no podía estar. Esperé unos minutos y pasó un Suzuki SJ410 lleno de pelaos haciendo ruido, le pedí que me llevara y me tocó subirme a un lado, cargando la bicicleta.
Entrando a Ciudad Bolívar le pedí al señor que me dejara ahí y no quería, pero le reiteré y ahí me bajé. Me quité las zapatillas y arranqué a correr hacia la meta. Me decían que me retirara y no lo quise hacer. Así llegué a la meta y me reclasificaron".
Marlon continuó en la Clásica y, siendo el más pelao de la competencia, ganó la última etapa entre La Pintada y Valparaiso. Su compañero Ricardo León Vélez fue el campeón.
Después de todo lo sucedido mandó a arreglar la bicicleta que dañó e hizo su entrada al mundo del ciclismo, en el que aún está y el que adorna con dos títulos mundiales, uno en pista y el otro en paracycling.
Tiene 44 años y está casado con Natalia. Vive en La Ceja (Antioquia).
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