Osvaldo Hernández
LA PATRIA I Manizales
Carlos Eduardo Velasco es el hombre de confianza de Reinaldo Rueda. Trabajan juntos desde 1990 y han compartido todo tipo de categorías, desde los combinados del Valle del Cauca, pasando por los seleccionados menores de Colombia, equipos profesionales (Cali, Medellín y Nacional, más Flamengo, de Brasil) y las selecciones nacionales de Colombia, Honduras, Ecuador y ahora Chile.
Han ganado la Copa Libertadores de América del 2016 y la Recopa Suramericana del 2017 con el Atlético Nacional. La tercera plaza en el Mundial Sub-20 del 2003 con Colombia y la ida a los mundiales de mayores con Honduras y Ecuador.
La historia de Velasco nace en 1998, cuando César Guzmán, máximo dirigente del Deportes Quindío, le negó un aumento de salario, no obstante las buenas campañas con Nelson Gallego y Óscar Héctor Quintabani. Por eso optó por pedir mejor la liquidación.
Y optó por irse a Europa. Quería ver equipos y aprender. Gustavo Moreno, hoy exdirectivo de la Federación, le consiguió una carta de recomendación. Y apeló a la amistad de los jugadores colombianos que actuaban en Europa, que ellos habían dirigido en los seleccionados menores.
En ese periplo, que él denomina de aprendizajes, porque lo hace cada tres temporadas, tuvo tres experiencias que nunca olvida y por muchas razones que le ayudaron a crecer.
Velasco llegó a Madrid y allí lo estaba esperando Hárold Lozano: "Nos fuimos a Valladolid y directo al estadio José Zorilla. No sabía que estaba haciendo tanto frío y esa noche casi me congelo. Al otro día lo primero que hice fue salir a comprar unos abrigos".
En Valladolid lo atendieron muy bien. Dice que allá pesó también el pasado y la imagen que dejaron Francisco Maturana, René Higuita y Carlos Valderrama.
De Valladolid, Velasco se fue al Atlético de Madrid, gracias a José Luis Pérez Caminero. El equipo colchonero era dirigido por el italiano Arrigo Sachi, que había estado en Cali dictando una conferencia para Acord Valle. Pero Caminero le consiguió los permisos.
"Llegué y me le presenté, pero yo llevaba una foto del seminario de Cali, se la mostré y desde que la vio me trató como si fuera su hijo. Me permitió el acceso a todo, me dio el plan de entrenamiento de toda la semana y lo invitó a tres partidos, incluso a uno de la UEFA. Fue una semana inolvidable", recuerda el Profe que alcanzó a ver también dos sesiones del Real Madrid.
Donde no le fue bien fue en el Barcelona: "El técnico era el holandés Louis Van Gaal y no me dejó ni arrimar. Bueno, el equipo como que no andaba bien y se alejaban. Ni siquiera en las canchas de La Masía. Me acuerdo que un día los hizo subir al bus y arrancaron, yo abordé un taxi y los seguí, pero terminaron en una pista de karts y me imagino que ese fue el entreno del día. Esa fue una afortunada experiencia, pero crecí con todas".
Por fortuna, allí en Barcelona estaba Hárold Canaval, especialista en voleibol, compañero de clase y profesor en la Escuela Nacional del Deporte, lo atendió muy bien.
Velasco está casado con Lina María y son padres de Simón, Mariana y Santiago.
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