Osvaldo Hernández
LA PATRIA | Manizales
Durante varias décadas algunos clubes del fútbol colombiano fueron el juguete de reconocidos narcotraficantes colombianos. Con poder y dinero accedían con facilidad a las figuras del campeonato profesional.
Por eso, era común que muchos jugadores, después de finalizar un entrenamiento o en sus ratos libres, se desplazaban a las fincas de los patrones para jugar picaditos o recochas. Mientras las figuras deleitaban con sus gambetas en la cancha, en las "gradas", al ritmo de trago, bellas mujeres y mucho dinero, los patrones apostaban grandes sumas de dinero al ganador del partido.
Cuando el volante caldense Carlos Trejos jugaba con el Deportivo Cali fue invitado varias veces para participar en estas actividades. Y aceptó porque le pagaban muy bien: "Hasta 500 mil pesos le daban a uno por jugar una recocha".
En una ocasión fue a Jamundí con Andrés "Michi" Sarmiento y Miguel Marrero a un "clásico" con rivales del América.
Recuerda que los equipos se completaron con los muchachos que trabajaban para los señores que estaban en las gradas.
Trejos, volante de recuperador se caracterizó por el juego fuerte; les pegaba a todos en los partidos profesionales. Pero allí, como se dice popularmente, "se tuvo que tragar la candela" y lo marcó el resto de su carrera deportiva.
"Estábamos jugando y un muchacho rival, con la camiseta del América, me hizo un túnel (meter la pelota por entre las piernas). En la segunda jugada intentó hacer lo mismo y le pegué una patada. El partido siguió, pero cuando se acabó varios se me arrimaron y me dijeron..."váyase de aquí ya, váyase". Y eso fue lo que hice".
Horas más tarde, Trejos se dio cuenta que le había pegado una patada al jefe de seguridad de Miguel Rodríguez y que había quedado tan ofendido que lo iba a matar: "Quedé frío, no sabía qué decir, me volé de ahí y nunca más volví a esas cosas".
Meses después, Carlos Trejos venía de cenar y se encontró de frente con el tipo que supuestamente lo iba a matar: "Me quedé quieto, me puse pálido y mirándolo, hasta que el señor me dijo..."fresco hermano que ya pasó todo, no pasa nada".
Trejos, nacido en Riosucio (Caldas), se hizo en los equipos de su municipio, luego saltó a Robles Millonarios y de ahí emergió al fútbol profesional. Llegó a ser uno de los volantes recuperadores más importantes, en una época marcada por Eduardo Pimentel, Leonel Álvarez y Ricardo Chicho Pérez.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015