Fue la cárcel a negociar su pase con los Rodríguez Orejuela y se encontró con dos expresidentes de Colombia

Osvaldo Hernández

LA PATRIA |Manizales

Alexánder Posada no cabía de la dicha el día que Manuel Lapuente, técnico del América de México, le dijo que si quería jugar con ellos. Había finalizado el juego con el que Cortuluá, en el Azteca, le dijo adiós a su primera participación en la Copa Libertadores de América perdiendo 3-2. Lapuente vino hasta el camerino del onceno vallecaucano y se lo propuso.

Posada no pudo ocultar la emoción, le dijo que sí y le dio a entender al DT mexicano que sería un honor.

Volvió al país y se encontró con una de las frustraciones más grandes de su carrera deportiva: su pase, en el 2001, era propiedad de los hermanos Rodríguez Orejuela (Cartel de Cali), dueños del América de Cali; Rodrigo Tamayo, dirigente del Medellín, condenado después por lavado de activos, y Gustavo Upegui, dirigente del Envigado FC, asesinado después por vínculos con la mafia y la llamada Oficina de Envigado.

Posada cayó en manos de tres dueños por el cruce de cuentas de los equipos. Jugaba con el Quindío y pasó al América de Cali, pero en el negocio, los quindianos se quedaron con el 50% de sus derechos deportivos y los americanos con el otro 50%.

Álex, defensor central, que ya había pasado por Deportivo Pereira y Deportes Quindío, se enteró dos años después, estando en Cortuluá,  cuando buscó la opción de irse a jugar con América de México, un grande del Continente. Supo que Guillermo León López Valencia, dirigente del Quindío, cruzó unas deudas con Medellín y Envigado y ahí traspasaron sus derechos.

Cortuluá no tenía ningún problema porque lo tenía allí a préstamo y recibía un porcentaje por el negocio.

Posada buscó por todos los medios que los hermanos Rodríguez Orejuela, Rodrigo Tamayo y Gustavo Upegui se pusieran de acuerdo y no fue posible. Tamayo le dijo que aceptaba lo que dijeran los demás, pero uno decía una cosa y el otro otra.

Le tocó ir a la cárcel de Palmira (Valle del Cauca), donde estaban recluidos los hermanos Rodríguez Orejuela. Era la última instancia a la que recurrían porque primero se trataba de definir el tema con doña Amparo o William, esposa e hijo de Miguel.

Fue en tres veces y le tocó esperar casi todo el día, entrar disfrazado y ver personajes de la sociedad colombiana: "Allá íbamos los capitanes por algo especial, en esa época nos tocó a Jorge Bermúdez, Franky Oviedo y Jairo Castillo. Y me disfracé de médico, ingeniero o del Seguro Social para poder entrar".

El patio de esa cárcel tenía de todo: oficina, piscina, cancha, chef y todo lo que necesitaban los extraditables que estaban allí.

Álex se sorprendió las dos veces que entró y se encontró con Andrés Pastrana y Ernesto Samper, hoy dos expresidentes de Colombia: "Yo decía... y estos señores qué hacen aquí. Vi más personajes, pero no los voy a mencionar por seguridad".

Esa misma declaración se la dio Posada a Deporteando Televisión hace dos semanas.

Don Miguel lo mandó a cuadrar con Tamayo y Upegui y así pasó el tiempo y la opción de ir al América. Posada, en vez de irse a suelo mexicano, se incorporó al Deportivo Pereira, donde continuó su carrera deportiva.

Nunca olvida que quien lo recomendó para el América fue el chileno Iván Zamorano. El ex goleador del Real Madrid, que para esa época jugaba con los manitos, le dijo que Oviedo que ese central duro y técnico que lo había marcado era el jugador que necesitaban en el equipo. Y así sucedió, hablaron con Lapuente y por eso le ofreció su ida al equipo.

Posada siguió su carrera en Millonarios, luego pasó a Deportivo Quito, de Ecuador, y finalmente en el Toronto Supra Portuguese.

"Después de tanto rogar, ya con los años y yo quieto, me dieron los derechos deportivos, pero ya para qué".

Dice que varios clubes colombianos le quedaron debiendo 300 millones de pesos, los cuales fueron imposibles de cobrar por las amenazas no solo para él sino también para los abogados: "Los abogados preferían devolverme los papeles por miedo".

Hoy, con 43 años, Posada vive en Canadá, donde les transmite los conocimientos quienes quieren llegar a la rama profesionales.