El microfútbol femenino ¡Mundial!

Ricardo Patiño*
LA PATRIA | Barrancabermeja (Santander)

Faltaba redondear la fiesta. El título mundial de la selección Colombia femenina de fútbol de salón estaba cantado por el despliegue de talento y la forma de hacer goles. Fueron 49, ¡sí!, una cifra inédita en seis partidos.
Las chicas de la tricolor no la tuvieron fácil el pasado sábado ante las aguerridas venezolanas, pero al final primaron las individualidades de Andrea Garzón, Shandira Wright y Paula Botero para ganar 3-2 y enloquecer a los barranqueños, quienes abarrotaron el coliseo Luis F. Castellanos.
Fue un partido complicado para las campeonas. El rival presionó desde el inicio y consiguió la primera anotación con la talentosa Yucelis Camargo, que antes de festejar había tenido dos claras.
El gol acabó con el invicto de las cafeteras después de 203 minutos y 55 segundos sin recibir.
A los 15 minutos, la habilidosa Andrea Garzón apareció para igualar el encuentro. Los aficionados estallaron de la felicidad y el sonido de las vuvuzelas retumbaron en el escenario.
El éxtasis llegó al instante con el segundo. La sanandrasena Shandira Wright se inventó una pared con Paula Botero y el balón terminó en el fondo de la red. Así terminó el primer tiempo.

Un hervidero
La temperatura alcanzó los 40 grados. Si antes el público gritó y coreó el nombre de la Selección, el sábado varios salieron aturdidos y con dolor de oído. El coliseo Luis F. Castellanos no es para cualquiera, por la concentración de calor.
Y faltaba la anotación de la goleadora Paula Botero. A los dos minutos y medio de la etapa final se quitó la marca con un amague y encajó el tercero.
Las "chamas" no se rindieron, por el contrario, siguieron presionando y enredaron a Colombia hasta el final. Los últimos minutos fueron dramáticos después de la anotación de contragolpe de Jéssica Rodríguez.
El destino, sin embargo, estaba del lado de Colombia. La ansiedad se tomó a algunas jugadoras y apunta de corazón terminaron desbordadas en el maderamen.
Caldas también saborea el título. La portera Bibiana Martínez, que se perdió el Mundial por lesión, el técnico Jaime Cuervo y el delegado Milton Hernández integraron este grupo que hizo historia.
* El periodista fue invitado por la Federación Colombiana de Futsalón.

Cuadro de honor
Campeón: Colombia.
Subcampeón: Venezuela.
Tercero: República Checa.
Cuarto: Argentina.
Valla menos vencida: Magaly Vergara (Colombia), con dos tantos.
Goleadora: Paula Botero (Colombia), con 15 anotaciones.

Las campeonas colombianas
Magaly Vergara (Cali), Gledys Bello (San Onofre, Sucre), Kelis Peduzine (Barranquilla), Natalia Riveros (Bogotá), Shandira Wright (San Andrés), Paula Botero (Medellín), Andrea Garzón (Pitalito, Huila), Marcela Calderón (Bogotá), Yurika Mármol (Cartagena), Ingrid Jaramillo (Tuluá, Valle del Cauca), Leidy Calderón (Muzo, Boyacá) y Paola Estrada (Medellín).
Técnico: Luis Mario González.
Asistentes técnicos: Ernesto Corredor y Wilinton Ortiz.
Fisioterapeuta: Mildreth Arenas.
Utilero: Wilber Figueroa.
Delegados: Amparo Maldonado y Milton Hernández.

Con la impronta de Cuervo
Foto | José David Martínez | LA PATRIA
La historia dirá que el manizaleño Jaime Cuervo Lozada se dio el honor de quedar campeón del mundo con el equipo masculino en el 2011 y con las mujeres el pasado sábado en Barrancabermeja (Santander).
El técnico, que lo ha ganado todo en el fútbol de salón, fue el asesor deportivo de la Selección, por solicitud de la Federación: "nunca tuve en mi horizonte un campeonato femenino porque en el país hay mucha gente que lleva años en esta disciplina. Gracias a Dios hacemos más historia".
Cuervo, padre en el futsalón del entrenador Mario González, no dejó nada al azar en el maderamen del coliseo Luis F. Castellanos. Intentó por momentos respetar las decisiones del técnico, que estuvo cuatro años como jugador en Caldas, pero no lo pensó para pararse y dar la orden de mover el equipo. Cuervo, de lejos, le imprimió su estilo a la Selección, con un juego técnico y de mucha movilidad. "Para eso me llamaron", reconoce el caldense.