Osvaldo Hernández
LA PATRIA I Manizales
Corría la tarde del 1 de julio del 2004. 45 mil personas esperaban en las gradas del Palogrande que rodara el balón por el segundo y último juego por la final de la Copa Libertadores entre Once Caldas y Boca Juniors. La serie estaba empatada 0-0.
La ciudad y sus habitantes, con banderas y camisetas blancas, le habían cambiado el color a Manizales para una fiesta que duró tres o cuatro días más y ahora es una fecha inolvidable.
En medio de esa euforia, Boca Juniors, el rival, llegó al Palogrande cargado de figuras de la talla de Roberto Abbondanzieri, Rolando Schiavi, Nicolás Burdisso, Alfredo Cascini, Diego Cagna y Carlos Tevez, más dos colombianos: Fabián Vargas y Luis Amaranto Perea.
Los argentinos arribaron, se acomodaron y empezaron los juegos recreativos antes de hacer el calentamiento oficial. Fabián Vargas recuerda que pasó algo que les cambió el estado anímico a sus compañeros minutos antes de saltar a la cancha y encarar el juego con el Once.
"Estábamos jugando fútbol tenis, como siempre lo hacemos, con la cancha demarcada con cinta en el piso y uno de los compañeros, no me acuerdo de su nombre, perdió un punto, le dio duro a la pelota y quebró un espejo".
Fabián cuenta eso provocó el caos en el camerino de Boca: "Para nadie es un secreto que ellos son muy cabaleros. Y ese fue un golpe anímico, complejo. Cuando los tienen a su favor, son fuertes, pero con ellos en contra, le dan mucha importancia y eso pasó".
"El momento fue muy tenso. De inmediato empezaron con los contras, como tocarse el huevo izquierdo (testículo). Hicieron un cantidad de cosas".
Directivos, técnicos y demás compañeros de Fabián y Luis Amaranto trataron de superar el episodio, continuaron el calentamiento con tan mala suerte que en la misma sesión se les lesionó el delantero Guillermo Barros Schelotto y no pudo estar en el partido.
"Eso fue lo que ocurrió en el interior del camerino del Palogrande. Ya en la cancha todos saben lo que ocurrió. No digo que perdimos por eso, pero son cosas que la gente no se da por enterada".
Se jugó la final, Once Caldas y Boca Juniors empataron 1-1 y en la definición desde el punto penal el Blanco Blanco ganó 2-0.
Boca Juniors, esa noche, no ocultó la amargura por la derrota. Ni siquiera participó en el acto de premiación, lo que generó todo tipo de reproches del mundo del fútbol.
Síntesis del partido
Once Caldas (1): Juan Carlos Henao, Miguel Rojas, Edgar Cataño, Samuel Vanegas, Edwin García, Rubén Velásquez, John Viáfara, Arnulfo Valentierra, Elkin Soto, Dayro Moreno (Jefrey Díaz, 66) y Herly Alcázar (Jorge Agudelo, 79).
Boca Juniors (1): Roberto Abbondanzieri, Luis Amaranto Perea, Rolando Schiavi, Nicolás Burdisso, Clemente Rodríguez, Javier Villarreal, Alfredo Cascini, Fabián Vargas, Diego Cagna (Miguel Caneo, 86), Franco Cangele y Carlos Tevez.
Goles: 1-0, m.7: John Viáfara; 1-1, m.52: Nicolás Burdisso.
Árbitro: Carlos Chandía (Chile).
Definición: marcaron por el Once Caldas Soto y Agudelo. Fallaron Valentierra y Ortegón. Por Boca fallaron los cuatro lanzadores: Schiavi, Cascini, Burdisso y Cangele.
Partido de ida: Boca Juniors 0 Once Caldas 0.
Campeón: Once Caldas (COL).
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