
Lina Moreno
LA PATRIA | Manizales
El llamado "Duelo de Titanes" mereció definitivamente tal apelativo. Eso se vio en las calles y ni qué decir dentro del estadio Palogrande, al que llegaron unos 28 mil aficionados.
Afuera, sin embargo, la fiebre fue totalmente alba. Cualquier despistado hubiera podido saber que jugaba el Once Caldas, pero le hubiera quedado imposible definir el rival, pues se cumplió con eso de no portar la camiseta del Nacional.
Mucho hincha nacionalista, sí, pero esta es la casa del Once: así se pudo leer el comportamiento previo al partido, con familias completas caminando por la Avenida Santander y con la camiseta del Once puesta.
Los aficionados del verde fueron prudentes y manejaron un bajo perfil antes del juego. Ya después de cruzar las vallas policiales y cerca a la tribuna correspondiente, sacaban sus gorras y brincaban entonando los cánticos de la barra visitante, ubicada en la tribuna sur.
Toma y dame barrístico
Que el Nacional vaya primero y el Once tercero, y que ambos sean los únicos campeones de la Copa Libertadores en Colombia parecieran no ser los únicos toques para convertir el juego en algo similar a una final. De por medio se nota una competencia entre barras y es el ego que, según parece, ponen de por medio.
En el Palogrande los sureños se adueñaron de su extremo sur. Portaron banderas en las que nombran sus ciudades de procedencia, incluida Manizales. Los cánticos, apoyados por muchos otros aficionados verdolagas esparcidos discretamente en oriental y occidental, fueron de comienzo a fin.
Ni qué decir de Holocausto. La tribuna norte se tiñó de los colores del Once del alma con papeles verdes, blancos y rojos organizados en el mismo orden de la bandera; y le rindió homenaje a la capital caldense con un trapo que cubrió casi toda la tribuna y en el que sí dibujaba la ciudad.
Poco más de noventa minutos los barristas desgastaron sus gargantas. En ninguno de los dos lados quisieron ceder. No se callaron. Solo a lo último, cuando se decretó el 0-0 final, la barra local sintió que el Once le había quedado grande al Nacional y le hizo una última dedicatoria con esa idea.
Sin embargo, en términos generales, se podría decir que el empate en Manizales fue tanto en la cancha como en la tribuna.

Sin contratiempos
Hasta el cierre de esta edición no se presentó ningún tipo de desorden público después de concluir el partido. Según la oficina de prensa del Comando de Policía Caldas, al hacer las respectivas requisas para ingresar al estadio, varias personas fueron conducidas al CAI del estadio por hallarles marihuana, armas blancas y un artefacto explosivo.
"Hubo presencia de mil 36 policías y los controles permitieron incautar estupefacientes, pero no se presentaron alteraciones de orden público", indicaron.
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