Chaparro lloró como un niño

Ricardo Patiño

LA PATRIA | MANIZALES*

Dídier Alonso Chaparro López madrugó ayer a llamar a su mamá, Luz Stella López. Este detalle le pareció extraño, pues el ciclista no acostumbra hacerlo antes de correr. "Lo escuché motivado. Esa llamada fue una buena señal", dijo doña Stella.

3 horas y 39 minutos, Chaparro terminó bañado en lágrimas después de ganar la séptima etapa del Clásico RCN entre Mariquita (Tolima) y Manizales. El pedalista cruzó la meta y terminó sentado en un separador donde lloró como un niño, después del esfuerzo que hizo en los 114,5 kilómetros de recorrido.

"Si ve que sí se puede. Me alegra demasiado papito. Qué felicidad", le expresó el técnico, Jhon Jairo Narváez, quien conoce sus pedalazos desde joven.

Un abrazo con el alma

"Esto es un sueño. Aún no lo creo porque es la primera vez que gano en mi casa. Estas lágrimas significan demasiado por todo lo que he vivido. Estuve a un paso de dejar el ciclismo”, recalcó el ciclista, criado en el barrio La Enea.

Chaparro logró pararse del separador y los abrazos siguieron. "¿Dónde está mi niño?", preguntó insistentemente doña Stella. Lo encontró y se abrazaron por dos minutos, como si quisieran detener el tiempo.

Ella también lloró de alegría. Tampoco podía describir lo que veía. "Ese muchacho ha luchado mucho. Se lo merece más que nadie por tantos años de sacrificio".

Doña Stella se ubicó con su familia en el Batallón, donde fue el premio de montaña de tercera categoría. Apenas lo vio pasar corrió como pudo para unirse a la celebración.

"Ver a mi familia y a los amigos en el Batallón me alegró demasiado. Era un sueño por el que luché, a pesar de los días difíciles en este deporte", comentó Chaparro.

La etapa reina quedará en la memoria de este corredor. El ascenso por Mariquita al Alto de Letras, considerado el puerto más largo del mundo con 81,7 kilómetros, según el especialista Héctor Urrego, marcó su camino a la victoria. Allí, pasó segundo el premio de montaña fuera de categoría, por detrás de Álex Cano, pero en el descenso bajó como una bala para meterse en la lucha por la general del Clásico, pues quedó a ocho segundos de Cano, quien le arrebató el liderato al colombo-español Óscar Sevilla.

“Felicitar a Dídier porque hizo un descenso fenomenal. Él venía para la casa en unas curvas que conoce a la perfección. Hizo un excelente trabajo”, agregó Cano.

Hoy, la octava etapa partirá de Anserma y pasará por Riosucio y Supía. Llegará a La Pintada para afrontar el Alto de Minas, premio de montaña fuera de categoría, y terminará en La Estrella, al sur del Valle de Aburrá (Antioquia).

*El periodista y fotógrafo fueron invitados por la organización

Séptima etapa

1. Dídier Chaparro (Supergiros), 3.39,49; 2. Álex Cano (Coldeportes), a 41;3. Hernán Aguirre (Manzana), 1:18; 4. Edward Beltrán (EPM-Scott), a 1:46; 5. Óscar Sevilla (Medellín), a 1:49; 6. Juan Pablo Suárez (EPM-Scott), m.t.; 7. Alexis Camacho (Coldeportes), m.t.; 8. Christian Muñoz (Coldeportes), m.t.; 9. Óscar Quiroz (Strongman), m.t.; 10. Juan Diego Alba (Coldeportes), m.t.

La general

1. Álex Cano (Coldeportes), 21.36,59; 2. Dídier Chaparro (Supergiros), a 8; 3. Óscar Sevilla (Medellín), a 34; 4. Hernán Aguirre (Manzana), a 42; 5. Edward Beltrán (EPM-Scott), a 50; 6. Alexis Camacho (Coldeportes), a 1:22;

7. Juan Pablo Suárez (EPM-Scott), a 1:24; 8. Óscar Quiroz (Strongman), a 2:26; 9. Christian Muñoz (Coldeportes), a 2:52; 10. Brayan Hernández (Strongman), a 3:41

Juan Carlos Menjura, Alto de Letras

Es emocionante ver pasar por acá a los ciclistas. Que más que los vemos en vivo y en directo.

Jesús Antonio García, Alto de Letras

Primera vez que salgo a ver una carrera de ciclismo. Escuché en la radio y salí sin pensarlo.

José Danilo Marín, Alto de Letras

Casi no veo ciclismo por los compromisos en el campo, pero me gusta demasiado.

Iván Guerrero, Alto de Letras

Estas carreras son geniales. No las vemos todos los días y tenemos que disfrutarlas cuando pasan por acá.

Darío Pineda, Alto de Letras

Me encanta el ciclismo, por algo estamos acá. Estas carreras son emocionantes de principio a fin. Conocía el terreno, el descenso sacó la diferencia. Lo conocía como la palma de su mano.