EFE | LA PATRIA | Rostov (Rusia)
Brasil, uno de los grandes favoritos al título, se atascó ayer en su debut mundialista ante Suiza (1-1), que puso de manifiesto todas las carencias de la Canarinha y de Neymar, que estuvo desaparecido en combate.
La pentacampeona no aprendió de los errores de España y tropezó en la misma piedra que La Roja hace ocho años en el Mundial de Sudáfrica y, lo que es peor, dejó muchas dudas con un juego previsible.
Igual que el resto de favoritos en este Mundial, Brasil demostró, que aunque tiene plan de juego definido, no sabe si atacar con todo o nadar y guardar la ropa.
Ni rastro del jogo bonito y si mucha precaución, lo que deslució un duelo que había despertado mucho expectación, especialmente tras el empate de Argentina.
Tras el triplete de Cristiano Ronaldo ante España y la actuación de Leo Messi, mancillada por el fallo en el lanzamiento de penalti, se esperaba mucho de Neymar, pero este apenas brilló, lastrado por la lesión en el tobillo que le tuvo tres meses fuera de los terrenos de juego.
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