Equipo Deportes
LA PATRIA | Manizales
Nadie más indicado para conocer lo bueno y lo malo de la ciudad que un extranjero. Muchos de ellos conocen el mundo y saben qué tipo de ciudad es Manizales. Quizá, la más famosa fue la que dijo el poeta chileno Pablo Neruda, que la definió como la "Fábrica de Atardeceres".
Hoy, años después, muchos extranjeros llegaron y se quedaron para siempre. Y cuando se refieren a ella no se guardan los adjetivos para valorar la calidad de vida que tiene la ciudad.
Lo dicen el argentino Alfonso el Petizo Núñez, exjugador del Once Caldas; el también argentino Julián Mauri, entrenador de deportistas de alto rendimiento; el cubano Eduardo García, técnico de la Liga de Lucha; Carlos Serrano, el venezolano del Real Caldas, y Jaime Mejía, entrenador de Toros, equipo de fútbol americano.
Serrano no se quiere ir
Hasta hace algunos años el fútbol de salón era el deporte más importante en Venezuela. Por eso, sus equipos ganaron los torneos más importantes del mundo y sus jugadores fueron a las grandes ligas.
Uno de ellos aterrizó hace cuatro años en Manizales. Carlos Serrano Torres llegó como refuerzo para el Real Caldas y se quedó. Hoy para el equipo es pieza importante en la Copa.
El chamo, oriundo de Charallave, estado Miranda, arribó y se encontró una ciudad que le abrió las puertas: "Estoy feliz acá, la gente, la calidad de vida, la tranquilidad son muy importantes".
Serrano estudió hasta quinto semestre de ingeniería mecatrónica y empezó a jugar microfútbol en la escuela y con los amigos de su barrio, luego ascendió en las categorías hasta jugar con la Selección Venezuela en los Juegos Mundiales (World Games) de Cali, la Copa Libertadores y los Suramericanos.
Hijo de Reymundo y Marisol, Carlos dice que lo que gana en Manizales le sirve mucho para ayudarle a su familia: "Valoro lo que me gano acá porque por la devaluación del bolívar rinde mucho allá".
Ahora, en sus planes está traerse a su novia de Venezuela para poder continuar acá por muchos años.
De Cuba para Manizales
Llegó hace tres años y se quiere quedar el resto de sus días, así es la historia que cuenta Eduardo García Bernard, el cubano que arribó al país como entrenador de Colombia, luego pasó a Bogotá y ahora está como técnico de la Liga Caldense de Lucha.
Licenciado en cultura física y con un máster en lucha, García arribó con la intención de formar talentos y llevarlos a los puestos de honor en el país. Y lo ha conseguido.
Formó su familia en el país. Vive con Claudia Patricia Gómez, unión de la que nació Lady Gabriela.
"Vivo muy feliz en Manizales, sé que tengo que cumplir unos compromisos con la Liga y con Caldas, pero me encontré una ciudad que tiene calidad de vida y eso es muy importante".
Vive en el barrio Villa Pilar: "La gente es educada y siempre está presta a ayudar. Me gustaría echar raíz acá por muchos años, porque estas son las ciudades en las que uno debe vivir".
Llegó de Argentina y se quedó
De Buenos Aires voló hacia Bogotá, donde se instaló un tiempo. Luego, con esposa manizaleña abordo, el argentino Julián Mauri (derecha en la foto) llegó a Manizales, donde ya lleva 12 años viviendo.
Hoy, con 42 años, Mauri es un entrenador personalizado importante que posee la ciudad. Por sus manos han pasado deportistas como el ciclomontañista Marcelo Gutiérrez, ciclistas de Caldas y otros atletas más.
De hecho, cuando Marcelo Gutiérrez regresa de una competencia, valora lo que hace Julián por él.
"Llegué a Manizales por mi esposa. Le resultó un empleo que nos convenía y nos quedamos. Acá soy feliz por muchas razones", indica el argentino, que asesora a la Alcaldía en el programa de deportistas apoyados.
Mauri dice que la ciudad es la ideal para vivir y construir familia: "Por la calidad de vida, por la cercanía para todo, por ciudad manejable y por la variedad de ofertas naturales que posee".
Cuando no está preparando a sus deportistas, Julián Mauri hace deporte: "Habitualmente hago pesas, salgo a correr, pero sobre todo, a disfrutar del paisaje que nos ofrece la ciudad".
De México a Manizales
El romance del mexicano Jaime Mejía con Manizales empezó hace 17 años por temas laborales. Llegó a la ciudad a trabajar solo un año con una empresa de plásticos, proveedora de Mabe, pero se encariñó tanto, que se casó cuatros años después con la caldense Lina Marcela Herrera. De su unión nacieron los colombo mexicanos Jaime y Miguel Ángel, de 13 y 11 años, respectivamente.
“Me siento un manizaleño más porque aquí construí empresa y conocí a mi esposa. Me encanta la ciudad por lo bella y limpia. Es pequeña y tenemos calidad de vida. No tiene precio ir por los hijos al colegio y compartir con ellos en el almuerzo. Esta tierra me abrió las puertas desde que llegué. La gente es especial por su calidad humana”, comenta Jaime.
Este contador público de la Universidad Autónoma del Estado de México fue gerente administrativo y general de la empresa de plásticos. Luego la compañía cerró sus puertas, pero esto no lo frenó para seguir luchando. En vez de pensar en regresar a su país se estabilizó y siguió vinculado a Mabe como proveedor.
“Me casé en el 2004. Vivo feliz y viajamos cada año a México y mi mamá ha venido unas seis veces, le gusta mucho la ciudad”.
Jaime, nacido en Toluca, mezcla su profesión con la pasión por el fútbol americano. Conoció en el Bosque Popular El Prado a integrantes de Toros, el equipo de la ciudad, y comenzó a entrenarlos en el 2012 para competir en la Temporada Nacional. A este mexicano le sobran motivos para quedarse en la capital caldense.
57 años en esta tierra
Llegó cuando apenas tenía 25 años. Estaba jugando en el Ecuador y aceptó una oferta del Once Caldas. Desde entonces, Alfonso el Petizo Núñez se mueve en la ciudad como un manizaleño más.
"Me instalé en Manizales en 1960 y como en el equipo estaban Roberto Mirabelli, Isidro Olmos y Oswaldo Galarza, me adapté más fácil, pero también me encariñé de la ciudad y su gente", dice Petizo.
En la ciudad, además de vestir los colores del Once Caldas, formó su familia. Se casó con Inés Arce con quien tuvo tres hijas: Ayda, Beatriz y Adriana (estas dos últimas mellizas). Ahora tiene cinco nietos.
Petizo con el Once Caldas fue jugador, técnico y veedor: "Lo que más me gusta de la ciudad es su gente. Aquí todos son amables y lo hacen sentir a uno como un caldense más".
Incluso, entre bromas y risas, Petizo cuenta que hablando hace poco con un amigo, le dijo que estaba aburrido en Manizales y que en 30 años se iba de la ciudad.
El argentino cuenta que el único título que ganó con el Once fue un triangular en la Feria ante el Deportivo Pereira, Huracán de Argentina y América de Río de Janeiro.
En la ciudad, fundó Chuletas Petizo Núñez, negocio que maneja una de sus hijas.
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