Anuló un gol del América y se tuvo que esconder por las amenazas

Osvaldo Hernández

LA PATRIA I Manizales

"Pagó escondederos", literalmente, el "Pelusa" Hernán Sánchez en 1988, después del gol que le anuló al América de Cali en el estadio El Campín de Bogotá.

"Fue una época compleja, todos saben por qué y por esa jugada me llovieron amenazas", recuerda el licenciado en educación física de la Universidad de Caldas y el administrador de empresas de la Universidad Nacional.

"En ese tiempo sorteaban quién era el central y quiénes los líneas. El central fue Fernando "Piña" Palacios y yo fui de asistente al lado de Víctor Manuel Gómez; los tres de Caldas. El partido está 1-1 y Ceferino Peña marca un gol a 40 metros del arco y lo anulé por fuera de lugar de Ricardo Gareca. Se me vino el mundo encima, más con la derrota 2-1 del América".

A "Pelusa" le cuesta recordar lo que sucedió después: "Fue muy duro, porque me tuve que cuidar ante las amenazas. A la semana siguiente me entregaron un sufrágio con mi nombre en la cafetería de la Universidad y me tocó recurrir a las autoridades. Ese era un partido determinante y América necesitaba el empate o la victoria para asegurar una de las dos primeras posiciones del torneo".

Un año después asesinaron el árbitro Álvaro Ortega y se suspendió el Campeonato Colombiano.

Hernán, como todo niño, empezó jugando fútbol, pero en una ocasión, el árbitro no llegó a un partido y como era suplente en su equipo, el técnico le pidió que lo pitara y ahí empezó.

"Pelusa", con "Mecato" Aristizábal y Jorge Zuluaga.

Las historias del "Pelusa" no terminan ahí. También en El Campín, producto del estrés y la presión, se quedó sin oxigeno en un partido Santa Fe - Deportes Quindío, en el que le tocó de árbitro central.

"Faltaban 10 minutos para acabar, me sentí mal, seguramente por la altura, pero también por la presión. Cuando me dí cuenta tenía un poco de gente alrededor mío, todos me ayudaban. El partido estuvo parado unos 10 minutos, pero no deja de ser un hecho raro en el fútbol".

El "Pelusa" pitó 12 temporadas. Su primer partido fue el clásico costeño entre Atlético Junior y Sporting de Barranquilla. Y el último Atlético Nacional - Atlético Junior.

No pudo acceder a la escarapela Fifa porque Caldas ya tenía por esa época a tres grandes del arbitraje local con ella: Fernando "Piña" Palacios, Jorge Zuluahga y Gilberto "Mecato" Aristizábal.

Hoy, con 55 años, Hernán Sánchez es docente y vive en suelo vallecaucano con su esposa María Bibiana Ocampo.

Con su esposa.