Óscar Veiman Mejía
LA PATRIA | Manizales
Mire por qué a ciclistas y caminantes les gusta tanto recorrer los 4,3 kilómetros que hay entre la antigua fábrica de Coca Cola, en el barrio Milán, y La Puerta, más arriba del Cerro de Oro: aire fresco, tranquilidad, paisajes, exigencia deportiva, compañía, gastronomía, seguridad, cercanía con la ciudad y más.
El punto de partida para muchos es un puesto de venta de jugos de naranja, mandarina y uva. Yhonatan Ejalde llegó ayer a las 7:00 a.m. para atender el negocio. Tiene claro el horario de sus clientes: "Cuando hace sol, la gente llega temprano para evitar el calor. Hasta las 9:00 o 10:00 suben muchas personas".
Los primeros 600 metros son una pared. Las imágenes son en cámara lenta: ciclistas pedaleando de pie contra la cuesta. Y en cámara rápida: los que descienden sentados al retornar.
Y la pendiente continúa. Jairo Cardona tiene 64 años y es un enamorado de las montañas. "Llevo 30 años con esta afición y lo que me gustan son las trepadas duras como esta".
Contrastes
Por el Cerro de Oro las cosas siguen para arriba. Empieza el contraste urbano-rural. De los primeros metros en vía pavimentada a una carretera destapada, de la aglomeración de casas y edificios al verde de pastos y y árboles, del ruido al silencio...
Rubén Antonio Castro, habitante de la vereda Buenavista, comenta: "Cómo no va hacer bueno esto por aquí, naturaleza por todos lados. Y señala con su índice derecho: "De allí sacan agua para Manizales; de allí para la vereda y de allí para Maltería".
Después, 500 metros para una bajada que son un respiro. Y de nuevo subir, subir. Algunos no resisten y les toca llevar la bici en las manos. Ahora un nuevo descanso. Y para finalizar tres repechos, como si fuera un premio de montaña de primera categoría.
Alejandro Moreno, de 22 años, hace el recorrido tres veces cada domingo. "Me gastó 25 minutos en promedio. Me sirve de preparación para el reto Mariquita Alto de Letras, prueba de 80 kilómetros del próximo fin de semana".
Por fin, La Puerta, luego de 4,3 kilómetros. Un letrero anuncia la reserva natural con la prohibición de cazar y de extracción de especies. Claro que los aventureros, de allí en adelante siguen otras rutas, siempre para arriba.
Opciones
Una es la que llaman Narnia, que como en la película es el paso a otro mundo, en este caso a una reserva rica en flora y fauna, sobre todo aves.
"La mayoría llegan hasta acá, se toman un juguito de naranja a $2.000. o se comen un banano por $300", dice el mismo Rubén Antonio, quien ubicó allí un tubo de metal para que los deportistas descansen, consuman sus productos y bajen de nuevo.
Mire que son muchas ventajas para hacer la ruta antigua Coca Cola-La Puerta: Panorámicas de montañas y de Manizales; jugos, kumis caseros, helados, sanduches, sancocho, obleas, amigos. Y mucho deporte por salud, recreación y entrenamiento.
Habitantes del sector y visitantes destacan que la Policía acompaña recorridos. "No se han vuelto a ver robos", coinciden.
Mario César López, ciclista
Es espectacular, es muy exigente. Me gusta por deporte y salud. Y uno hace amigos.
Olíver Mejía, ciclista
Excelente, es una subida muy buena y exigente, con un paisaje espectacular. Hay mucha compañía.
Mauricio Suárez, caminante
Caminar por acá es lo máximo. Es un lugar muy tranquilo, con aire puro.
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