ANDRÉS RODELO
LA PATRIA | MANIZALES
Un guadual se mueve solo, no hay viento que lo agite. Ocurre en la carrera 1 norte 35-13, sector Los Molinos, en Villamaría. Desde noviembre del año pasado, las garzas anidaron allí, en esta planta que se sacude por los movimientos de las aves, pues saltan de una rama a otra y alimentan a sus crías.
Varias garzas estaban ayer en el guadual hacia las 9:00 a.m., pero residentes de la zona afirman que a las 5:00 p.m. es cuando más aves se ven, hasta el punto de que "parece un árbol de Navidad lleno de copos de nieve", sostuvo un trabajador del sector.
Juan Camilo Cardona, mensajero del Almacén Servipinturas de Manizales, pasó en moto por la calle aledaña al guadual. Mientras conducía observó las ramas que están por encima de la vía: "Es la primera vez que veo esto. El olor es fuerte", dijo sobre el excremento de las garzas, que cae al pavimento y al lote donde está sembrado.
Afectados
Una que sí conoce la situación es Natalia Osorio, pues vive en Los Molinos. Pasa rápido por debajo de las ramas del guadual en su moto. "Acelero en este punto para que no me caiga excremento. Cuando llueve el olor es impresionante". Los que viven y trabajan en la zona padecen el fuerte olor de estos residuos, así como la suciedad que provocan las plumas de las aves en calles y viviendas.
Desde las ramas de las guaduas caen los excrementos de las aves a la carretera y la manchan de blanco.
Cerca de allí, a unos 40 metros, están las instalaciones de Colgranja Productora Avícola. Valentina Vanegas, la secretaria de gerencia, tenía puesto un tapabocas. "Las garzas afectaron mi salud. Tuve amigdalitis y otitis. Fui al médico y me dijo que se debía al olor penetrante del excremento".
Jorge Eliécer Tabares, encargado de personal de la empresa Pintucales, afirmó que el hedor no se debe solo al excremento. "También caen huevos y crías. El olor es tremendo cuando se descomponen. Esto nos tiene perjudicados, pedimos una solución". Gloria Nancy Ramírez trabaja en la tienda La Y: "Quienes viven cerca del guadual vienen con frecuencia a comprar medicamentos para contrarrestar los efectos del fuerte olor".
Marleny Cardona lamenta que los niños del barrio no puedan usar una cancha contigua. "No pueden jugar por la suciedad y el hedor. Desde que las garzas tuvieron pichones nadie las ha podido espantar".
Difícil solución
La solución pasa por ahuyentar las aves y cortar el guadual para que no aniden en él. Óscar Ospina Herrera, profesional especializado de la Subdirección de Recursos Naturales de Corpocaldas, dijo que dieron indicaciones a la Alcaldía de Villamaría y a la comunidad para que espanten las garzas, pues la entidad no puede adelantar esta gestión.
"Damos la orientación técnica. Estamos disponibles para brindar apoyo si la comunidad o la Alcaldía lo requieren. Les aconsejamos utilizar campanas, timbres, arrojar chorros de agua y explotar pólvora, métodos que causan estrés al animal y lo obligan a abandonar el sitio. Cortar las guaduas con las garzas en ellas sería matarlas, lo que supondría un daño medioambiental", mencionó Ospina.
Sin embargo, María del Pilar Torres, presidenta de la Junta de Acción Comunal de Los Molinos, dijo que llevaron a cabo estas estrategias por dos semanas y no surtieron efecto. "Salían volando, pero regresaban minutos después. Una funcionaria de Corpocaldas me dijo que esos métodos no servían, pues los pichones seguían en el árbol, lo que obligaba a que las garzas volvieran".
Ospina dijo sobre esto: "Tiene que ser una labor constante, de todos los días. La comunidad y la Alcaldía lo han hecho, pero de forma interrumpida".
Las garzas anidaron en esta planta, por lo que es difícil desplazarlas.
Cortar las guaduas
El lote en donde está el guadual es propiedad de Jorge Hernán Toro Mejía, representante legal de la empresa Ingequipos. Antes de cortarlo, él debe presentar otra zona en la cual sembrar otro guadual, a manera de compensación por la tala.
Ospina indicó que rechazaron un terreno que se propuso inicialmente, pues tiene una ladera en donde se realiza una obra de estabilización: "Las raíces y el peso de los árboles desestabilizarían la zona".
Daniel Calle, gerente de Ingequipos, es quien está haciendo las gestiones para escoger el terreno de la compensación. "Es muy duro porque nos toca ceder un terreno para sembrar el nuevo guadual y el que propusimos fue descartado. Hoy (ayer) presentamos un plano a Corpocaldas con otro punto de ese lote, en donde demostramos que la planta no afecta las obras de estabilización. Esperamos la respuesta".
El secretario de Planeación de Villamaría, Sebastián Idárraga, aseguró que planean talar el guadual en dos semanas. "Pediremos la asistencia de autoridades, especialmente de Corpocaldas, para hacerles el menor daño posible a las aves". Sin embargo, Ospina señaló que esto no puede realizarse sin tener definido el lugar para compensar la tala.
Las garzas han ocupado otros sitios de Manizales y de Villamaría, de donde también las han rechazado y han tenido que salir ahuyentadas. Esto ha provocado que migren a otros lugares como al barrio Los Molinos (ver infografía).
Malo para la salud
El otorrinolaringólogo Julio Ernesto Cardona González indicó: "El fuerte olor es por la concentración de muchas aves en un solo sitio. Es distinto un pájaro que hace sus necesidades en sitios diferentes, a un grupo de aves que defecan en un solo lugar. Esto configura un problema de salud pública. Los afectados pueden adoptar medidas temporales como tapabocas o usar antihistamínicos, que reducen y eliminan los efectos de las alergias que puede producir, pero lo importante es una solución permanente como trastear las aves o alejarse del guadual".
Daño para viviendas
Óscar Ospina Herrera, profesional especializado de la Subdirección de Recursos Naturales de Corpocaldas, explicó las efectos del excremento de garza: "Es rico en uratos (ácido presente en la orina de aves y reptiles) que reaccionan con el aire, oxidan y generan mal olor y descomposición. Puede contagiar parásitos, bacterias y hongos. Corroe la pintura y deteriora los materiales de una vivienda".
Esté atento
Corpocaldas recomienda avisar de inmediato al 8841409 si conoce de garzas que estén anidando en un árbol, pues es más fácil retirarlas cuando acaban de llegar. "Si se deja avanzar el tiempo, ellas ponen nidos y aumentan su presencia en el lugar, lo que dificulta solucionar el problema", explicó Óscar Ospina Herrera, profesional especializado de la Subdirección de Recursos Naturales de la entidad.
Trabajadores piden soluciones
Albeiro Ballesteros
Todos tenemos derecho a habitar el planeta. Hay que reubicarlas sin violencia.
Mauricio Cardona
Duro. El olor nos llega cuando estamos desayunando. Hay que quitarlas de ahí.
Jorge Iván Giraldo
El olor es penetrante. Pedimos que las trasladen.
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