Villamaría. En el barrio La Granjita un grupo de ciudadanos se benefició, hasta hace pocos días, de un tanque que les proveía de agua. Según la comunidad, al sitio, que es de un particular, llegaba agua limpia que era consumible. Acordaron con Aquamaná construir esta estructura para abastecerse del líquido. “Ellos pusieron la mano de obra y nosotros los materiales. Hicimos actividades para reunir los recursos necesarios”, explica una habitante.
Sin embargo, meses después de construido, el tanque fue demolido por el dueño del predio con autorización de la Alcaldía. La comunidad reclama que les devuelvan la infraestructura que es para el abastecimiento y que el punto se volvió riesgoso porque otra función que cumplía el tanque era contener el agua, que ahora volvió a caer libremente y podría volver a ocasionar deslizamientos, que allí ocurrieron antes de la obra.
Respuesta
Carlos Eduardo Pérez Rincón, Jefe de Sistemas de Villamaría y quien conserva las escrituras del
predio, explicó que es un malentendido. “Un día se presentaron unos operarios de Aquamaná para decirles a unos familiares que se encontraban en el predio que harían arreglos en el acueducto. Ellos aceptaron sin saber que iban a construir un tanque de agua. Nosotros no lo mandamos a quitar por mala gente o por afectar a los vecinos, sino porque se prestó para discusiones y porque en la ladera vamos a construir en los próximos meses”.
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