
Dice Octavio Arbeláez
Sergio Villamizar D.
COLPRENSA | LA PATRIA
Son 45 años desde la creación del Festival Internacional de Manizales, de los cuales 30 han sido de actividad ininterrumpida y ardua, que compromete a sus organizadores a planear con qué van a sorprender a su público cautivo en las próximas ediciones.
La 35ª edición del festival más antiguo de América, se iniciará el próximo viernes con la participación de con 53 compañías de 16 países y se extenderá hasta el 8 de septiembre con programación de sala, calle y carpa.
En escena se verá mucho talento nacional, artistas y agrupaciones de España, Turquía, México, República Dominicana, Brasil, Bolivia, Ecuador y Chile, y como invitada especial estará Montevideo (Uruguay) declarada Capital Iberoamericana de la Cultura 2013.
Octavio Arbeláez Tobón, director del Festival Internacional de Manizales, conversó sobre el Festival 2013.
Décadas de labor artística
- ¿Cómo ha sido realizar este Festival?
La enorme dificultad es hacerlo cada año teniendo la capacidad de innovar y reinventarse. Cada vez hay que repensarlo más.
- ¿Cómo se ha transformado el Festival en 45 años?
El Festival nació al calor de los años 60 con su contexto político fuerte dentro del teatro, con la revolución a la vuelta de la esquina, lo que le daba un sentido, más cuando era el único en América Latina. Además se debe tener en cuenta que Colombia en ese momento era el único país con un gobierno democrático en la región. Repensar el Festival cada año es ver si tiene sentido en pleno siglo XXI, si el teatro sigue vigente como medio de expresión.
- ¿Cómo inició su relación con el Festival?
Cuando empecé a trabajar en el año 1983 tuve que reconstruir toda la historia del evento, yo no heredé nada porque el Fesstival venía de un periodo de silencio muy largo, pero se vivía el surgimiento de un movimiento teatral latinoamericano muy interesante. Irrumpían movimientos de calle, así como la postdramaturgia, que son formas teatrales que se relacionan con otras manifestaciones como la danza-teatro.
- ¿Cómo fue tomar las riendas de un festival casi extinguido?
Tenía la irreverencia e irresponsabilidad de un joven de 24 años que además era decano de la Facultad de Artes de la Universidad de Caldas, por lo que enfrenté el reto con mucha alegría, pensándolo desde la dimensión de ciudad y la necesidad de resignificar el evento y apropiárselo.
Manizales: el escenario
- ¿De qué dará testimonio el Festival 2013?
Debe dar cuenta de lo que pasa aquí y ahora. Mostrar a los jóvenes creadores quienes son los que reciben el testimonio de todas esas generaciones que han pasado y qué están proponiendo. Ver cómo algunos grupos cuestionan la llamada sociedad del confort, mostrar lo que está sucediendo hoy nos da una luz para donde van.
Por eso esta vez nos involucramos con el circo. Permitir que el nuevo circo se presente dialogando con el circo tradicional, junto a la consolidación de las artes de la calle, que no solo es el viejo teatro de zancos y tambores.
- ¿Todo esto entorno a la ciudad?
Es importante esa relación porque los discursos de ciudad se han ido transformando con el mercadeo que se hace de ella, quizás más que el propio teatro, pero en especial hay que cuidar la relación de la ciudad con este evento, porque el Festival hace parte del ADN de Manizales, la gente se lo apropia y lo espera siendo un orgullo del caldense.
- Recuperación de la calle.
Por razones de presupuesto debimos hacer un recorte hace algunos años, pero ahora queremos cumplir con nuestro compromiso y hacer un festival de gran impacto en la calle.
- ¿El circo será clave en esta edición?
Vamos a tener una carpa de circo con la participación de diferentes países de Iberoamérica y con un encuentro internacional de circo. La idea es ayudar a construir todo un discurso entorno a la política del trabajo del circo en el continente. Todo esto con una rueda de negocios.
Montevideo
- ¿Con que llega Montevideo?
Traen cuatro espectáculos, dos de ellos se presentan en espacios no convencionales. Para otro tuvimos que montar un teatro especial. Bienvenido a casa dará mucho de qué hablar. Se darán dos funciones, una con las butacas frente al escenario y al día siguiente con las butacas de lado para ver lo que ocurre detrás de el escenario lo que permite que se vea todo el contexto.
Montevideo llega con un teatro de gran tradición, alta calidad y formación profunda. En los últimos años han empezado a emerger jóvenes que han reformado la escena teatral uruguaya. La otra mitad de Dios es una de las obras uruguayas que se estrenarán en Manizales y que muestra cómo se ha empezado a cuestionar su pasado y por qué pasó lo que pasó.
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