ISABEL VALLEJO | MANIZALES
"¿Cómo voy a decirte cómo hacer tu trabajo?, lo que te decía ahora, de que no quería salir con la boca abierta, no era verdad. Siempre estoy bromeando", le dice el escritor Efraím Medina Reyes a un fotógrafo que intentaba buscar su mejor ángulo. Y sí, aunque no pareciera en un primer momento, Efraím es sincero, sin pelos en la lengua, sin tapujos. Habla de música, filosofía y literatura como una retahíla y no teme decir que no se identifica con el nobel Gabriel García Márquez. "Crecí en los años 60 y 70 escuchando Jimi Hendrix y no en Macondo".
Este cartagenero, quien lleva por lo menos 20 años escribiendo, hoy conversará con estudiantes de colegio sobre su libro Érase una vez el amor, pero tuve que matarlo y abordará su principal obsesión: La incomunicación.
Este mes publicará el libro Bluesman (Songs & Stories) y próximamente, La mejor cosa que nunca tendrás.
- ¿Cuál es la narrativa de sus libros?
Los críticos de Europa la han definido como novela neofilósofica. Son libros que tratan un tema básico: la incomunicación, que es mi obsesión.
Soy un lector de filosofía, aunque estudié medicina, y a la literatura llegué cuando buscaba algo más ligero y quería descansar de autores como Inmanuel Kant, Arthur Schopenhauer, de conceptos y pensamientos. En mis libros hablo de droga, sexo y amor porque es normal que existan en el mundo, sin embargo, hago énfasis en los problemas de comunicación que a su vez han derivado en familias disfuncionales, intolerancia y problemas sociales.
- Sexo, droga, amor desenfrenado... Érase una vez el amor, pero lo tuve que matar
Es curioso, este libro fue censurado durante una época por su contenido en los colegios. Ahora resulta atractivo para jóvenes que apenas están empezando a leer y para algunos profesores que tienen otro tipo de criterio. Este trata de asuntos generacionales, que aunque son de la época en la que era adolescente, hoy siguen siendo las situaciones y problemas que viven los jóvenes. El libro relata situaciones globales, no se refiere a una cultura en específica.
Me alegra que ya pueda hablar con estudiantes sobre esto.
-¿Qué autores lo han inspirado?
Cada libro que publico ha sido relacionado con un autor, así lo conozca o no. Por ejemplo, se habla mucho de Andrés Caicedo en relación con mis libros, pero no me interesa, ni puedo calificar su literatura como buena o mala. Para mi, que soy rockero, el mundo de Caicedo es más antillano, salsero, con otros elementos.
También fui relacionado con el escritor estadounidense Charles Bukowski por usar palabras fuertes, cuando en inglés solo de dice fuck you. ¿Es una influencia del escritor o las traducciones?
Me fascina el alemán Heinrich Böll, el uruguayo Juan Carlos Onetti, el peruano César Vallejo, el ruso Fiódor Dostoyevski, el praguense Franz Kafka y los estadounidenses Truman Capote y Jack London. En su momento, cada autor me ha alimentado, es normal, como en la música.
-¿La música influencia mucho sus libros?
Tengo dos formaciones. Una es la académica, cuando estudié medicina, y la otra, es lo que encontré en mi casa. Crecí en un barrio humilde de Cartagena, en una familia con poco dinero y poca formación cultural, pero mi mamá cantaba, y los amigos que estaban siempre en casa eran músicos. Así que crecí en un ambiente de música antillana y afroamericana.
En pocas palabras
Adolescentes: Es la etapa más difícil de una persona, no solo por los cambios físicos y emocionales, sino por el poco espacio que tienen en la sociedad. Es la edad más despreciada para el sistema, además, están lleno de depresiones e inseguridades.
Aborto: Una mujer tiene todo el derecho y libertad de elegir sobre su cuerpo. Es la decisión más inteligente de evitar el desastre propio, de otra persona y de quién sabe cuántas más.
Drogas: Los estadounidenses han decidido criminalizar hasta las plantas, es imbécil, y no atacan lo importante: El consumo. En el tema lo único que hay es hipocresía, he visto que la gente que más crítica es la que más la consume.
Tratado de paz: Es un déjà vu. No creo que la paz esté en ese tratado sino en la construcción de circunstancias, de una gran inversión cultural, de reconstruir escenarios. La paz está en la tolerancia, cultura, en la redistribución real de las riquezas.
Cacerolazo: Los ciudadanos tienen derecho a demostrar indignación. Voy a buscar mi olla.
Manizales: Es muy fea, lo bonito son sus alrededores.
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