Leonardo Pineda
leonardopinedatanaka@hotmail.com
Una de las premisas de la nueva serie de Fox llamada Touch (lunes, 10:00 p.m.) es que “todos estamos conectados por un hilo invisible que entreteje el destino de la humanidad”, ya de por sí el argumento es muy interesante y cada episodio muestra una maraña de eventos que desencadenan en una situación positiva para los implicados. Es apenas lógico que un buen cinéfilo como yo tenga también sus series de televisión favoritas, sobre todo ahora que se han ganado una parte tan importante en el negocio del espectáculo; cada vez se tienen mayores presupuestos para estas realizaciones y muchos de los más importantes actores del séptimo arte han sido seducidos por la pequeña pantalla. Al fin y al cabo contar una historia en 22 episodios puede ser mucho más significativo en cuanto a la vigencia de un actor, brindándole mayores posibilidades de lucimiento histriónico por la enorme diferencia en cuanto a la duración: 16 horas de serie comparadas con una película de dos horas como promedio. Los estudios de cine le están apostando a la producción para televisión y cada vez las propuestas son más imaginativas, agresivas, adultas y enganchadoras.
La ganadora del Globo de Oro a mejor serie dramática apenas lleva tres episodios en Latinoamérica y ya ha batido récords de audiencia, Homeland (FX, domingos 10:00 pm) constituye el ejemplo perfecto de ritmo, argumento y continuidad, con una historia actual muy inquietante, altamente recomendada. Solo para no volver esta columna de cine una apología a la televisión, termino por recomendar Revenge (Sony, martes 10:00 p.m.) que aunque está pronta a finalizar su primera temporada sigue su repetición y sinceramente vale la pena verla. Bueno, vuelvo a Touch, con el cuento de que “todo está conectado”, tantas veces explorado en el cine en algunas ocasiones de manera magistral como en Crash (2004) y Babel (2006), con la premisa de un destino elaborado por un poder inexplicable.
Cada evento, cada suceso, cada palabra escuchada… tendrán entonces una razón de ser trayendo una reacción para cada acción, generando en todo una respuesta de acuerdo a un plan divino, así lo plantea la maravillosa película ganadora este año del Óscar como mejor extranjera, hecha en Irán con un esfuerzo y un amor admirable; hablo de A separation (2011) dirigida por Asghar Farhadi, una historia conmovedora, cruda, real sin caer en los estereotipos políticos, religiosos o morales de su país de origen muestra una situación completamente normal, sin tratar de moralizar a nadie y simplemente reflejando las inquietudes e inconvenientes que pueden surgir por cualquier tipo de decisión tomada. Es imperdible, se hace necesaria para entender el por qué de la universalidad del cine.
Es que el cine logra eso en el espectador, lo hace sentir, lo hace reflexionar, lo hace pensar, lo hace ponerse en el lugar de otro y a partir de allí lo lleva por rutas inimaginables en la realidad, algunas series de televisión… también.
Nota: Para mis amigos y lectores en España que se sintieron un poquito ofendidos por referirme en mi anterior artículo al doblaje ibérico como “españolete” les ofrezco mis más sinceras disculpas… ¡seguid queriéndome!
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015