Hace algo así como veinte días y siguiendo tus instrucciones procedí a enviarles a cada uno de los tres aspirantes a la gobernación del departamento de Caldas una comunicación, vía correo electrónico, en la cual les hice las siguientes preguntas: "¿Cuál es su posición frente al futuro de la actividad taurina en Caldas? y ¿Tiene usted algunos proyectos o ideas con relación a ella?".

Dado a que al día en que estoy escribiendo esta misiva no he recibido respuesta alguna a nuestro interrogante, resolví entonces dedicar esta nota, en lugar de a comentar las contestaciones que esperaba recibir pues no hubo ni una, a especular acerca de la razón o razones por las cuales a nuestras inquietudes se las llevó Eolo, como en la novela de Margaret Mitchel.

Dentro de las múltiples causas para el silencio de los aspirantes al primer cargo del departamento, una de ellas bien pudo haber sido que los correos enviados no llegaron a sus manos. Estos fueron dirigidos a las direcciones de sus campañas políticas, nunca a sus direcciones personales, pues nos pareció que los temas oficiales se deben tratar ídem y nada raro es que en el tránsito burocrático entre los secretarios y el jefe, el "mail" se haya refundido. Si ese fue el motivo ojalá, cuando gane el que haya de ganar, los canales de comunicación entre colaboradores y superiores operen de manera más expedita y eficiente, sobre todo cuando se trate de absolver las inquietudes de las inmensas minorías.

Otro motivo pudo haber sido que las apretadas agendas que han tenido que manejar los candidatos, dado el corto tiempo con que han contado para hacer contacto con los electores y promocionar sus planes de gobierno, les haya hecho dificultoso dedicarle tan siquiera un pensamiento al tema planteado. Acerca de esta segunda especulación, espero que no haya sido la razón, pues los taurinos en Caldas son muchos y su opinión puede tener un peso político que hasta la fecha no ha sido valorado. Fíjate mi querido Juan José que solo en Manizales se le venden a los aficionados del orden de cincuenta mil boletas para ingresar a la Plaza de Toros durante la Feria anual, lo que debe representar algo así como veinte o veinticinco mil personas diferentes, pues hay que descontar a los abonados ya que estos repiten localidad durante todo el serial; vale la pena tener en cuenta que de esa cifra, por lo menos el ochenta por ciento de los "clientes" son locales.

Y mi última conjetura es que, quien sabrá, a lo mejor a ninguno de los tres candidatos, como dicen los jóvenes, les "trame" la actividad taurina que con tanto éxito y relevancia se da en todo el departamento, o que el tema les parezca una "papa caliente". Éstas, a mi juicio, son las menos probables causas de todas las posibles, pero no olvidemos que "que de todo se ve en la viña del Señor". Y digo que es la menos probable ya que uno de los candidatos ha sido director del Diario LA PATRIA, casa editorial que tradicionalmente ha apoyado la Feria de Manizales en todas sus manifestaciones, principalmente en asuntos taurómacos, así que no veo por qué ahora pueda haber cambiado su hoja de ruta.

El otro candidato pertenece a una familia taurina por excelencia en la ciudad, la del doctor Ernesto Gutiérrez Arango, insigne hombre público, notable educador y destacado criador de reses de lidia.

Y el tercer candidato, a pesar de ser "verde" no creo que considere políticamente correcto y menos aún prudente callar y menos ir en contravía del, como dice el alcalde de Manizales, ácido desoxirribonucleico o ADN taurino del pueblo caldense.

Mejor, mi querido Juan José y como último acto de imaginación, quedemos en que a los tres, como decía mi abuela, "se les pasó pararnos bolas".

Recibe un abrazo de tu amigo,

El Fraile