Recientemente se puso en funcionamiento el equipo de aproximación aérea, más conocido como VOR, para mejorar las condiciones de aeronavegación del aeropuerto La Nubia. El VOR, en términos simples, consiste en una antena que emite una señal de radiofrecuencia que es recibida por cualquier aeronave que tenga sintonizada la frecuencia de la estación. El equipo tiene un sistema que le dice al piloto la distancia y la dirección en que está la antena.

Sin lugar a dudas este tipo de aparatos son de gran ayuda para la operación aérea y especialmente en aeropuertos con tantas limitaciones como las que tiene el nuestro. Pueda ser que con la puesta en funcionamiento de esta antena, que se necesitaba desde hace mucho tiempo, se acaben las disculpas que tienen algunos pilotos aparentemente inexpertos para aterrizar en La Nubia.

Todo lo que se haga para mejorar las condiciones de operación de La Nubia son bienvenidas, pero no se nos puede olvidar que éste es un aeropuerto con muchas limitaciones, por lo que si queremos ser una ciudad competitiva debemos tener nuestro propio aeropuerto que no tenga tantas restricciones y que pueda ser aprovechado ampliamente tanto para pasajeros como para carga, y que además pueda operar con vuelos nocturnos.

La ciudad requiere para seguir vigente en el contexto nacional, el mejoramiento o una nueva vía al municipio de Honda y la construcción del Aeropuerto de Palestina; sin estos dos proyectos, el futuro de Manizales y del centro-sur del departamento es muy incierto. Por eso considero que los caldenses y los manizaleños no debemos dejar de luchar para que estos proyectos sean una realidad.

Con respecto al aeropuerto, al que se le han invertido hasta la fecha aproximadamente $200 mil millones, su construcción se encuentra suspendida por falta de recursos. El gobierno nacional decidió no inyectarle dinero al proyecto hasta tanto no se clarificaran los estudios y no se definiera con certeza su costo. Hay que tener en cuenta que esta suspensión pone en riesgo los trabajos que se han realizado, aunque afortunadamente se dispone de un contratista encargado de vigilar y hacer los mantenimientos de los taludes construidos. Para poder continuar con los trabajos, se está en espera de que el presidente avale los estudios y honre su palabra de apoyar el proyecto y así se pueda continuar con su construcción.

La Contraloría General de la Nación ha mandado claros avisos sobre el riesgo de perderse las inversiones realizadas hasta ahora y las posibles implicaciones fiscales en las que incurrirían los funcionarios responsables por la decisión de cancelarlo. Con respecto a algunas voces que han aparecido en los últimos días sobre la verdadera necesidad del aeropuerto, hay que aclarar que la discusión sobre su conveniencia e importancia ya se dio en su momento y debido a ésto fue que se inició su construcción.

En cuanto a los costos, los estudios realizados determinaron que para una primera etapa, consistente en construir una pista de 1.460 metros, se requerirían otros $391.000 millones -pista que reemplazaría la operación de La Nubia, pero con operación nocturna-. Para la segunda etapa que ampliaría la pista a 2.600 metros, se necesitarían $680.000 millones adicionales. Recordemos que el proyecto contempla, en su fase final, una pista de 3.600 metros. Como se puede observar, las inversiones a ejecutar tanto para la primera como la segunda etapa, no son desproporcionadas.

Tal como están las cosas, considero que el gobierno nacional debe continuar con la construcción del aeropuerto. Experiencias similares a lo que ha pasado con Aeropalestina han mostrado cómo se debe proceder. Un ejemplo reciente es la decisión que se tomó con la construcción de la doble calzada Bogotá-Girardot, donde los famosos "primos Nule" no solo defraudaron al Estado, sino que también dejaron las obras inconclusas. Para el efecto, el Estado decidió, por un lado, dejar que la rama judicial hiciera los procesos requeridos para determinar si hubo defraudaciones al erario público y si era del caso establecer las sanciones pertinentes y, por el otro lado, continuar con la construcción de la obra.