El vino no solo es una bebida también es un ingrediente que se utilizan en la elaboración de diferentes recetas.

Los vinos y los alimentos deben guardar una cierta relación entre sí, no solo en la mesa sino en la cocina. Este deberá ajustarse al alimento y complementarlo, pero jamás ser el protagonista. Las mejores elecciones son las siguientes:

- Huevos: cava, blancos con cuerpo y rosados.

- Pescados: cavas, blancos jóvenes secos, afrutados, finos y manzanillas.

- Cerdo: tinto ligero, tinto crianza.

- Quesos frescos y semicurados: cava, blancos, con cuerpo y tinto joven.

- Legumbres: cavas, tinto joven.

- Sopas y cremas: blancos con cuerpo.

- Pastas: cavas, rosados, tintos ligeros y blancos.

- Arroces: cavas, blancos de crianza, manzanillas.

- Postres: Cavas, vino dulces y oportos.

El vino en la cocina

1- Caramelizar

Jugos resultantes de la cocción, bien sea en un salteado o en un asado. Una vez que se han cocido los alimentos, en el recipiente quedan restos de los jugos, aún caliente se agrega una copita de vino, consiguiendo que éstos vuelvan a incorporarse a la salsa. A esto se le llama "desglasado" y es el paso previo para elaborar salsas para solomitos, pescados y asados.

2- Marinar antes de la cocción

Conferir el aroma que se busca para el alimento y conseguir que estos alimentos pierdan un poco de sus aromas originales.

En el marinado -donde el vino es el ingrediente mas abundante- también intervienen otros alimentos como hortalizas, frutas o especias que al terminar el proceso no se utilizan para cocinar. Para ello se incorporaran hortalizas, frutas o especias nuevas y se añade vino al gusto.

3- Aglutinar

Aquí el vino es el elemento aglutinador de las frutas que intervienen en preparaciones como frutas frescas, postres o frutas cocidas en vino.

*Nutricionista Dietista Clínica - Universidad Nacional de Colombia Educadora acreditada en Diabetes <saludablearas@yahoo.com.co>