Leonardo Pineda


leonardopinedatanaka@hotmail.com.
Muchas veces nos llegan referencias acerca de algunas películas que tristemente no veremos en las salas locales, pero al tiempo eso nos lleva a seguir escudriñando en las miles de producciones que se hacen cada día en cualquier lugar del mundo, para sorprendernos y animarnos. Ya antes lo he expresado, nos limitan en los cines con unas propuestas absolutamente planeadas a las que respondemos como borregos bajo una gran cantidad de explicaciones: está de moda, es un éxito en tal o cual país, tiene un mercadeo tenaz o simplemente… no hay más que ver. Así pues pasamos de fracaso en fracaso ante unas películas que no nos marcan, como lo hace el verdadero buen cine.
No me las voy a dar de intelectual con ustedes, amigos lectores, no soy de los que solo ven a Fellini, Bergman o Scorsese, no señores… ¡yo veo de todo! Pero obviamente descarto muchas películas antes de recomendar alguna. Cuando lo hago, creo firmemente en que tengo una visión objetiva a la hora de calar en el gusto de la gran mayoría, pero con Verbo (2010) dirigida por el español Eduardo Chapero-Jackson, creo que me pifiaré con muchos.
Ver Verbo es adentrarse en una aventura juvenil enmarcada por rap y pintas skater, es dejarse llevar por una alucinante historia muy bien lograda desde el punto de vista visual, una propuesta novedosa llena de luz, color y al mismo tiempo con una profundidad en su guion que la hace estremecedora. Alba García le da vida a Sara, una especie de anti heroína adolescente que se embarca en una misión autoimpuesta, una misión que la llevará a su propio ser interno en una búsqueda por la comprensión de sus propios actos y del mundo que la rodea. Sara es un retrato de muchos jóvenes, perdidos en su propio entorno y sin un verdadero sentido de la vida, sin unas metas y unos sueños que los lleven a darle sentido a cada uno de sus minutos, jóvenes que quieren entender su misión en la vida, pero que no encuentran los lineamientos para poder hacerlo. Cada una de las palabras de la película, cada acción y cada imagen está orientada a llevar al espectador a descubrir una moraleja que se apoya en los textos del más famoso libro de la literatura hispana. Es que la misión de Sara es quijotesca, esa palabra lo describe todo. Imperdible película no sólo para los jovencitos, sino para los padres y educadores que podrían apoyarse maravillosamente en la trama para acercase un poco más al imaginario de los quinceañeros cada vez más enigmáticos y absortos en su propio mundo. El director de Verbo se inspiró en una fantástica aventura animada llamada Coraline (2009), basada en la novela de Neil Gaiman publicada en 2002; Coraline enseña acerca de los valores familiares y personales en medio de una trama a veces atemorizante, pero intensa. Lo que pasa es que muchos directores quieren trascender más allá de la pantalla, buscan con sus obras lo que los escritores con sus fábulas.
Es que el cine tiene esa misión también: la de educar, la de permitir comprender y entender para orientar, para que haya un lenguaje común entre quienes tenemos la misión maravillosa de vivir y compartir.
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