Jorge Raad


Varios columnistas del país se han referido al grado doce de educación secundaria como una de las recomendaciones de las expresadas en el documento: La Educación Superior en Colombia, dentro del proyecto de Evaluación de Políticas Nacionales de Educación bajo el patrocinio de la Organización para la Cooperación y Desarrollos Económicos, OCDE, en unión con el Banco Mundial.
Un año más de estudio, por las causas que se exponen, es un tema que debe ser analizado con mucha profundidad y la decisión debe ser muy técnica y no por simples indicadores parciales. El análisis debe comprender la visión y realidad de la educación superior en Colombia, porque no se justifica una medida aislada.
De las 63 recomendaciones finales hay temas que llaman la atención y las instituciones de educación superior, incluidas las universidades, tienen la obligación de examinar el documento, comenzando por los consejos de dirección superior de las entidades. No se puede rechazar de plano el estudio sin antes analizarlo bajo la lupa de una educación mejor en un futuro inmediato, porque la sociedad no puede esperar más para obtener mejores resultados en los aspectos primordiales, pero no únicos, de la calidad y la cobertura.
Un hecho esencial es que el documento comprende anotaciones para la educación superior sin hacer diferencias entre la estatal y la privada, sea ésta confesional o no. Aunque existen diferencias, a veces abismales, entre ambas modalidades y no pueden bajo ninguna premisa equipararse en un todo, sí tienen que garantizarle a los estudiantes, y a la misma sociedad unos estándares mínimos de calidad. El Estado es responsable por ello.
Un aspecto muy sensible a toda sociedad es el ingreso a la educación superior y todos, padres e interesados, tienen que tener la absoluta seguridad de que los pasos para iniciar estudios superiores están exentos de sesgos que atenten contra la equidad, sobre todo en las entidades estatales.
Sin embargo, todas las universidades están en la perentoria obligación de desarrollar y mantener la calidad excelsa de sus procesos académicos, investigativos, de proyección y administrativos, los cuales se encuentran enlazados y con buen nivel de resultados en una institución respetable.
El estudio llama la atención en varios tópicos fundamentales, entre los cuales se encuentran la reforma a la Ley 30 de 1992, cuyo proyecto final está en mora de concretarse; organizar los títulos expedidos en Colombia es una necesidad sentida; constatar que las misiones institucionales se cumplan, del incumplimiento hay ejemplos graves; el análisis laboral de las ofertas al egresado, la realidad desborda cualquier límite justo; darle al Servicio Nacional de Aprendizaje su debido lugar, los puntos de exceso o deficiencia frente a las universidades deben conciliarse frente al Estado.
Y, continúa: la educación superior debe someterse a objetivos nacionales, que debieran cumplirse en todo el territorio; se debe revisar la composición de los organismos de dirección de las universidades, pues existen incongruencias y falta de equidad; se debe contar con un control financiero externo en las universidades, a pesar de la autonomía hay grandes vacíos en el manejo financiero institucional; se deben adoptar sistemas universales de información de la gestión, hay un caos entre las instituciones que hace imposible la evaluación básica de lo realizado; se deben consolidar las fuentes de financiación, en este tópico la universidad estatal debe ser responsabilidad primaria del Estado a través del Congreso y gobiernos de turno; se deben procurar más recursos para el Icetex, lo que debe complementarse con la exigencia del cumplimiento en la gratuidad de la universidad pública en los estudios generales.
Prosigue: debe contarse con personal más cualificado, las deficiencias en talento humano deben ser subsanadas y recordar que tanto la excelencia en lo académico, no siempre con doctores, así como en lo administrativo deben prevalecer; la transferencia de créditos, asignaturas, entre universidades debe ser una realidad sin trabas injustificadas.
Del estudio se desprende que deben ser prioritarios: la cooperación interinstitucional; la presencia mayor de pares internacionales; mayores recursos para ciencia y tecnología, pero a su vez hay que agregar que es necesario y urgente obtener mejores resultados; la colaboración entre investigadores, entre ellos y las empresas privadas, y finalmente reducir los tiempos de los diferentes programas.
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