Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá

Aprovechando la pausa en el torneo local que desde el próximo fin de semana entrará en la etapa decisiva con un Once Caldas colgado en su fútbol porque la rienda está suelta, un paréntesis para hablar del apoteósico año del deporte colombiano.
Ya había indicios, hace 3 años en Medellín ganamos por primera vez los Juegos Sudamericanos, y en los Olímpicos de Londres 2012 estuvimos por detrás del gigante brasileño, pero por encima de Argentina, siendo la segunda nación del sur del continente.
Esta vez abrimos temporada en enero logrando el tercer título juvenil en fútbol con el equipo del ‘piscis’ Restrepo, teniendo el agregado de que fue por fuera de fronteras, en Argentina, ya que los 2 anteriores con Finot Castaño y Eduardo Lara habían sido en el país.
A partir de ahí no paró la cosecha, que en estos últimos días ha representado otra serie de conquistas, con atletas profesionales, llenos de talento, de amor propio, de convicción, y lo más hermoso, orgullosos de ser colombianos y de enarbolar nuestros colores por el mundo.
En Bélgica, arrollador triunfo en el mundial de patinaje con 32 oros, ¡27¡ más que Italia, segunda con 5, para una supremacía real en un deporte que insólitamente no es Olímpico, como si el tiro con arco por ejemplo, exigiera más desde el punto de vista atlético.
Y ni hablar de Caterine Ibargüen luchando contra sus propios registros porque ya no tiene rivales.  Esa ‘morenaza’ de sonrisa al viento, con sus 14,85 es la reina universal del salto triple, prueba que también dominó a placer en la Liga de Diamante.
Los ciclistas son otra muestra de sacrificio, pundonor y capacidades.  Nairo Quintana es el mejor escalador del planeta, reencarna al Lucho Herrera de los ochenta, y no hay duda de que con su sencillez, humildad y figura campesina ya entró al gran lote de Europa.
Su segundo puesto en el Tour de Francia, siendo rey de la montaña y primer joven, y sus varias victorias en carreras menores, nos ponen frente a alguien dispuesto a reeditar las glorias de pedalistas que hicieron historia, y que son leyendas vivas del deporte criollo.
Con Rigoberto Urán, otro superdotado, medallista Olímpico subcampeón del Giro de Italia, encabeza el renacer del ciclismo nacional al lado de estrellas como Carlos Betancur y Sergio Luis Henao, y juveniles en la pista como Jéssica Parra.
Como si fuera poco, Orlando Duque quedó en los registros como el primer campeón mundial de natación en saltos de gran altura desde plataforma a 27 metros, después de obtener cientos de trofeos como clavadista desde los más riesgosos peñascos de la tierra.
En automovilismo hay 14 pilotos por el mundo siguiendo la huella de Juan Pablo Montoya; Mariana Pajón no tiene quien le gane, y con sus compañeros manejan a plenitud algunas categorías del bicicrós, y en actividades subacuáticas también tenemos ganadores.
Para completar, tiquete visado de nuestra selección para la Copa Brasil 2014, sin angustias, clasificando por anticipado, con un técnico que entendió que la riqueza estaba en el ataque, y así la puso a jugar, y que con su sabiduría unió a un grupo de virtuosos futbolistas.
El combinado nacional ratificó que es muy fuerte en casa, independiente de que Ecuador, tácticamente ordenado y bien dirigido por Reinaldo Rueda nos haya complicado, y con su nuevo éxito provocó ese delirio colectivo que aún seguimos celebrando.
Y a pensar en grande, pues a diferencia de los noventas cuando tuvimos la más brillante generación de todos los tiempos, la actual resolvió hace rato el problema económico, y sus ansias están en la gloria deportiva, y saben como es el camino.
Pero de verdad que hay una generación maravillosa de muchachos de alto vuelo, deportistas que envían un lindo mensaje de superación y empeño, y a quienes debemos mucho porque en las penurias del día a día en nuestro golpeado país, nos enseñan el potencial que tenemos. ¡Qué viva Colombia!
Hasta la próxima…

macotal@yahoo.com

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Ya había indicios, hace 3 años en Medellín ganamos por primera vez los Juegos Sudamericanos, y en los Olímpicos de Londres 2012 estuvimos por detrás del gigante brasileño, pero por encima de Argentina, siendo la segunda nación del sur del continente.